Fuente: AFP
ATENAS — Los poderosos armadores griegos están a la defensiva en el gran cónclave del transporte marítimo, que se celebra en Atenas, ante la sombría coyuntura internacional y las críticas contra sus privilegios fiscales en una Grecia al borde del naufragio.
Pese al mensaje forzadamente optimista -"Los negocios siguen en Grecia"- el salón bienal Posidonia, el mayor acontecimiento mundial de la marina mercante, se celebra hasta el viernes en un panorama sombrío.
Además del miedo a que Grecia pueda salir de la zona euro, la agencia de calificación Moody's ha puesto una perspectiva negativa al transporte marítimo mundial de los próximos 12 a 18 meses, pues considera que hay una oferta de navíos superior a la demanda y el precio del petróleo amenaza los márgenes del sector.
"En 2012, prevemos una caída del 5% al 10% del resultado bruto de explotación (Ebitda) acumulado para la industria mundial del transporte marítimo", muy sensible a la coyuntura, afirmó el vicepresidente de Moody's, Marco Vetulli.
Un clima incierto que no libra a los armadores griegos, propietarios de la primera flota mundial. Con más de 3.000 navíos, transportan más del 15% del tonelaje del planeta y cerca de un cuarto de los petroleros del mundo.
En 2011, sus actividades proporcionaron 14.000 millones de euros a Grecia, un 8,6% menos que un año antes.
"Los armadores griegos no están directamente afectados por la crisis griega, ya que su actividad es internacional. En cambio, la crisis mundial tiene un gran impacto en la industria", explicó a la AFP un organizador del salón, Theodore Vokos, pues se resiente de la caída de los volúmenes transportados, la sobrecapacidad de los navíos, así como de la falta de crédito.
La salud de esta industria tiene si cabe una importancia mayor para Grecia, aplastada por el peso de su deuda. Buque insignia de la economía con el turismo, la marina mercante representa entre el 5% y el 7% del PIB del país. Sin embargo, su contribución directa al empleo es modesta, ya que los marinos proceden en su mayoría de países en desarrollo.
Además de los armadores nacionales, beneficiarios de generosas exoneraciones de impuestos impresas en la Constitución, están señalados por el dedo en un momento en que la población griega está sometida a una severa cura de austeridad.
La izquierda radical Syriza, favorita en los sondeos junto con los conservadores para las legislativas del 17 de junio, espera suprimir estos regalos fiscales.
En el Salón, el primer ministro interino, Panayiotis Pikrammenos, instó a los armadores "a apoyar su patria, que atraviesa momentos difíciles". "Grecia necesita más que nunca nuevas inversiones, nuevos empleos y liquidez", aseguró.
Y es que "entre 2000 y 2011, los ingresos de la marina mercante griega se elevaron a 154.000 millones de euros", pero "la mitad fue transferido al extranjero", criticó, al tiempo que pidió una "política para retener estas divisas en Grecia".
Los herederos del célebre armador Onassis, algunos clasificados en la lista Forbes de las mayores fortunas mundiales, no son muy partidarios de declarar sus beneficios al fisco, ni siquiera en nombre de la solidaridad nacional. "No formamos parte del problema, sino de la solución", dijo John Lyras, ex presidente de la Unión de Armadores Griegos, elogiando las virtudes de la libre empresa.
"Los armadores griegos contribuyen a la economía", dice por su parte Theodore Vokos. "Es cierto que la industria opera esencialmente fuera de Grecia, pero emplea a gente aquí, compra oficinas, financia becas..."
"El gobierno no puede permitirse matar uno de los dos únicos sectores que funcionan bien en Grecia", dice George Karageorgiou, PDG de Globus Maritime, en las páginas de la revista especializada Ship Management. "Si los armadores se van a Singapur, unas 200.000 personas perderán su empleo", amenaza.