Fuente: Faro de Vigo
B.MARQUEZ/L. PIÑERO - PONTEVEDRA La viabilidad de Factoría Naval de Marín se complica por momentos. Si hace unas semanas trascendía que la armadora noruega Esvagt se negaba a recibir un barco de apoyo a las plataformas petrolíferas que había encargado hasta que se subsanasen lo que considera deficiencias en la instalación eléctrica y cableado del buque, ahora fuentes sindicales y próximas a Fernando Fernández Tapias apuntan que el naviero vigués podría renunciar a seguir adelante con la embarcación de recreo que había contratado al astillero.
Se trata de un "megayate" de 60 metros de eslora, el más grande de los construidos en un astillero español y tiene capacidad para 12 pasajeros y 19 tripulantes. Responde a las necesidades y gustos del empresario vigués, que ha querido incorporar a este barco desde un ascensor panorámico que recorrerá sus cinco cubiertas a servicios de electrónica avanzados y ocio como una piscina de chorro inverso.
El camarote principal de la embarcación de recreo, reservado para su uso personal, ocupa una superficie de 60 metros cuadrados y cada uno de sus detalles ha sido apuntado directamente por Fernández Tapias, conocido en el mundo empresarial y también en el de la prensa del corazón por "Fefé".
La entrega del "megayate", que se iba a bautizar con el nombre de "Nufer II", acumula un retraso de año y medio. Una circunstancia que algunas fuentes vinculan más "a los continuos cambios que el armador ha ido introduciendo a lo largo de los últimos meses" que a las dificultades de falta de liquidez que sacuden hoy día a Factoría Naval y que ha llevado a la dirección del astillero marinense a presentar un preaviso de concurso en el Juzgado Mercantil número 1 de Pontevedra con el fin de evitar que alguno de sus acreedores inste una suspensión de pagos.
El preaviso concursal blinda a la empresa durante un período de tres meses para que pueda, por propia iniciativa, renegociar su deuda y presentar un plan de viabilidad que garantice la continuidad de su actividad y el empleo. Este período de blindaje finalizará el 19 de mayo, para entonces el titular del Juzgado Mercantil determinará si la empresa está saneada o entra en proceso concursal bajo su administración.
El "megayate" contratado por Fernando Fernández Tapias está valorado en 36 millones de euros, lo que deja en evidencia la apuesta de Factoría Naval de Marín por las embarcaciones exclusivas, no en vano forma parte del elitista mercado internacional de los cruceros de lujos con la marca "Marin Luxur Yachts".
Distintas fuentes empresariales ligan la renuncia de Fernández Tapias al barco de recreo, llamado a navegar con el nombre de "Nufer II", al retraso de la entrega unida a una supuesta "quiebra de la confianza" entre las partes. Otros sospechan que detrás de esta rescisión hay una posible estrategia deliberada del empresario vigués para renegociar el precio.
En cualquier caso lo que ha trascendido es que Factoría Naval estaría, hoy por hoy, enfrentándose no sólo a la pérdida de un cliente con un pedido millonario que habría que recolocar, sino también a una posible reclamación de una indemnización económica en concepto de gastos, intereses y perjuicios.
Fernández Tapias pasaría a engrosar la lista de acreedores que tiene ya Factoría Naval, un astillero con una importante cartera de pedidos que le garantizaría el trabajo por lo menos durante un año pero que no puede asumir debido a los problemas de falta liquidez que le atenazan.
Para tratar de remontar esta crisis, se ha puesto al frente del astillero Juan Rozpide, miembro del equipo directivo que lideraba hasta hace unas semanas Pablo Comesaña, fundador y socio de la compañía de la que posee el 45% de las acciones. Otro 45% de la sociedad está en manos de José María Suescun, a su vez presidente de Corporación Dermostética, que gestiona esta participación a través de la Suver Inversiones. El 10% de las acciones restantes pertenecen a Caixa Galicia.
Se trata de un "megayate" de 60 metros de eslora, el más grande de los construidos en un astillero español y tiene capacidad para 12 pasajeros y 19 tripulantes. Responde a las necesidades y gustos del empresario vigués, que ha querido incorporar a este barco desde un ascensor panorámico que recorrerá sus cinco cubiertas a servicios de electrónica avanzados y ocio como una piscina de chorro inverso.
El camarote principal de la embarcación de recreo, reservado para su uso personal, ocupa una superficie de 60 metros cuadrados y cada uno de sus detalles ha sido apuntado directamente por Fernández Tapias, conocido en el mundo empresarial y también en el de la prensa del corazón por "Fefé".
La entrega del "megayate", que se iba a bautizar con el nombre de "Nufer II", acumula un retraso de año y medio. Una circunstancia que algunas fuentes vinculan más "a los continuos cambios que el armador ha ido introduciendo a lo largo de los últimos meses" que a las dificultades de falta de liquidez que sacuden hoy día a Factoría Naval y que ha llevado a la dirección del astillero marinense a presentar un preaviso de concurso en el Juzgado Mercantil número 1 de Pontevedra con el fin de evitar que alguno de sus acreedores inste una suspensión de pagos.
El preaviso concursal blinda a la empresa durante un período de tres meses para que pueda, por propia iniciativa, renegociar su deuda y presentar un plan de viabilidad que garantice la continuidad de su actividad y el empleo. Este período de blindaje finalizará el 19 de mayo, para entonces el titular del Juzgado Mercantil determinará si la empresa está saneada o entra en proceso concursal bajo su administración.
El "megayate" contratado por Fernando Fernández Tapias está valorado en 36 millones de euros, lo que deja en evidencia la apuesta de Factoría Naval de Marín por las embarcaciones exclusivas, no en vano forma parte del elitista mercado internacional de los cruceros de lujos con la marca "Marin Luxur Yachts".
Distintas fuentes empresariales ligan la renuncia de Fernández Tapias al barco de recreo, llamado a navegar con el nombre de "Nufer II", al retraso de la entrega unida a una supuesta "quiebra de la confianza" entre las partes. Otros sospechan que detrás de esta rescisión hay una posible estrategia deliberada del empresario vigués para renegociar el precio.
En cualquier caso lo que ha trascendido es que Factoría Naval estaría, hoy por hoy, enfrentándose no sólo a la pérdida de un cliente con un pedido millonario que habría que recolocar, sino también a una posible reclamación de una indemnización económica en concepto de gastos, intereses y perjuicios.
Fernández Tapias pasaría a engrosar la lista de acreedores que tiene ya Factoría Naval, un astillero con una importante cartera de pedidos que le garantizaría el trabajo por lo menos durante un año pero que no puede asumir debido a los problemas de falta liquidez que le atenazan.
Para tratar de remontar esta crisis, se ha puesto al frente del astillero Juan Rozpide, miembro del equipo directivo que lideraba hasta hace unas semanas Pablo Comesaña, fundador y socio de la compañía de la que posee el 45% de las acciones. Otro 45% de la sociedad está en manos de José María Suescun, a su vez presidente de Corporación Dermostética, que gestiona esta participación a través de la Suver Inversiones. El 10% de las acciones restantes pertenecen a Caixa Galicia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario