Fuente: Telecinco
Varios supervivientes de los 2.638 republicanos que, hacinados, se exiliaron en el último barco que salió de España horas antes de acabar la Guerra Civil, el "Stanbrook", han agradecido hoy la "gesta" del capitán galés en un emotivo acto presidido por los hijos de ese mercante.
Organizado por la comisión cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, Arnold y Dorothea Dickson, que ese martes 28 de marzo de 1939 tenían 3 y 5 años, respectivamente, han recibido el cariño de un millar de alicantinos, entre ellos algunos de aquellos refugiados o hijos, en los mismos muelles del puerto de donde partió el "Stanbrook" rumbo a Orán (Argelia) horas antes de la toma nacional de este último reducto de la República.
Supervivientes como las hermanas ilicitanas Helia y Alicia González Beltrán, que embarcaron en el buque capitaneado por Archibald Dickson con 2 y 4 años junto a sus padres, y que en declaraciones a EFE recuerdan de aquel viaje de 22 horas que sentían "mucha unión, cariño, dolor y, sobre todo, mucho miedo".
El "Stanbrook" había atracado días antes en Alicante para recoger mercancías pero la velocidad de los últimos acontecimientos les hizo ser protagonistas de la historia.
El buque tenía capacidad para alojar sólo a los 24 miembros de la tripulación y, gracias a la actitud "humanitaria" del capitán Dickson, subieron 2.638 personas que viajaron durante 22 horas ocupando cada espacio de bodegas y cubierta.
Tras el mercante inglés sólo partió poco después el "Marítima" con medio centenar de refugiados que aparecían en un listado, a pesar de que en los muelles se agolpaban entre 16.000 y 18.000 españoles que esperaban los barcos para exiliarse.
"Era tanta la gente en el "Stanbrook" en tan poco espacio que no se cabía, no te podías ni tumbar", ha recordado Helia González antes de explicar, emocionada, que "el capitán Dickson nos daba la mano uno a uno para entrar" al pie de pasarela.
Arnold Dickson ha expresado el "agradecimiento" por este primer y único homenaje a su padre, muerto en noviembre de 1939 por los torpedos de un submarino alemán, y ha confesado que hasta pasados los años supo poco de su papel en la Guerra Civil.
Ha destacado que tanto él como su hermana están emocionados al haber conocido "a algunos de los supervivientes de la odisea del "Stanbrook"" y ha afirmado el "orgullo" que sienten hacia su padre por haber ayudado a los refugiados españoles.
El hispanista irlandés Ian Gibson, uno de los participantes en el homenaje, ha declarado su "admiración" por la decisión tomada por el capitán, a quien se ha referido como auténtico "héroe".
Además, ha leído algunos párrafos de la novela de Max Aub "El Campo de los Almendros", el campo de concentración de Alicante donde fueron recluidos durante meses gran parte de los republicanos que fueron "dejados en la estacada" en el puerto.
En un lluvioso día propio del invierno, uno de los miembros de la comisión cívica, el escritor Enrique Cerdán Tato, ha rememorado que miles de republicanos llegaron de toda España al puerto de Alicante "vencidos pero con principios intocables y la mirada alta y limpia" para intentar librarse de "la bota militar" de los sublevados.
Sin embargo, "pese a la espera de unos barcos que no llegaron nunca", "el único fue el Stanbrook, una leyenda", cuyo capitán dio "la talla de humanidad, integridad y solidaridad" que precisaba el momento.
Uno de los mejores artistas alicantinos, Arcadi Blasco, ha comenzado el acto de homenaje pidiendo tanto al ayuntamiento, del PP, como al puerto de Alicante que, por fin, autoricen colocar en el muelle la escultura de Eusebio Sempere "Paloma de acero" para recordar "algo que no debió ocurrir".
"Dejen colocarlo y no persistan en una actitud refractaria más propia de un vencedor que no ha sabido tratar como igual al vencido", ha subrayado Blasco, a quien le ha apoyado después Gibson, que ha pedido que se permita "honrar dignamente a las víctimas" con este recuerdo y también con otro en el Campo de los Almendros.
El homenaje ha concluido con el lanzamiento de flores a las aguas desde el mismo muelle donde partió el "Stanbrook" en una jornada gris con frío y lluvia, exactamente igual que tal día como hoy hace 70 años.
Organizado por la comisión cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, Arnold y Dorothea Dickson, que ese martes 28 de marzo de 1939 tenían 3 y 5 años, respectivamente, han recibido el cariño de un millar de alicantinos, entre ellos algunos de aquellos refugiados o hijos, en los mismos muelles del puerto de donde partió el "Stanbrook" rumbo a Orán (Argelia) horas antes de la toma nacional de este último reducto de la República.
Supervivientes como las hermanas ilicitanas Helia y Alicia González Beltrán, que embarcaron en el buque capitaneado por Archibald Dickson con 2 y 4 años junto a sus padres, y que en declaraciones a EFE recuerdan de aquel viaje de 22 horas que sentían "mucha unión, cariño, dolor y, sobre todo, mucho miedo".
El "Stanbrook" había atracado días antes en Alicante para recoger mercancías pero la velocidad de los últimos acontecimientos les hizo ser protagonistas de la historia.
El buque tenía capacidad para alojar sólo a los 24 miembros de la tripulación y, gracias a la actitud "humanitaria" del capitán Dickson, subieron 2.638 personas que viajaron durante 22 horas ocupando cada espacio de bodegas y cubierta.
Tras el mercante inglés sólo partió poco después el "Marítima" con medio centenar de refugiados que aparecían en un listado, a pesar de que en los muelles se agolpaban entre 16.000 y 18.000 españoles que esperaban los barcos para exiliarse.
"Era tanta la gente en el "Stanbrook" en tan poco espacio que no se cabía, no te podías ni tumbar", ha recordado Helia González antes de explicar, emocionada, que "el capitán Dickson nos daba la mano uno a uno para entrar" al pie de pasarela.
Arnold Dickson ha expresado el "agradecimiento" por este primer y único homenaje a su padre, muerto en noviembre de 1939 por los torpedos de un submarino alemán, y ha confesado que hasta pasados los años supo poco de su papel en la Guerra Civil.
Ha destacado que tanto él como su hermana están emocionados al haber conocido "a algunos de los supervivientes de la odisea del "Stanbrook"" y ha afirmado el "orgullo" que sienten hacia su padre por haber ayudado a los refugiados españoles.
El hispanista irlandés Ian Gibson, uno de los participantes en el homenaje, ha declarado su "admiración" por la decisión tomada por el capitán, a quien se ha referido como auténtico "héroe".
Además, ha leído algunos párrafos de la novela de Max Aub "El Campo de los Almendros", el campo de concentración de Alicante donde fueron recluidos durante meses gran parte de los republicanos que fueron "dejados en la estacada" en el puerto.
En un lluvioso día propio del invierno, uno de los miembros de la comisión cívica, el escritor Enrique Cerdán Tato, ha rememorado que miles de republicanos llegaron de toda España al puerto de Alicante "vencidos pero con principios intocables y la mirada alta y limpia" para intentar librarse de "la bota militar" de los sublevados.
Sin embargo, "pese a la espera de unos barcos que no llegaron nunca", "el único fue el Stanbrook, una leyenda", cuyo capitán dio "la talla de humanidad, integridad y solidaridad" que precisaba el momento.
Uno de los mejores artistas alicantinos, Arcadi Blasco, ha comenzado el acto de homenaje pidiendo tanto al ayuntamiento, del PP, como al puerto de Alicante que, por fin, autoricen colocar en el muelle la escultura de Eusebio Sempere "Paloma de acero" para recordar "algo que no debió ocurrir".
"Dejen colocarlo y no persistan en una actitud refractaria más propia de un vencedor que no ha sabido tratar como igual al vencido", ha subrayado Blasco, a quien le ha apoyado después Gibson, que ha pedido que se permita "honrar dignamente a las víctimas" con este recuerdo y también con otro en el Campo de los Almendros.
El homenaje ha concluido con el lanzamiento de flores a las aguas desde el mismo muelle donde partió el "Stanbrook" en una jornada gris con frío y lluvia, exactamente igual que tal día como hoy hace 70 años.
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