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Fuente: Milenio
La familia González de Quintana Roo, que incluye al gobernador Félix González Canto, a su primo Juan Carlos González, presidente municipal de Cozumel, y a su tío Franco González Padrón, envió una carta a los Reyes Magos que realmente no tiene vergüenza. Les pidieron que llegara al zapato bajo el árbol navideño la autorización para crear su naviera familiar —tendrían 90 por ciento del capital y el resto lo aportaría el gobierno estatal y el municipio—, y que Javier Zetina (otro familiar), director de Puertos de Quintana Roo, interceda para que a nivel federal les cedan el muelle local y así evitar el pago del impuesto sobre uso de puertos.
La familia de funcionarios quiere controlar el mercado del transporte marítimo de pasajeros —después crearían otra empresa de carga, según el proyecto ejecutivo de inversión— entre Cozumel, Playa del Carmen y Cancún, el mayor mercado de escala de cruceros del mundo, y eliminar la competencia de Cruceros Marítimos del Caribe y Ultramar Aquaworld con 30 años en el mercado. La forma de sacarlos del mapa es precisamente vía el no pago de impuestos y no por la competencia en igualdad de circunstancias.
El presidente municipal de Cozumel, Juan Carlos González, ya se fue a conseguir financiamiento (ocho millones de dólares) para la compra de tres barcos a Europa e inició negociaciones en astilleros de Grecia para la compra de las naves de transporte de entre 250 y 300 pasajeros. Se trata de que en los ocho millones de dólares de capital participen también socios empresariales; supuestamente ya están amarrados varios, pero hasta ahora se desconoce sus nombres. La naviera, con participación de recursos estatales, sería “comunitaria” para disminuir los costos del pasaje en la zona, pero no dice si también se compartirían los ingresos ni en qué proporción.
Falta conocer la opinión de la Comisión Federal de Competencia, porque claramente hay una práctica monopólica absoluta en este mercado, y tampoco se debe olvidar que Franco González tuvo anteriormente una naviera, Compañía Marítima Chan Kaanab, que quebró; los barcos se vendieron como chatarra y muchos terminaros encallados entre arrecifes. La carta de intención a los Reyes fue entregada en la Coordinación de Puertos de Quintana Roo.
jesus.rangel@milenio.com
La familia González de Quintana Roo, que incluye al gobernador Félix González Canto, a su primo Juan Carlos González, presidente municipal de Cozumel, y a su tío Franco González Padrón, envió una carta a los Reyes Magos que realmente no tiene vergüenza. Les pidieron que llegara al zapato bajo el árbol navideño la autorización para crear su naviera familiar —tendrían 90 por ciento del capital y el resto lo aportaría el gobierno estatal y el municipio—, y que Javier Zetina (otro familiar), director de Puertos de Quintana Roo, interceda para que a nivel federal les cedan el muelle local y así evitar el pago del impuesto sobre uso de puertos.
La familia de funcionarios quiere controlar el mercado del transporte marítimo de pasajeros —después crearían otra empresa de carga, según el proyecto ejecutivo de inversión— entre Cozumel, Playa del Carmen y Cancún, el mayor mercado de escala de cruceros del mundo, y eliminar la competencia de Cruceros Marítimos del Caribe y Ultramar Aquaworld con 30 años en el mercado. La forma de sacarlos del mapa es precisamente vía el no pago de impuestos y no por la competencia en igualdad de circunstancias.
El presidente municipal de Cozumel, Juan Carlos González, ya se fue a conseguir financiamiento (ocho millones de dólares) para la compra de tres barcos a Europa e inició negociaciones en astilleros de Grecia para la compra de las naves de transporte de entre 250 y 300 pasajeros. Se trata de que en los ocho millones de dólares de capital participen también socios empresariales; supuestamente ya están amarrados varios, pero hasta ahora se desconoce sus nombres. La naviera, con participación de recursos estatales, sería “comunitaria” para disminuir los costos del pasaje en la zona, pero no dice si también se compartirían los ingresos ni en qué proporción.
Falta conocer la opinión de la Comisión Federal de Competencia, porque claramente hay una práctica monopólica absoluta en este mercado, y tampoco se debe olvidar que Franco González tuvo anteriormente una naviera, Compañía Marítima Chan Kaanab, que quebró; los barcos se vendieron como chatarra y muchos terminaros encallados entre arrecifes. La carta de intención a los Reyes fue entregada en la Coordinación de Puertos de Quintana Roo.
jesus.rangel@milenio.com
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