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martes, 7 de febrero de 2012

"La Naval sí habla con la verdad pero Pemex miente", señalan vecinos de Progreso sobre un derrame

Fuente: Progreso Hoy

PROGRESO (Nota de Por Esto!).-- Tienen que registrarse de nueva cuenta problemas con los ductos de Pemex para que las autoridades sepan que estamos asentados, desde más de 25 años, sobre una bomba de tiempo a la que los habitantes llamamos "la calle de la muerte", por el alto riesgo de los ductos que atraviesan la ciudad y que nunca debieron estar en esta zona, declararon vecinos de Progreso al hablar del constante peligro que representan los ductos de Pemex instalados sobre la calle 84 y que atraviesan la ciudad con combustibles.
Según publica hoy el periódico Por Esto, Flora Ventura Segura dijo que Pemex siempre miente, nunca aceptarán sus errores, aun cuando arriesgan nuestra existencia, patrimonio y nuestras familias.
Añadió que varios medios dan cuenta a nivel nacional que existió un derrame en el puerto y en la zona de riesgo más grande del puerto que son los ductos de Pemex que atraviesan la ciudad en zona habitacional.
Pemex siempre miente. Los pescadores y vecinos son siempre los que reportan las fugas en los ductos; su tecnología de punta, en realidad deja mucho que desear y lo peor es la cerrazón de la empresa que cree que con negar lo que sucede la gente no se entera.
Pemex, aun con el dinero que dice entrega a la comuna de Progreso, la calle 84 está en condiciones actuales: los letreros deteriorados, la calle con luminarias quemadas, llenas de suciedad, visible falta de mantenimiento y las bancas deterioradas.
En realidad, Pemex no se ha acercado a nosotros para explicarnos lo que sucede, al igual que las autoridades de la comuna que, en lugar de dar la cara, prefieren callar por que de esta manera, les conviene disfrazar el riesgo que corremos.
En pocas palabras, Pemex debe indemnizar a los vecinos o sacar sus ductos de la ciudad y hablar con la verdad.
Julio Alvarado Méndez, presidente de la Sociedad Cooperativa Esfuerzos Pesqueros de Progreso, declaró que “la terminal remota es el paso de los hombres de mar, nadie nos puede contar lo que sucede en los ductos de Pemex, constantemente se siente el olor a combustible, reconocemos lo que dice la Secretaria de Marina al hablar con la verdad: que los ductos de Pemex están ya viejos, corroídos y no descartamos que estos problemas de fugas se den e incluso se oculten”.
Definitivamente, Pemex es una bomba de tiempo que merece atención porque la vida humana no tiene precio; aunque esta empresa tenga mucho dinero, los vecinos de la calle 84 temen por su vida, con justa razón porque a nadie le gustaría estar en este sitio donde hay una bomba de tiempo.
Sin la información debida porque Pemex siempre minimizará los daños que ocasiona al medio ambiente o bien a los que ha dañado a nivel nacional, es necesario que los ductos de la muerte sean retirados de esta arteria que hoy, con la fisura son noticia de nueva cuenta, pero después se perderán en el olvido porque así conviene a la paraestatal.
Además, Pemex es enemigo natural del turismo que se busca fomentar en nuestro estado, ya que sus mentiras y sus viejos ductos, a los que urge dar mantenimiento, hacen que estas acciones afecten al turismo por falta de garantías a los visitantes internacionales.
Los pescadores dudamos de Pemex en lo relacionado a seguridad.
Sobre el problema de los ductos submarinos, el pescador Juan Francisco Hernández Canto mencionó que las autoridades portuarias deben hacer inspecciones periódicas a los ductos; los que empleamos estas rutas para pescar siempre vemos manchas de combustible y sentimos olores penetrantes de hidrocarburos, pero Pemex siempre calla lo que sucede.
“Es lamentable que nadie se acerque a los pescadores porque tenemos dudas de las medidas de Pemex; además, de qué sirven los simulacros que realizan si cuando en realidad sucede algo relacionado con hechos verídicos esconden lo que sucede, porque no tienen forma de explicar sus fallas humanas.
“¿Qué pasó con el derrame del cabezal de playa? ¿Hubo castigados? Todo fue una vil mentira, un engaño, Para los que estamos afectados, cuando se dan fisuras, derrames o fugas, que Pemex asuma su responsabilidad de lo que en realidad sucede.

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