En el segundo paso de buques más importante del mundo hay dos puertos, el del Peñón y el de Algeciras, que conviven de espaldas uno de otro a pesar de compartir un punto geoestratégico único
Fuente: Diario de Sevilla
Francis Mena / Algeciras
En una encrucijada entre dos mares y dos continentes se encuentra el Estrecho de Gibraltar. La riqueza del tráfico marítimo y la medioambiental también cruzan sus caminos dando paso al debate sobre la seguridad marítima. El pasado viernes, a las 10:00, sólo en la Bahía de Algeciras se encontraban ocho buques de pasajeros, 23 de carga, 25 petroleros, 14 remolcadores, 8 yates y otros 4 barcos sin especificar. El viernes día 10 un viento con la fuerza de un huracán de tipo 3 hizo que dos buques, el Fedra y el Tawe acabaran contras las rocas de Gibraltar y Algeciras respectivamente.
El Estrecho soporta anualmente el paso de 100.000 buques, mientras que por la Bahía transitan 22.200. La particularidad del Estrecho es que cuenta con una bahía de alto valor geoestratégico está compartido por dos puertos y dos administraciones distintas. Las diferencias entre ambos se traducen en consecuencias negativas en el ámbito del tráfico marítimo. Que la coordinación entre los dos enclaves marítimos es escasa dada las necesidades no es ningún secreto. Tras el accidente del New Flame el 12 de agosto del 2007 y sus posteriores consecuencias, tanto Reino Unido y Gibraltar como España mostraron interés en tratar el tema medio ambiental en el Foro Tripartito de Diálogo. Así lo anunció el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Las medidas alcanzadas para mejorar la comunicación marítima no se ha traducido todavía en nada concreto.
Un miembro de la torre de control de Algeciras, que quiso mantener su nombre en el anonimato, afirma que cuando se necesita una información relacionada con un buque o ante cualquier señal de alarma "hay colaboración, siempre la ha habido". Ese es el panorama en caso de necesidad de emergencias pero ¿es igual de fluida la comunicación entre los puertos en el día a día, cuando decenas de barcos entran y salen de ambos enclaves? En el caso del New Flame, el buque chatarreo que colisionó con el petrolero Torm Gertrud a las puertas de la Bahía cuando salían de ambos puertos. Un simple aviso entre ambas torres hubiera bastado para evitar el más grave de los últimos accidentes marítimos.
El catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacional de la Universidad de Cádiz, Alejandro del Valle, publicó en junio de 2007 un texto en el que se afirmaba que "la falta de control centralizado sobre el denso tráfico existente en la Bahía de Algeciras plantea problemas adicionales sobre la seguridad con riesgo de accidentes" y proponen la constitución de una comisión que permita gestionar un acuerdo previo que sirva para aclarar la jurisdicción que "puede limitarse a la navegación o al control de la misma". Fuentes del puerto gibraltareño consideraron también necesario que tanto las autoridades marítimas de Algeciras como del Peñón deberían "realizar un control más estricto y llegar a un acuerdo".
Por lo tanto la seguridad marítima se ve quebrada por la descoordinación entre dos puertos de gran actividad y por la falta de medios para garantizar la seguridad por parte del Peñón.
Fuente: Diario de Sevilla
Francis Mena / Algeciras
En una encrucijada entre dos mares y dos continentes se encuentra el Estrecho de Gibraltar. La riqueza del tráfico marítimo y la medioambiental también cruzan sus caminos dando paso al debate sobre la seguridad marítima. El pasado viernes, a las 10:00, sólo en la Bahía de Algeciras se encontraban ocho buques de pasajeros, 23 de carga, 25 petroleros, 14 remolcadores, 8 yates y otros 4 barcos sin especificar. El viernes día 10 un viento con la fuerza de un huracán de tipo 3 hizo que dos buques, el Fedra y el Tawe acabaran contras las rocas de Gibraltar y Algeciras respectivamente.
El Estrecho soporta anualmente el paso de 100.000 buques, mientras que por la Bahía transitan 22.200. La particularidad del Estrecho es que cuenta con una bahía de alto valor geoestratégico está compartido por dos puertos y dos administraciones distintas. Las diferencias entre ambos se traducen en consecuencias negativas en el ámbito del tráfico marítimo. Que la coordinación entre los dos enclaves marítimos es escasa dada las necesidades no es ningún secreto. Tras el accidente del New Flame el 12 de agosto del 2007 y sus posteriores consecuencias, tanto Reino Unido y Gibraltar como España mostraron interés en tratar el tema medio ambiental en el Foro Tripartito de Diálogo. Así lo anunció el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Las medidas alcanzadas para mejorar la comunicación marítima no se ha traducido todavía en nada concreto.
Un miembro de la torre de control de Algeciras, que quiso mantener su nombre en el anonimato, afirma que cuando se necesita una información relacionada con un buque o ante cualquier señal de alarma "hay colaboración, siempre la ha habido". Ese es el panorama en caso de necesidad de emergencias pero ¿es igual de fluida la comunicación entre los puertos en el día a día, cuando decenas de barcos entran y salen de ambos enclaves? En el caso del New Flame, el buque chatarreo que colisionó con el petrolero Torm Gertrud a las puertas de la Bahía cuando salían de ambos puertos. Un simple aviso entre ambas torres hubiera bastado para evitar el más grave de los últimos accidentes marítimos.
El catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacional de la Universidad de Cádiz, Alejandro del Valle, publicó en junio de 2007 un texto en el que se afirmaba que "la falta de control centralizado sobre el denso tráfico existente en la Bahía de Algeciras plantea problemas adicionales sobre la seguridad con riesgo de accidentes" y proponen la constitución de una comisión que permita gestionar un acuerdo previo que sirva para aclarar la jurisdicción que "puede limitarse a la navegación o al control de la misma". Fuentes del puerto gibraltareño consideraron también necesario que tanto las autoridades marítimas de Algeciras como del Peñón deberían "realizar un control más estricto y llegar a un acuerdo".
Por lo tanto la seguridad marítima se ve quebrada por la descoordinación entre dos puertos de gran actividad y por la falta de medios para garantizar la seguridad por parte del Peñón.
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