Fuente: Nuestromar
-¿Cómo se llega a este momento? ¿Por qué ahora?
-Hace años que venimos trabajando por la bandera nacional. Y hablamos con otros armadores.
-¿Van a tener reserva de cargas?
-Vamos a trabajar para que se le dé prioridad a la bandera argentina, con una ley de marina mercante nacional.
-¿No le temen a un Congreso opositor?
-¿Miedo, por qué? Si el Congreso es de los argentinos. ¿Quién no va a querer recuperar mano de obra y bodega argentinas?
-¿Y los que dicen que la mano de obra argentina es cara?
-No están acostumbrados a vivir en este país, pero lucran en este país, con los huevos puestos en otro lado.
-¿Puede haber una bandera nacional competitiva?
-Sí, claro que sí. Hay muchos intereses, y vamos a desplazar flete. Los trabajadores ya tenemos un pie en el agua. Y muchos no quieren que seamos armadores, pero ya somos armadores [N. de la R.: la marítima San Jorge pertenece al SOMU]. Estamos pagando derecho de piso.
-¿Por qué?
-Porque vamos a entrar en el negocio de los armadores cuando antes sólo éramos empleados. Pero aprendimos a administrar, y con ganancias, los barcos. Cuando vamos a las paritarias, los armadores siempre tienen pérdidas. ¿Para qué siguen en el negocio entonces? Nosotros estuvimos del otro lado del mostrador y el negocio da ganancias. Muchos armadores preguntan qué capital tenemos. Somos 16.000 trabajadores. Formar un marinero cuesta US$ 20.000 y lo hacemos en nuestra escuela. Formar un capitán u oficial de ultramar cuesta US$ 140.000. Hay unos 5000 trabajadores y capitanes de río. Así que hay capital humano.
-¿Dónde trabajan, si en el río no hay bandera nacional?
-En barcos de bandera extranjera. Nuestra industria es off shore. Tenemos 3000 trabajadores en las plataformas petroleras de África y el Mar del Norte, y deberían estar trabajando acá.
-¿Cree que va a ser necesario un fondo como fue el de la Marina Mercante en su momento?
-Estoy de acuerdo, pero sólo si está bien usado y sea de administración tripartita: Estado, empresarios y trabajadores. De otra manera, no funciona.
LA NACION
-Hace años que venimos trabajando por la bandera nacional. Y hablamos con otros armadores.
-¿Van a tener reserva de cargas?
-Vamos a trabajar para que se le dé prioridad a la bandera argentina, con una ley de marina mercante nacional.
-¿No le temen a un Congreso opositor?
-¿Miedo, por qué? Si el Congreso es de los argentinos. ¿Quién no va a querer recuperar mano de obra y bodega argentinas?
-¿Y los que dicen que la mano de obra argentina es cara?
-No están acostumbrados a vivir en este país, pero lucran en este país, con los huevos puestos en otro lado.
-¿Puede haber una bandera nacional competitiva?
-Sí, claro que sí. Hay muchos intereses, y vamos a desplazar flete. Los trabajadores ya tenemos un pie en el agua. Y muchos no quieren que seamos armadores, pero ya somos armadores [N. de la R.: la marítima San Jorge pertenece al SOMU]. Estamos pagando derecho de piso.
-¿Por qué?
-Porque vamos a entrar en el negocio de los armadores cuando antes sólo éramos empleados. Pero aprendimos a administrar, y con ganancias, los barcos. Cuando vamos a las paritarias, los armadores siempre tienen pérdidas. ¿Para qué siguen en el negocio entonces? Nosotros estuvimos del otro lado del mostrador y el negocio da ganancias. Muchos armadores preguntan qué capital tenemos. Somos 16.000 trabajadores. Formar un marinero cuesta US$ 20.000 y lo hacemos en nuestra escuela. Formar un capitán u oficial de ultramar cuesta US$ 140.000. Hay unos 5000 trabajadores y capitanes de río. Así que hay capital humano.
-¿Dónde trabajan, si en el río no hay bandera nacional?
-En barcos de bandera extranjera. Nuestra industria es off shore. Tenemos 3000 trabajadores en las plataformas petroleras de África y el Mar del Norte, y deberían estar trabajando acá.
-¿Cree que va a ser necesario un fondo como fue el de la Marina Mercante en su momento?
-Estoy de acuerdo, pero sólo si está bien usado y sea de administración tripartita: Estado, empresarios y trabajadores. De otra manera, no funciona.
LA NACION
No hay comentarios.:
Publicar un comentario