Fuente: Excelsior
México atraviesa una etapa de estancamiento en cuanto a recepción de cruceros se refiere, según especialistas del sector.
Más que la destrucción de infraestructura portuaria que experimentó el país tras el paso de los huracanes Wilma y Dean en sus dos principales puertos, Cozumel y Mahahual, México ha perdido competitividad frente a otros países del Caribe, Centro y Sudamérica por sus altas tarifas portuarias, y principalmente por la intención de querer aumentar sus cargas tributarias a los cruceristas y navieras a través de la aplicación del llamado Derecho al No Inmigrante (DNI).
Así lo consideran dos de los más altos directivos de la naviera más importante del mundo: Carnival Corporation.
Simon Doews, director de planeación de Holland America Line —una de las filiales de Carnival Corp—, asegura que los países receptores de cruceros reciben su mayor beneficio a través de la derrama económica que dejan a su paso los cruceristas, misma que va directo al bolsillo de la gente y no por los impuestos que cobran.
Doews expuso que el viajero de cruceros gasta entre 150 y 200 dólares por día en cada puerto que visita. “Ahí está la importancia de no dejar ir los barcos”, comentó.
A decir de Arturo Musi, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresas para la Atención de Cruceros (Amepac), hoy en día los puertos mexicanos son hasta 40 por ciento más caros que el resto de los que se ubican en toda Latinoamérica y el Caribe. “De hecho, son los más caros del mundo, sólo superados por Japón”.
Y es que en promedio, el costo de atracar un barco en puertos mexicanos supera los 400 mil pesos, ya que se tienen que pagar un gran número de impuestos como: derecho de puerto, de atraque, migración, sanidad, pilotaje, amarre y desamarre, remolcadores, así como derechos de embarque y desembarque por cada pasajero que así lo haga.
“Es ya una carga impositiva muy grande, especialmente cuando se le compara con otros países en los que prácticamente no hay impuestos para las navieras con tal de que lleguen sus barcos”, argumenta Musi.
De aumentar un impuesto más, es decir el DNI, los puertos del país serían hasta 60 por ciento más caros que sus competidores de América, dado que en promedio los barcos chicos y medianos pagarían hasta 75 mil pesos más, cantidad que se subirá si tiene más capacidad.
Javier Gallardo, consultor para México de Carnival Corporation, reitera que el principal interés de las navieras es lograr la mayor rentabilidad posible, toda vez que la escalada en los precios del petróleo que se presentó entre abril y agosto pasado puso en crisis a la industria.
“En unos cuantos meses nuestros costos operativos se dispararon. El combustible pasó de representar el dos al 16 por ciento de nuestros costos, además que también aumentaron los gastos en suministros y transportación de nuestra tripulación”, expuso.
Ante ello y tras una transformación del mercado, donde ahora abundan más puertos por lo que la competencia es mayor, Gallardo asevera que “a las navieras ya no nos interesa tanto la oferta turística de México, sino las facilidades que nos den para llegar a ellos”.
De hecho, “el barco es realmente el principal atractivo para los cruceristas, y los destinos pasan a segundo o tercer término”, agrega Arturo Musi.
Gallardo explica que en promedio, un crucero que parte desde las costas de EU hacia diversos puertos de México tiene una tarifa que va entre los 800 y mil dólares. En contraparte, los barcos que llegan hacia otros países de Centroamérica y el Caribe cobran en promedio 500 dólares por turista en cada viaje.
México atraviesa una etapa de estancamiento en cuanto a recepción de cruceros se refiere, según especialistas del sector.
Más que la destrucción de infraestructura portuaria que experimentó el país tras el paso de los huracanes Wilma y Dean en sus dos principales puertos, Cozumel y Mahahual, México ha perdido competitividad frente a otros países del Caribe, Centro y Sudamérica por sus altas tarifas portuarias, y principalmente por la intención de querer aumentar sus cargas tributarias a los cruceristas y navieras a través de la aplicación del llamado Derecho al No Inmigrante (DNI).
Así lo consideran dos de los más altos directivos de la naviera más importante del mundo: Carnival Corporation.
Simon Doews, director de planeación de Holland America Line —una de las filiales de Carnival Corp—, asegura que los países receptores de cruceros reciben su mayor beneficio a través de la derrama económica que dejan a su paso los cruceristas, misma que va directo al bolsillo de la gente y no por los impuestos que cobran.
Doews expuso que el viajero de cruceros gasta entre 150 y 200 dólares por día en cada puerto que visita. “Ahí está la importancia de no dejar ir los barcos”, comentó.
A decir de Arturo Musi, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresas para la Atención de Cruceros (Amepac), hoy en día los puertos mexicanos son hasta 40 por ciento más caros que el resto de los que se ubican en toda Latinoamérica y el Caribe. “De hecho, son los más caros del mundo, sólo superados por Japón”.
Y es que en promedio, el costo de atracar un barco en puertos mexicanos supera los 400 mil pesos, ya que se tienen que pagar un gran número de impuestos como: derecho de puerto, de atraque, migración, sanidad, pilotaje, amarre y desamarre, remolcadores, así como derechos de embarque y desembarque por cada pasajero que así lo haga.
“Es ya una carga impositiva muy grande, especialmente cuando se le compara con otros países en los que prácticamente no hay impuestos para las navieras con tal de que lleguen sus barcos”, argumenta Musi.
De aumentar un impuesto más, es decir el DNI, los puertos del país serían hasta 60 por ciento más caros que sus competidores de América, dado que en promedio los barcos chicos y medianos pagarían hasta 75 mil pesos más, cantidad que se subirá si tiene más capacidad.
Javier Gallardo, consultor para México de Carnival Corporation, reitera que el principal interés de las navieras es lograr la mayor rentabilidad posible, toda vez que la escalada en los precios del petróleo que se presentó entre abril y agosto pasado puso en crisis a la industria.
“En unos cuantos meses nuestros costos operativos se dispararon. El combustible pasó de representar el dos al 16 por ciento de nuestros costos, además que también aumentaron los gastos en suministros y transportación de nuestra tripulación”, expuso.
Ante ello y tras una transformación del mercado, donde ahora abundan más puertos por lo que la competencia es mayor, Gallardo asevera que “a las navieras ya no nos interesa tanto la oferta turística de México, sino las facilidades que nos den para llegar a ellos”.
De hecho, “el barco es realmente el principal atractivo para los cruceristas, y los destinos pasan a segundo o tercer término”, agrega Arturo Musi.
Gallardo explica que en promedio, un crucero que parte desde las costas de EU hacia diversos puertos de México tiene una tarifa que va entre los 800 y mil dólares. En contraparte, los barcos que llegan hacia otros países de Centroamérica y el Caribe cobran en promedio 500 dólares por turista en cada viaje.
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