Las promesas en vísperas de unas elecciones las carga el diablo. El
acuerdo con la petrolera Pemex con el Gobierno gallego, —que la Xunta
mantiene—, ha sido el blanco de las críticas en México donde, el domingo
1 de julio se celebran comicios a la presidencia de la República. A la
vista de las autonómicas, en Galicia también ha despertado fuertes dudas
en la oposición. El diputado del BNG, Fernando Branco Parga, denunció
ayer que numerosas informaciones recogidas por la prensa mexicana
sostienen que los buques se realizarán finalmente en aquél país. La
Xunta tuvo que insistir ayer en que el convenio para que los astilleros
gallegos construyan siete remolcadores y colaboren en el montaje de
otros siete “se materializan en un pedido” (que no se ha concretado), y
que las informaciones que cita Branco Parga aluden a otro concurso
internacional de la petrolera. Sin embargo, portales especializados de
Internet aluden a que el acuerdo puso en guardia a “la muy golpeada
industria naval mexicana”.
Convocados por la Asociación Mexicana de Ingenieros Navales recientemente se celebró una reunión “para demandar al gobierno que sea los astilleros mexicanos los que construyan las embarcaciones”. En ella participaron representantes del Colegio de Ingenieros Navales de México, sindicatos, la Cámara Mexicana de Transporte Marítimo, varios astilleros, industrias auxiliares, la dirección de Marina Mercante y hasta universidades. “La pregunta es: ¿Qué pasa si nos pidiesen producción? ¿Estaríamos preparados para construir todas las embarcaciones?”, recoge una información del portal Mundo Marítimo, que admite que se desconoce la capacidad de los 45 astilleros del país para competir con ofertas internacionales. El presidente de la asociación convocante, Gabriel Delgado, aseguró ayer a este periódico que se ha creado un comité de la industria que se entrevistará con cargos de Pemex “para conocer el convenio con el Gobierno gallego”. Admitió que en México no se ha producido ninguna declaración oficial por parte del Gobierno ni de la empresa sobre el acuerdo con Galicia.
En tono muy conciliador y apelando al entendimiento entre los dos países, Delgado admitió que la noticia ha causado un gran impacto la industria mexicana, “pero nuestra actitud debe ser constructiva, no podemos reclamar que todos los barcos se hagan aquí cuando no hemos identificado nuestra capacidad”. Cree que los astilleros mexicanos “se han ido preparando en los últimos años”, y que construir los remolcadores es una tarea sencilla, pero insiste en que primero tienen que saber qué capacidad tienen las empresas mexicanas, y así se lo trasladarán al Gobierno.
La nota oficial de la Consellería de Economía asegura que “los plazos se están avanzando para la formalización de las contrataciones, de hecho, el presidente de la Xunta se reunió con el consejero delegado de Pemex en España, José Manuel Carrera, que reafirmó el compromiso y anunció un encuentro entre astilleros mexicanos y gallegos antes del 10 de julio”.
Pero el nacionalista Branco Parga insiste en que ha solicitado sin éxico “disponer de una copia del documento”. “Es sorprendente que un acuerdo tan importante no haya sido anunciado por el Conselleiro de Industria en el Parlamento, y ni ha comparecido en el pleno de la semana pasada ni lo va a hacer la próxima semana”, aseguró. Cree que ante eso, “es imposible evaluar el grado de seriedad”, del anuncio. Después pidió “prudencia”, a la Xunta para no divulcar “cuestiones que no se saben si se van a materializar”.
El pacto de los remolcadores se amplió esta semana con el anuncio de Feijóo de que la compañía pediría “presupuestos para dos quimiqueros”, a constructores gallegos, incluido Navantia. “El acuerdo abre grandes posibilidades y es una alianza estratégica con la cuarta petrolera del mundo”, según Industria.
Convocados por la Asociación Mexicana de Ingenieros Navales recientemente se celebró una reunión “para demandar al gobierno que sea los astilleros mexicanos los que construyan las embarcaciones”. En ella participaron representantes del Colegio de Ingenieros Navales de México, sindicatos, la Cámara Mexicana de Transporte Marítimo, varios astilleros, industrias auxiliares, la dirección de Marina Mercante y hasta universidades. “La pregunta es: ¿Qué pasa si nos pidiesen producción? ¿Estaríamos preparados para construir todas las embarcaciones?”, recoge una información del portal Mundo Marítimo, que admite que se desconoce la capacidad de los 45 astilleros del país para competir con ofertas internacionales. El presidente de la asociación convocante, Gabriel Delgado, aseguró ayer a este periódico que se ha creado un comité de la industria que se entrevistará con cargos de Pemex “para conocer el convenio con el Gobierno gallego”. Admitió que en México no se ha producido ninguna declaración oficial por parte del Gobierno ni de la empresa sobre el acuerdo con Galicia.
En tono muy conciliador y apelando al entendimiento entre los dos países, Delgado admitió que la noticia ha causado un gran impacto la industria mexicana, “pero nuestra actitud debe ser constructiva, no podemos reclamar que todos los barcos se hagan aquí cuando no hemos identificado nuestra capacidad”. Cree que los astilleros mexicanos “se han ido preparando en los últimos años”, y que construir los remolcadores es una tarea sencilla, pero insiste en que primero tienen que saber qué capacidad tienen las empresas mexicanas, y así se lo trasladarán al Gobierno.
La nota oficial de la Consellería de Economía asegura que “los plazos se están avanzando para la formalización de las contrataciones, de hecho, el presidente de la Xunta se reunió con el consejero delegado de Pemex en España, José Manuel Carrera, que reafirmó el compromiso y anunció un encuentro entre astilleros mexicanos y gallegos antes del 10 de julio”.
Pero el nacionalista Branco Parga insiste en que ha solicitado sin éxico “disponer de una copia del documento”. “Es sorprendente que un acuerdo tan importante no haya sido anunciado por el Conselleiro de Industria en el Parlamento, y ni ha comparecido en el pleno de la semana pasada ni lo va a hacer la próxima semana”, aseguró. Cree que ante eso, “es imposible evaluar el grado de seriedad”, del anuncio. Después pidió “prudencia”, a la Xunta para no divulcar “cuestiones que no se saben si se van a materializar”.
El pacto de los remolcadores se amplió esta semana con el anuncio de Feijóo de que la compañía pediría “presupuestos para dos quimiqueros”, a constructores gallegos, incluido Navantia. “El acuerdo abre grandes posibilidades y es una alianza estratégica con la cuarta petrolera del mundo”, según Industria.
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