Fuente: LNE
Economistas, políticos y profesionales del sector marítimo
coincidieron ayer, en la inauguración del 51.º Congreso de Ingeniería
Naval e Industria Marítima, en la delicada situación que atraviesa el
sector de la construcción naval. El presidente de la asociación
nacional, José Esteban Pérez, fue el primero en advertir, con cifras, de
que España «no se comporta como el país marítimo que teóricamente es».
El próximo año, señaló, el 90% de los barcos que se entreguen «estarán
hechos en Asia» y puede suceder, continuó, «que en España no se
construyan barcos en 30 años».
La alternativa para cambiar
esta tendencia la planteó el catedrático de Economía y premio «Príncipe
de Asturias» de Ciencias Sociales, Juan Velarde, quien demandó, como
Jovellanos en su día, un compromiso firme con el mar. «Lo náutico pasa a
ser esencial para el desarrollo económico», subrayó. Una reflexión que
enlazó después con la necesidad de aprovechar «la renta de la situación
del país», en mitad de los tráficos marítimos desde la Unión Europea
hacia a América, en una ubicación privilegiada hacia el Mediterráneo y
con posibilidades de aprovechar las conexiones que llegan desde la zona
del Pacífico-Índico. «La actual balanza negativa de fletes es grave; es
necesario replantear la Marina», apuntó Velarde. Para atajar esas
deficiencias, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, sugirió apoyarse en
las llamadas «energías verdes» procedentes del medio marino, al
entender que «pueden abrir oportunidades de empleo e innovación» al
tiempo que realizó una llamada a «no estancarse en el pesimismo y la
indiferencia; ahora más que nunca debemos aunar fuerzas para afrontar
desafíos comunes».
Uno de esos grandes retos para la industria
marítima pasa por «creer» en la mar. Gondán y Armón hacen posible la
continuidad de la construcción naval en el Principado, según el
presidente de la delegación asturiana del Colegio de Ingenieros Navales,
Leopoldo Bertrand. Esa carga de trabajo, con 22 buques en este momento,
no resulta suficiente para el director general de Industria, Luis Ángel
Colunga, quien instó a aunar esfuerzos para garantizar el futuro del
sector. «La Unión Europea se ha olvidado de ello», argumentó, por su
parte, el presidente de la Asociación Nacional de Ingenieros Navales. El
diagnóstico de Velarde es que el mundo de la construcción naval sufre
en este momento «un golpe extraordinario» y dijo que la de Gijón puede
convertirse en una dársena «medio muerta si no existen las condiciones
que lo conecten con los mercados» y que va desde el desarrollo de
tecnología a medios de transporte. «Ello no tiene que ver con el AVE»,
advirtió antes de plantear como otro aspecto a explorar la construcción
de buques de pesca.
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jueves, 18 de octubre de 2012
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