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Fuente: Expansión
por Julia Brines. Valencia
Alicia Martín (Valencia, 1970) llegó al Grupo Boluda en 1995, procedente de Coopers & Lybrand. Fue una de las artífices de la creación del Grupo Boluda, dedicado al negocio marítimo, tal y como está conformado actualmente, al formar parte del staff que gestionó la compra de diversas compañías como el grupo Miller, Ciresa y Naviera Pinillos. El grupo reestructura su deuda para afrontar las últimas adquisiciones y seguir creciendo.
En 1999, tras la adquisición al Central Hispano del astillero Unión Naval Levante, pasó a llevar las riendas de esta división, hasta que hace un año, el propietario, Vicente Boluda, decidió convertirla en su mano derecha como consejera delegada de este grupo que el año pasado superó los 550 millones de euros de facturación y, en este ejercicio, prevé superar los seiscientos, con 4.000 empleados.
Alicia Martín había implantado un sistema rompedor en el astillero, al “especializarlo en un nicho de mercado, desconocido por parte del equipo: modulizar el producto para repetirlo y rentabilizar la construcción naval”, explica.
Hasta entonces, los barcos se construían ad hoc para cada cliente. Con ello, se logró impulsar la compañía, al mejorar los plazos de entrega. “Ahora, tenemos una cartera de productos diversificada y pedidos hasta 2012, el 80% para clientes ajenos al grupo”, añade.
La reorganización
Durante este último año, como principal ejecutiva, una de sus labores ha sido concluir la reestructuración de las sociedades del grupo, al aglutinarlas en cinco: Boluda Lines (naviera), Boluda Towage and Salvage (remolcadores), Boluda Shipyards (astilleros), Boluda Tankers (combustibles) y Boluda terminales Marítimas. Todas estas sociedades están bajo el paraguas de Boluda Corporación Marítima. “Ha sido una ordenación desde el punto de vista jurídico, de procesos y de visibilidad. Genera ahorros de costes y eficiencia en la gestión”.
Pero, probablemente, el mayor reto ha sido reestructurar la totalidad de la deuda. “Entre 2007 y 2008 se realizaron importantes inversiones, especialmente la compra de la empresa francesa de remolcadores Les Abeilles y la terminal La Luz en Canarias, además de renovación de la flota”. Sólo Les Abeilles supuso 270 millones por la compra, más otros 60 en inversiones. La terminal canaria requirió inversiones adicionales de 25 millones.
“Hemos cerrado en diciembre un contrato de financiación y para reestructurar toda la deuda, incluyendo la generada por las adquisiciones”. Se ha firmado un préstamo sindicado liderado por Bancaja y Santander, de cerca de 400 millones de euros con un plazo de diez años. “Esto nos permite adecuar nuestra generación de recursos al calendario de amortización”. Con ello, el grupo Boluda prevé también acometer las inversiones previstas para los tres próximos años para renovar y modernizar la flota con doce nuevas embarcaciones, fundamentalmente remolcadores.
Además de reestructurar la deuda, el grupo se ha desprendido de algunas participaciones para financiar las inversiones. La más sonada fue la venta del 13% de Aguas de Valencia. “No estaba dentro de las participaciones estratégicas”, explica Martín. Esa operación le reportó 35,9 millones. También se desprendió de su participación del 17% en la Terminal Polivalente de Castellón, el 4% de Terminales Marítimas del Sudeste, en Málaga, el 10% de la Terminal de Contenedores de Gijón y el 25% de la Terminal Polivalente de Sagunto.
Oferta
La división más afectada por la crisis económica es Boluda Lines. “La bajada del consumo conlleva reducción en el transporte de mercancías”. Para solventarlo, “tratamos de adecuar la oferta. Esto ha exigido reducir capacidad. Por ejemplo, hubo que suspender temporalmente la línea entre Alicante y Palma. También hemos ido ampliando mercados internacionales para compensar, como Marruecos, Mauritania y Senegal”. Con estas medidas, esperan mantener el negocio en niveles similares.
La división que más crece es la de remolcadores. Tras la compra de Les Abeilles, que cuenta con más de 66 naves, se ha duplicado. “No se está viendo afectada por la crisis, pero exige compromisos de renovación de flota”, explica. Éstos serán el grueso de los cien millones de inversiones de los tres próximos años.
por Julia Brines. Valencia
Alicia Martín (Valencia, 1970) llegó al Grupo Boluda en 1995, procedente de Coopers & Lybrand. Fue una de las artífices de la creación del Grupo Boluda, dedicado al negocio marítimo, tal y como está conformado actualmente, al formar parte del staff que gestionó la compra de diversas compañías como el grupo Miller, Ciresa y Naviera Pinillos. El grupo reestructura su deuda para afrontar las últimas adquisiciones y seguir creciendo.
En 1999, tras la adquisición al Central Hispano del astillero Unión Naval Levante, pasó a llevar las riendas de esta división, hasta que hace un año, el propietario, Vicente Boluda, decidió convertirla en su mano derecha como consejera delegada de este grupo que el año pasado superó los 550 millones de euros de facturación y, en este ejercicio, prevé superar los seiscientos, con 4.000 empleados.
Alicia Martín había implantado un sistema rompedor en el astillero, al “especializarlo en un nicho de mercado, desconocido por parte del equipo: modulizar el producto para repetirlo y rentabilizar la construcción naval”, explica.
Hasta entonces, los barcos se construían ad hoc para cada cliente. Con ello, se logró impulsar la compañía, al mejorar los plazos de entrega. “Ahora, tenemos una cartera de productos diversificada y pedidos hasta 2012, el 80% para clientes ajenos al grupo”, añade.
La reorganización
Durante este último año, como principal ejecutiva, una de sus labores ha sido concluir la reestructuración de las sociedades del grupo, al aglutinarlas en cinco: Boluda Lines (naviera), Boluda Towage and Salvage (remolcadores), Boluda Shipyards (astilleros), Boluda Tankers (combustibles) y Boluda terminales Marítimas. Todas estas sociedades están bajo el paraguas de Boluda Corporación Marítima. “Ha sido una ordenación desde el punto de vista jurídico, de procesos y de visibilidad. Genera ahorros de costes y eficiencia en la gestión”.
Pero, probablemente, el mayor reto ha sido reestructurar la totalidad de la deuda. “Entre 2007 y 2008 se realizaron importantes inversiones, especialmente la compra de la empresa francesa de remolcadores Les Abeilles y la terminal La Luz en Canarias, además de renovación de la flota”. Sólo Les Abeilles supuso 270 millones por la compra, más otros 60 en inversiones. La terminal canaria requirió inversiones adicionales de 25 millones.
“Hemos cerrado en diciembre un contrato de financiación y para reestructurar toda la deuda, incluyendo la generada por las adquisiciones”. Se ha firmado un préstamo sindicado liderado por Bancaja y Santander, de cerca de 400 millones de euros con un plazo de diez años. “Esto nos permite adecuar nuestra generación de recursos al calendario de amortización”. Con ello, el grupo Boluda prevé también acometer las inversiones previstas para los tres próximos años para renovar y modernizar la flota con doce nuevas embarcaciones, fundamentalmente remolcadores.
Además de reestructurar la deuda, el grupo se ha desprendido de algunas participaciones para financiar las inversiones. La más sonada fue la venta del 13% de Aguas de Valencia. “No estaba dentro de las participaciones estratégicas”, explica Martín. Esa operación le reportó 35,9 millones. También se desprendió de su participación del 17% en la Terminal Polivalente de Castellón, el 4% de Terminales Marítimas del Sudeste, en Málaga, el 10% de la Terminal de Contenedores de Gijón y el 25% de la Terminal Polivalente de Sagunto.
Oferta
La división más afectada por la crisis económica es Boluda Lines. “La bajada del consumo conlleva reducción en el transporte de mercancías”. Para solventarlo, “tratamos de adecuar la oferta. Esto ha exigido reducir capacidad. Por ejemplo, hubo que suspender temporalmente la línea entre Alicante y Palma. También hemos ido ampliando mercados internacionales para compensar, como Marruecos, Mauritania y Senegal”. Con estas medidas, esperan mantener el negocio en niveles similares.
La división que más crece es la de remolcadores. Tras la compra de Les Abeilles, que cuenta con más de 66 naves, se ha duplicado. “No se está viendo afectada por la crisis, pero exige compromisos de renovación de flota”, explica. Éstos serán el grueso de los cien millones de inversiones de los tres próximos años.
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