Fuente: La Verdad del Sureste
Jesusa Cervantes/ Proceso
MEXICO, D.F., 28 DE MARZO /El presidente Felipe Calderón decidió que los gobernadores de Tamaulipas, Campeche, Michoacán, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala, Hidalgo, Veracruz, Guanajuato y Puebla se confrontaran entre sí para ofrecer la mejor ubicación para la nueva refinería, pero el gobierno federal ya tiene proyecciones en las que Puebla y Guanajuato no figuran.
El 18 de marzo, en el discurso que dio en la conmemoración del aniversario número 71 de la expropiación petrolera, Calderón anunció un foro de tres días, a partir del cual se determinará, “a más tardar el 15 de abril”, dónde se construirá dicha refinería.
Dada la importancia del tema, se justificó Calderón, esa decisión “más que llevarla hacia adentro de las propias oficinas de Pemex o del gobierno, debe llevarse hacia fuera y ventilarse pública y transparentemente”.
Lo que no dijo es que, como lo ordenó el artículo transitorio décimo noveno del Presupuesto de Egresos de la Federación, desde julio de 2008 el Ejecutivo entregó a la Cámara de Diputados “un estudio de viabilidad y pre factibilidad” para construir la nueva refinería. Incluso se le exigieron ubicaciones probables.
Funcionarios de Petróleos Mexicanos aseguraron que sólo por presiones políticas se incluyó entre los estados aspirantes a Puebla y Guanajuato. En el documento, Pemex aclara que no se consideró la ciudad guanajuatense de Salamanca “por restricciones de espacio y baja capacidad de dispersión de contaminantes en la cuenca”.
Es la tercera vez que Felipe Calderón ofrece una pronta construcción de la refinería. Primero, el 18 de marzo de 2007 “instruyó a la Secretaría de Energía y a Petróleos Mexicanos a iniciar los estudios y analizar la factibilidad técnica, financiera y logística que nos permita construir una nueva refinería”.
Luego, en octubre de 2008 anunció su programa anticíclico para enfrentar la crisis económica internacional, y en él incluyó ese proyecto. Pero fue hasta el 18 de marzo cuando obligó a los gobernadores a enfrascarse en una competencia que, a decir de expertos, es inútil.
Razones técnicas
En entrevista, el ingeniero químico José Felipe Ocampo Torrea señala que “la localización de una refinería es un asunto demasiado técnico que debe resolverse con estudios técnicos, económicos, en donde se brinden las mejores perspectivas para el país, no para un estado. Lo que está haciendo el gobierno es un absurdo”.
El especialista, quien elaboró más de 33 proyectos de este tipo para Pemex en Europa, agrega que los gobernadores no tienen los datos necesarios para definir si el proyecto es viable en sus estados. Quien cuenta con ellos es Pemex, enfatiza.
“El punto ideal para construir la refinería –explica– es donde el suministro de crudo y su distribución de productos sea lo menos costoso para el país. Es uno de los elementos de mayor peso porque esa refinería va a afectar las áreas de distribución de las demás.
“Y otro punto central es el agua. Una refinería consume cantidades muy elevadas de agua. A partir de este factor, las costas favorecen la localización de una refinería, porque toma agua del mar, enfría todos los productos y la vuelve a echar al mar, que tiene la capacidad de absorción para ello. Eso lo consideran todos los países”.
En su opinión, el proyecto requiere de estudios preliminares “y creo que Pemex ya los tiene hechos. Me atrevería a suponer que lo que pasa es que Calderón y el gobierno no quieren hacer una refinería, y punto”.
El presidente de la Fundación Luis Donaldo Colosio del PRI, Francisco Rojas, quien fue director de Pemex durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuestiona los foros anunciados por Calderón: “¿Estamos en presencia de una provocación para generar resistencias locales que se opongan a la construcción de la refinería? Cabría preguntarse si es un intento que genere la especulación o la elevación de precios de los terrenos para imposibilitar la construcción, o, en su caso, si ya tienen los terrenos, ¿se están burlando de los gobernadores? ¿Se trata de enfrentar a los gobernadores entre sí, y a éstos con sus gobernados?”.
También el ingeniero Ocampo Torrea califica de grave que los gobernadores debatan sobre la nueva refinería. “Lo que deberíamos estar discutiendo es qué tipo de refinería es mejor”, dice, y aclara que las hay para el abasto de gasolina, para resolver el problema de la gasolina y el gas importados, o bien para atender la demanda de gasolina, gas natural y petroquímicos. De igual forma, continúa, tendría que analizarse cuál tipo de contratación para construir la refinería puede generar más empleos.
“Eso es lo que deberíamos estar discutiendo”, insiste, y relata que ya le comunicó su opinión al presidente Calderón en una carta que le envió el 10 de octubre del año pasado.
En la misiva, el ingeniero Ocampo argumenta que si el objetivo de la refinería es incrementar la producción nacional de productos como gasolina, diesel y gas natural, debe tomarse en cuenta que las ya existentes en el país pueden procesar mayor cantidad de crudo (300 mil barriles diarios) prácticamente sin inversión adicional.
Explica que México tiene capacidad para producir un millón y medio de barriles diarios de productos procesados del crudo, lo que no es suficiente para abastecer al país, pero aun es menos suficiente si las refinerías siguen siendo operadas al 80%, cuando pueden funcionar al 100% de su capacidad nominal. Actualmente sólo se procesa un millón 200 mil barriles.
Es necesario procesar más crudo en el país, reitera José Felipe Ocamp, no importa si se hacen nuevos trenes de refinación en una instalación ya existente o se crea una nueva refinería.
En el proyecto de viabilidad del gobierno, continúa, se plantea que lo viable es crear una refinería “tipo coque”, y aunque el experto acepta que este tipo de instalación proporciona mayores utilidades únicamente al “sector refinación”, no es la más conveniente para el “sector refinación-generación eléctrica”.
Además, dice, México tiene que importar gas natural, justamente lo que requieren las refinerías del tipo coque. La alternativa más económica, desde el punto de vista del ingeniero químico, es la refinería de FCC, que es una unidad de desintegración catalítica que suministra combustibles líquidos a la industria de generación eléctrica.
En todo caso, la elección depende de las necesidades. “¿Cómo debemos analizar el problema de una nueva refinería o reconfiguración, como proyecto que proporcione mayores beneficios económicos a Pemex, o al país (es decir, tanto a Pemex como a la Comisión Federal de Electricidad)?”, resume el dilema.
Las opciones reales
De acuerdo con el estudio del gobierno federal, la primera propuesta gubernamental es Cadereyta, Nuevo León, con un costo de 2 mil 500 millones de dólares y cercana a un mercado en crecimiento.
Le sigue la ciudad de Campeche, en el estado del mismo nombre, que está próxima a la materia prima (crudos pesados y extrapesados) y puede abastecer a Yucatán. El costo sería de mil 500 millones de dólares.
Si se construyera en Dos Bocas, Tabasco, con un costo de mil 100 millones, la refinería también quedaría cerca de los puntos de producción de crudos pesados y extrapesados.
Otra posibilidad en el Sureste es Minatitlán, Veracruz, donde existe toda una red de distribución de crudo y se podrían aprovechar algunas sinergias con la refinería de La Cangrejera. El costo se calcula en mil 300 millones.
En el estudio federal se toma en cuenta a Lázaro Cárdenas, Michoacán, que si bien está lejos de los centros de distribución de la materia prima, queda cerca de la zona centro-occidental del país y tiene disponibles tanto gas natural como energía eléctrica. El costo de construir aquí la nueva refinería se estima en mil 600 millones.
En cuanto a Manzanillo, Colima, se establece que puede suministrar crudo vía marítima a través del puerto oaxaqueño de Salina Cruz. Sin embargo, como no cuenta con espacio suficiente para ampliar la actual terminal marítima, tendría que construirse una nueva, lo que eleva el costo a mil millones de dólares. Aun así, cuenta con facilidades para el suministro de gas natural y energía eléctrica.
Los últimos tres lugares que analiza el gobierno federal son los más baratos.
Si el proyecto se lleva a cabo en Salina Cruz, Oaxaca, costaría 900 millones de dólares, ya que podría utilizar la infraestructura de oleoductos y las instalaciones portuarias ya existentes. Le sigue Tula, Hidalgo, con un costo estimado en 850 millones de dólares y la ventaja de su cercanía con los grandes centros consumidores de gasolinas. Además, cuenta con facilidades para el suministro de gas natural.
Finalmente, Tuxpan, Veracruz, cuenta con la terminal marítima donde actualmente se realiza la mayor parte de las operaciones de importación de petrolíferos. El costo de una refinería ubicada ahí se calcula en sólo 640 millones de dólares.
Jesusa Cervantes/ Proceso
MEXICO, D.F., 28 DE MARZO /El presidente Felipe Calderón decidió que los gobernadores de Tamaulipas, Campeche, Michoacán, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala, Hidalgo, Veracruz, Guanajuato y Puebla se confrontaran entre sí para ofrecer la mejor ubicación para la nueva refinería, pero el gobierno federal ya tiene proyecciones en las que Puebla y Guanajuato no figuran.
El 18 de marzo, en el discurso que dio en la conmemoración del aniversario número 71 de la expropiación petrolera, Calderón anunció un foro de tres días, a partir del cual se determinará, “a más tardar el 15 de abril”, dónde se construirá dicha refinería.
Dada la importancia del tema, se justificó Calderón, esa decisión “más que llevarla hacia adentro de las propias oficinas de Pemex o del gobierno, debe llevarse hacia fuera y ventilarse pública y transparentemente”.
Lo que no dijo es que, como lo ordenó el artículo transitorio décimo noveno del Presupuesto de Egresos de la Federación, desde julio de 2008 el Ejecutivo entregó a la Cámara de Diputados “un estudio de viabilidad y pre factibilidad” para construir la nueva refinería. Incluso se le exigieron ubicaciones probables.
Funcionarios de Petróleos Mexicanos aseguraron que sólo por presiones políticas se incluyó entre los estados aspirantes a Puebla y Guanajuato. En el documento, Pemex aclara que no se consideró la ciudad guanajuatense de Salamanca “por restricciones de espacio y baja capacidad de dispersión de contaminantes en la cuenca”.
Es la tercera vez que Felipe Calderón ofrece una pronta construcción de la refinería. Primero, el 18 de marzo de 2007 “instruyó a la Secretaría de Energía y a Petróleos Mexicanos a iniciar los estudios y analizar la factibilidad técnica, financiera y logística que nos permita construir una nueva refinería”.
Luego, en octubre de 2008 anunció su programa anticíclico para enfrentar la crisis económica internacional, y en él incluyó ese proyecto. Pero fue hasta el 18 de marzo cuando obligó a los gobernadores a enfrascarse en una competencia que, a decir de expertos, es inútil.
Razones técnicas
En entrevista, el ingeniero químico José Felipe Ocampo Torrea señala que “la localización de una refinería es un asunto demasiado técnico que debe resolverse con estudios técnicos, económicos, en donde se brinden las mejores perspectivas para el país, no para un estado. Lo que está haciendo el gobierno es un absurdo”.
El especialista, quien elaboró más de 33 proyectos de este tipo para Pemex en Europa, agrega que los gobernadores no tienen los datos necesarios para definir si el proyecto es viable en sus estados. Quien cuenta con ellos es Pemex, enfatiza.
“El punto ideal para construir la refinería –explica– es donde el suministro de crudo y su distribución de productos sea lo menos costoso para el país. Es uno de los elementos de mayor peso porque esa refinería va a afectar las áreas de distribución de las demás.
“Y otro punto central es el agua. Una refinería consume cantidades muy elevadas de agua. A partir de este factor, las costas favorecen la localización de una refinería, porque toma agua del mar, enfría todos los productos y la vuelve a echar al mar, que tiene la capacidad de absorción para ello. Eso lo consideran todos los países”.
En su opinión, el proyecto requiere de estudios preliminares “y creo que Pemex ya los tiene hechos. Me atrevería a suponer que lo que pasa es que Calderón y el gobierno no quieren hacer una refinería, y punto”.
El presidente de la Fundación Luis Donaldo Colosio del PRI, Francisco Rojas, quien fue director de Pemex durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuestiona los foros anunciados por Calderón: “¿Estamos en presencia de una provocación para generar resistencias locales que se opongan a la construcción de la refinería? Cabría preguntarse si es un intento que genere la especulación o la elevación de precios de los terrenos para imposibilitar la construcción, o, en su caso, si ya tienen los terrenos, ¿se están burlando de los gobernadores? ¿Se trata de enfrentar a los gobernadores entre sí, y a éstos con sus gobernados?”.
También el ingeniero Ocampo Torrea califica de grave que los gobernadores debatan sobre la nueva refinería. “Lo que deberíamos estar discutiendo es qué tipo de refinería es mejor”, dice, y aclara que las hay para el abasto de gasolina, para resolver el problema de la gasolina y el gas importados, o bien para atender la demanda de gasolina, gas natural y petroquímicos. De igual forma, continúa, tendría que analizarse cuál tipo de contratación para construir la refinería puede generar más empleos.
“Eso es lo que deberíamos estar discutiendo”, insiste, y relata que ya le comunicó su opinión al presidente Calderón en una carta que le envió el 10 de octubre del año pasado.
En la misiva, el ingeniero Ocampo argumenta que si el objetivo de la refinería es incrementar la producción nacional de productos como gasolina, diesel y gas natural, debe tomarse en cuenta que las ya existentes en el país pueden procesar mayor cantidad de crudo (300 mil barriles diarios) prácticamente sin inversión adicional.
Explica que México tiene capacidad para producir un millón y medio de barriles diarios de productos procesados del crudo, lo que no es suficiente para abastecer al país, pero aun es menos suficiente si las refinerías siguen siendo operadas al 80%, cuando pueden funcionar al 100% de su capacidad nominal. Actualmente sólo se procesa un millón 200 mil barriles.
Es necesario procesar más crudo en el país, reitera José Felipe Ocamp, no importa si se hacen nuevos trenes de refinación en una instalación ya existente o se crea una nueva refinería.
En el proyecto de viabilidad del gobierno, continúa, se plantea que lo viable es crear una refinería “tipo coque”, y aunque el experto acepta que este tipo de instalación proporciona mayores utilidades únicamente al “sector refinación”, no es la más conveniente para el “sector refinación-generación eléctrica”.
Además, dice, México tiene que importar gas natural, justamente lo que requieren las refinerías del tipo coque. La alternativa más económica, desde el punto de vista del ingeniero químico, es la refinería de FCC, que es una unidad de desintegración catalítica que suministra combustibles líquidos a la industria de generación eléctrica.
En todo caso, la elección depende de las necesidades. “¿Cómo debemos analizar el problema de una nueva refinería o reconfiguración, como proyecto que proporcione mayores beneficios económicos a Pemex, o al país (es decir, tanto a Pemex como a la Comisión Federal de Electricidad)?”, resume el dilema.
Las opciones reales
De acuerdo con el estudio del gobierno federal, la primera propuesta gubernamental es Cadereyta, Nuevo León, con un costo de 2 mil 500 millones de dólares y cercana a un mercado en crecimiento.
Le sigue la ciudad de Campeche, en el estado del mismo nombre, que está próxima a la materia prima (crudos pesados y extrapesados) y puede abastecer a Yucatán. El costo sería de mil 500 millones de dólares.
Si se construyera en Dos Bocas, Tabasco, con un costo de mil 100 millones, la refinería también quedaría cerca de los puntos de producción de crudos pesados y extrapesados.
Otra posibilidad en el Sureste es Minatitlán, Veracruz, donde existe toda una red de distribución de crudo y se podrían aprovechar algunas sinergias con la refinería de La Cangrejera. El costo se calcula en mil 300 millones.
En el estudio federal se toma en cuenta a Lázaro Cárdenas, Michoacán, que si bien está lejos de los centros de distribución de la materia prima, queda cerca de la zona centro-occidental del país y tiene disponibles tanto gas natural como energía eléctrica. El costo de construir aquí la nueva refinería se estima en mil 600 millones.
En cuanto a Manzanillo, Colima, se establece que puede suministrar crudo vía marítima a través del puerto oaxaqueño de Salina Cruz. Sin embargo, como no cuenta con espacio suficiente para ampliar la actual terminal marítima, tendría que construirse una nueva, lo que eleva el costo a mil millones de dólares. Aun así, cuenta con facilidades para el suministro de gas natural y energía eléctrica.
Los últimos tres lugares que analiza el gobierno federal son los más baratos.
Si el proyecto se lleva a cabo en Salina Cruz, Oaxaca, costaría 900 millones de dólares, ya que podría utilizar la infraestructura de oleoductos y las instalaciones portuarias ya existentes. Le sigue Tula, Hidalgo, con un costo estimado en 850 millones de dólares y la ventaja de su cercanía con los grandes centros consumidores de gasolinas. Además, cuenta con facilidades para el suministro de gas natural.
Finalmente, Tuxpan, Veracruz, cuenta con la terminal marítima donde actualmente se realiza la mayor parte de las operaciones de importación de petrolíferos. El costo de una refinería ubicada ahí se calcula en sólo 640 millones de dólares.
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