Fuente: La Voz de Galicia
La pesca gallega adelgaza. Y a marchas muy forzadas. Desde que se dobló la esquina del milenio, el proceso de desmantelamiento parece haber cobrado velocidad, hasta el punto de que cada día transcurrido desde que se festejó el cambio de siglo se ha dado de baja una embarcación con base en Galicia, ya fuese por cambio de puerto a otra comunidad, desguace incentivado, paso a otra lista o exportación a un país extranjero.
En esos siete años, el censo de la flota gallega perdió 2.606 unidades, según las estadísticas oficiales de la Consellería de Pesca. Y el goteo parece no haber acabado, pues sobre la mesa del anterior secretario general de Pesca Marítima, ahora secretario general del Mar, hay una propuesta del propio sector de despedazar hasta 140 barcos -de los que unos 105 serían gallegos- para ajustar la flota a los recursos disponibles. Es una medida a la que el sector se ve irremediablemente abocado, dada la acusada pérdida de rentabilidad, que en algunos sectores ha sido de hasta el 40%, según cálculos de la Cooperativa de Armadores de Vigo.
La pérdida de músculo de la pesca gallega no solo se aprecia en la pérdida del número de barcos -más intensa, por cierto, en Galicia que en el resto de España, pues entre el 2000 y el 2007 el censo nacional se redujo un 21%, frente a un 29% del gallego-. También ha retrocedido el número de empleos, pues han desaparecido más de 4.000 afiliados al régimen especial del mar, un 15% menos. Y las capturas -que salvo las de la bajura y Gran Sol, que han subido en Galicia un 18,5% en los últimos años- se han reducido un 37% en el conjunto de España, dado la fuerte reestructuración que ha tenido la flota que faenaba en aguas internacionales y en terceros países, como la de Marruecos o la de la NAFO (Atlántico Norte).
Menos margen
Si algo se ha mantenido en el sector son los precios del pescado, pero no los que paga el consumidor, que esos hacen honor a la escalada del coste de la vida, sino los de primera venta, lo que se ofrece al armador o marinero cuando su producto se subasta en lonja. Esa puja sigue parándose al mismo nivel que hace uno o dos decenios. Precisamente ese estancamiento es uno de los factores a los que el sector apunta como responsables de la crisis en la que está inmersa la pesca. Eso, y el alto precio del gasoil, que ha pasado de costar 0,18 euros por litro en el 2005 a valer 0,58 ahora y suponer la factura por este concepto casi la mitad de los costes de explotación.?
Esa menor rentabilidad está tras una pérdida de buques que no puede más que agravarse. «A este paso, unha lonxa como a da Coruña, inaugurada hai pouco, vai ter que quedar como museo do mar para lembrarnos dun pasado glorioso cando nos abastecíamos de peixe de calidade e que deixamos esmorecer». Es la visión pesimista de Torcuato Teixeira, presidente de la organización de productores Pescagalicia-Arpega, quizá contagiada por la moral de unos armadores de arrastre de litoral «aos que nunca antes vira tan baixos».?
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viernes, 25 de abril de 2008
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