Fuente: Latercera En Chile al año se movilizan por mar casi 12 millones de toneladas entre puertos nacionales y otros, mientras que a nivel aéreo se transportan unos seis millones de personas y 29.000 toneladas de carga al interior del país. El negocio resulta atractivo para las empresas de cada industria, las que basan parte de su giro en lo que se conoce como cabotaje, es decir, el traslado entre terminales de un mismo país y que está casi totalmente reservado para firmas locales. Pero esta norma podría enfrentar un cambio sustantivo en los próximos meses, pues el gobierno estudia un proyecto de ley para abrir la denominada reserva de cabotaje y con eso flexibilizar y facilitar el ingreso de operadores extranjeros para el transporte interno de carga y personas. El tema está en manos de los ministerios de Economía y de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), los que hace casi un mes presentaron la idea en La Moneda. Según personeros cercanos a las tratativas, el Presidente Sebastián Piñera dio plazo a los ministros Juan Andrés Fontaine y Pedro Pablo Errázuriz, respectivamente, hasta el 1 de mayo próximo para tener un borrador con el análisis, cambios propuestos, modificaciones legales y ventajas de la medida. De hecho, al interior del gobierno se señala que el Ministerio de Economía debiera incluir esta materia en la agenda de procompetitividad que anunciará dentro de tres semanas. Precisamente la inquietud sobre el tema surgió al alero de dicha agenda de Impulso Competitivo que Economía lanzó en noviembre pasado y que implicó 10 mesas de trabajo sectoriales. Ahí se analizaron las barreras a la competitividad de la economía chilena y cómo eliminarlas vía cambios legales y administrativos. Una de las mesas fue la de Transporte y Logística, en cuyo resumen de trabas se menciona el "monopolio legal del cabotaje". "El énfasis se puso en mejorar la competitividad y ahí surge como clave reducir los costos logísticos del transporte de mercancía. Se llega a la conclusión de que la reserva de cabotaje es una norma que dificulta los costos", precisa un asesor ministerial. Y si bien aclara que el trabajo está más avanzado en el área marítima, la intención también sería avanzar en abrir la reserva aérea, aunque ello es más complejo. La noción con que se trabaja es que permitir la operación de agentes extranjeros entre terminales chilenos aumentaría la competencia y bajaría los costos del transporte de carga, señalan en el gobierno. Pero hay otro punto: los equipos técnicos también estiman que al abrir el cabotaje -en especial marítimo- se ayudaría a descongestionar el transporte terrestre y el Fisco gastaría menos en mantener infraestructura vial. En términos generales, lo que se busca es que, por ejemplo en el caso marítimo, barcos extranjeros que entren por el norte del país a dejar carga a Valparaíso, en vez de volver vacíos, puedan llevar mercancías a terminales de la Segunda o Tercera Región, antes de jar las costas chilenas. LO QUE DICEN LOS ARMADORES El cabotaje marítimo está reservado a las naves chilenas para transporte de carga y pasajeros entre puntos del territorio nacional, al igual que en la mayoría de los países. "En Chile, la reserva de cabotaje no es absoluta y es más flexible que en otros países", afirma el gerente general de la Asociación Nacional de Armadores, Arturo Sierra. La Ley de Fomento de la Marina Mercante permite la participación de naves extranjeras, previa licitación pública hecha por el usuario -propietario de la carga que se requiere transportar- cuando se trata de cargas sobre 900 toneladas y con autorización del MTT (lo que se conoce como waiver) y cuando son cargas inferiores a 900 toneladas y no existe disponibilidad de naves chilenas en puerto por un período de una semana. El procedimiento es rápido y no tiene costo asociado, dice Sierra. Pero según fuentes ministeriales, "es posible que los cambios pasen por flexibilizar las restricciones a las barreras de ingreso al mercado en relación con los operadores extranjeros". Aclaran que "estamos explorando la manera en que generadores de carga puedan contratar a operadores de otros países". Sierra advierte que abrir el cabotaje nunca se trató en la mesa de Transporte y Logística. Rodolfo García, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Marítima y Portuaria, apoya el punto: "Integramos esa mesa y nunca se habló. Por eso sorprende que ahora se esté levantando esta discusión, aunque no es nuevo". Fue, de hecho, la mesa que analizó a la industria de químicos y plásticos la que instaló el tema, al concluir que una de las principales trabas es el costo elevado de transporte en las costas chilenas y que ello se debería al "monopolio en la industria de cabotaje (transporte, carga y descarga) de la marina mercante chilena por ley". Pero Sierra defiende la norma: "Permite a los países disponer de seguridad para su transporte marítimo interno, genera importantes puestos de trabajo directos o indirectos, know how indispensable para atender otros sectores de la industria marítimo-portuaria, y en nuestro caso la marina mercante (naves y dotaciones) conforman la Reserva Naval de la República y se incorpora al servicio activo en caso de amenaza a la seguridad y otras emergencias calificadas por el Presidente". LOS OPERADORES AÉREOS En el caso aéreo, ahí también la idea apunta a que aerolíneas extranjeras que vengan en ruta internacional a una ciudad del país puedan usar el mismo avión para extender su servicio a otros aeropuertos locales. En Chile tras una política de cielos abiertos que comenzó en 1979, en 1982 se introdujeron restricciones para mantener dicha política, pero regida por el principio de reciprocidad que permite abrir las rutas siempre y cuando el otro país con el que se negocia haga lo mismo y en destinos equivalentes para las partes en su atractivo comercial. El sistema rige hasta hoy y bajo él opera el cabotaje en esa industria. Existen 11 países con los que Chile ha negociado tratados aéreos que incluyen el derecho de cabotaje, pero todos ellos de escaso atractivo para las operadoras chilenas, como Uruguay y Singapur. No existen acuerdos con países de mercados más atractivos y que a su vez podrían interesarse en realizar cabotaje en Chile, como Brasil y EEUU. Expertos del sector que conocen de la idea del gobierno plantean que abrir el cabotaje a líneas aéreas extranjeras volvería al espíritu original del sistema de cielos abiertos. Sin embargo, plantean que si ello se hiciera mediante una ley, "se cercenaría una importante herramienta de negociación que ya posee la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), que por razones de política comercial puede abrir unilateralmente el cabotaje, caso a caso, a aeronaves extranjeras. "Esto podría significar, por ejemplo, que la JAC al recibir una petición de una firma externa para hacer cabotaje se lo autorice sin exigir reciprocidad, pero sin perder la capacidad de exigirla si conviene al interés nacional", esgrimen.
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domingo, 17 de abril de 2011
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