Fuente: Mundo Marítimo
El peor momento de la industria marítima tras la crisis económica mundial parece estar quedando atrás, por lo menos así lo reconoce la Cepal en el último informe elaborado por su Unidad de Servicios de Infraestructura (USI), donde señala que desde el tercer trimestre de 2009 se observa un proceso gradual de recuperación del sector que se espera mantener durante este año.
Sin embargo, el documento, que analiza los efectos que ha provocado esta crisis a través de la revisión del comportamiento experimentado por algunos indicadores del transporte marítimo durante el último tiempo, advierte que esta recuperación será incompleta mientras el aumento de flota no sea compensado con un mayor ritmo de comercio y, por lo tanto, de mayor demanda de transporte.
Las claras señales de sobre tonelaje y exceso de oferta, la fuerte caída de los fletes, el aumento de buques amarrados sin trabajo, la gran cantidad de astilleros plenos de órdenes en progreso y de proyectos portuarios para expansión de capacidad bajo severa revisión, son algunas de las consecuencias generadas por esta crisis, que alcanzó extensión global desde principios del año pasado como continuidad del proceso iniciado a mediados del 2008.
Junto con afirmar que las estimaciones para finales de octubre del año pasado indicaban que la flota ociosa llegaría a casi el 11% de la flota total, sumando una capacidad de 1.4 millones de Teus, lo que representa casi cinco veces más que lo anotado en el mismo período del 2008, cuando este tipo de flota se situaba en 286 mil Teus, el informe dice que tomando en cuenta las órdenes de construcción naval vigentes y bajo el supuesto de que no existiera scrapping, la evolución esperada hasta el año 2011, tanto para la flota portacontenedores como para la granelera y la tanker, demuestra que existe un riesgo de exceso de oferta en estos tres tipos de transporte.
La brusca baja de los fletes y de las tarifas de arriendo de buques también golpearon a la industria el año pasado, de hecho, se vislumbra que estas magnitudes de caída de los precios del transporte marítimo indican la existencia de un problema más grande que llama a la preocupación más allá de la crisis.
Pese a la leve recuperación que han experimentado en los últimos meses, los precios de los fletes se mantendrán bajos hasta que el comercio se recupere lo suficiente como para absorber el exceso de capacidad de los buques, aunque en un nivel superior al del momento más extremo de la crisis, asegura el estudio de la Cepal.
No obstante, al margen de los resultados desfavorables que ha ocasionado la recesión económica, en el mediano plazo también podría producir una serie de efectos positivos en la industria marítima, como el hecho de que las empresas de transporte se verán forzadas no sólo a corregir sus tarifas de flete, sino también, a mejorar la calidad del servicio y la diferenciación, entre otras cosas, aunque también podría generarse una guerra de precios, lo que traería consecuencias aún más negativas para el sector.
Al mismo tiempo, existe la posibilidad de que se agudice la consolidación de servicios de ultramar por la vía de fusiones y adquisiciones entre compañías; se acelerará la eliminación de tonelaje más antiguo; se seguirán haciendo intentos por renegociar o cancelar los contratos de construcción de buques; se intensificará la aplicación de la modalidad “slow-steaming”, lo que llevará a que sea más suave la evolución del exceso de capacidad; y descenderá la utilización de la capacidad de los terminales hasta niveles normales.
Por último, el informe agrega que esta crisis ha puesto en evidencia que es necesario potenciar la industria del transporte marítimo, evitando las conductas que la ponen en riesgo, y revisar sus comportamientos en la toma de decisiones de inversión para la expansión de flotas, con el fin de asegurar un desarrollo estable de este sector a futuro.
Por MundoMaritimo
El peor momento de la industria marítima tras la crisis económica mundial parece estar quedando atrás, por lo menos así lo reconoce la Cepal en el último informe elaborado por su Unidad de Servicios de Infraestructura (USI), donde señala que desde el tercer trimestre de 2009 se observa un proceso gradual de recuperación del sector que se espera mantener durante este año.
Sin embargo, el documento, que analiza los efectos que ha provocado esta crisis a través de la revisión del comportamiento experimentado por algunos indicadores del transporte marítimo durante el último tiempo, advierte que esta recuperación será incompleta mientras el aumento de flota no sea compensado con un mayor ritmo de comercio y, por lo tanto, de mayor demanda de transporte.
Las claras señales de sobre tonelaje y exceso de oferta, la fuerte caída de los fletes, el aumento de buques amarrados sin trabajo, la gran cantidad de astilleros plenos de órdenes en progreso y de proyectos portuarios para expansión de capacidad bajo severa revisión, son algunas de las consecuencias generadas por esta crisis, que alcanzó extensión global desde principios del año pasado como continuidad del proceso iniciado a mediados del 2008.
Junto con afirmar que las estimaciones para finales de octubre del año pasado indicaban que la flota ociosa llegaría a casi el 11% de la flota total, sumando una capacidad de 1.4 millones de Teus, lo que representa casi cinco veces más que lo anotado en el mismo período del 2008, cuando este tipo de flota se situaba en 286 mil Teus, el informe dice que tomando en cuenta las órdenes de construcción naval vigentes y bajo el supuesto de que no existiera scrapping, la evolución esperada hasta el año 2011, tanto para la flota portacontenedores como para la granelera y la tanker, demuestra que existe un riesgo de exceso de oferta en estos tres tipos de transporte.
La brusca baja de los fletes y de las tarifas de arriendo de buques también golpearon a la industria el año pasado, de hecho, se vislumbra que estas magnitudes de caída de los precios del transporte marítimo indican la existencia de un problema más grande que llama a la preocupación más allá de la crisis.
Pese a la leve recuperación que han experimentado en los últimos meses, los precios de los fletes se mantendrán bajos hasta que el comercio se recupere lo suficiente como para absorber el exceso de capacidad de los buques, aunque en un nivel superior al del momento más extremo de la crisis, asegura el estudio de la Cepal.
No obstante, al margen de los resultados desfavorables que ha ocasionado la recesión económica, en el mediano plazo también podría producir una serie de efectos positivos en la industria marítima, como el hecho de que las empresas de transporte se verán forzadas no sólo a corregir sus tarifas de flete, sino también, a mejorar la calidad del servicio y la diferenciación, entre otras cosas, aunque también podría generarse una guerra de precios, lo que traería consecuencias aún más negativas para el sector.
Al mismo tiempo, existe la posibilidad de que se agudice la consolidación de servicios de ultramar por la vía de fusiones y adquisiciones entre compañías; se acelerará la eliminación de tonelaje más antiguo; se seguirán haciendo intentos por renegociar o cancelar los contratos de construcción de buques; se intensificará la aplicación de la modalidad “slow-steaming”, lo que llevará a que sea más suave la evolución del exceso de capacidad; y descenderá la utilización de la capacidad de los terminales hasta niveles normales.
Por último, el informe agrega que esta crisis ha puesto en evidencia que es necesario potenciar la industria del transporte marítimo, evitando las conductas que la ponen en riesgo, y revisar sus comportamientos en la toma de decisiones de inversión para la expansión de flotas, con el fin de asegurar un desarrollo estable de este sector a futuro.
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