España, a favor de un dispositivo internacional contra la piratería marítima

Fuente: AFP

MADRID (AFP) — España se declaró este miércoles a favor de un dispositivo internacional de lucha contra la piratería marítima en el marco de la ONU, uniéndose a un proyecto franco-estadounidense en ese sentido, mientras un barco español sigue secuestrado desde el domingo por piratas somalíes.

España desea un "potente y eficaz sistema colectivo de seguridad, mediante un mecanismo de disuasión y combate de la piratería en aguas del Océano Índico, donde fue secuestrado el pesquero 'Playa de Bakio'", informó en un comunicado el Gobierno español.

El barco atunero español 'Playa de Bakio' con 26 tripulantes (13 españoles y 13 africanos) fue asaltado el domingo por un grupo de piratas cuando pescaba frente a las costas de Somalia. Los pescadores están retenidos desde entonces por hombres armados.

Tal dispositivo antipiratería "tendría una misión de vigilancia y control de las zonas marítimas donde se producen actos de piratería", explica el Gobierno español.

"En principio, su función sería disuasoria ante quienes perturban la seguridad y libertad de circulación marítima", añade el comunicado, precisando que este dispositivo incluiría también un mecanismo de cooperación entre Estados para permitir juzgar y extraditar a los piratas.

España negocia con Francia y Estados Unidos, así como con otros países, para "adoptar una resolución" en ese sentido.

El martes fuentes diplomáticas francesas y estadounidenses habían afirmado que París y Washington trabajaban en un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad sobre la lucha contra la piratería marítima.

El Gobierno español mantuvo este miércoles una tercera reunión del gabinete de crisis, bajo la dirección de la número dos del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, sobre el secuestro del atunero.

Hasta el momento, los secuestrados no han hecho ninguna petición y la fragata española 'Méndez Núñez' debería llegar "en las próximas horas" a la zona donde está el pesquero, según el jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos.