Fuente: Ensenada net
por Elizabeth Vargas
Pese a los esfuerzos que ha realizado la Administración Portuaria Integral por atraer empresas que contraten sus servicios para el movimiento de carga, la gran cuantidad de retenes a lo largo de las distintas rutas que vienen de Sonora y de Baja California Sur, se han convertido en un problema para los exportadores que pierden tiempo y dinero en estas filas.
El Director de la API Carlos Jáuregui González, confirmó que el tema ha sido recurrente entre los usuarios del Puerto, ya que la falta de tecnologías de los retenes militares que hagan mas ágiles las revisiones, sin que contaminen los productos generan pérdidas millonarias a las empresas.
Existen registros de empresas que han perdido el viaje de un barco debido al retraso en los retenes que provoca que un viaje de 12 horas de Hermosillo a Ensenada se convierta en uno de 36 horas con bloqueos de hasta 14 horas en un solo retén.
Este problema es grave cuando implica a una empresa, perder un barco que lleva una ruta específica, a Sudamérica, Asia, Europa, Estados Unidos o al Sur del País, lo que le puede significar un rezago a la carga de entre una semana y 15 días lo que saca a Ensenada de la competencia.
Es un tema delicado, porque mientras Directivos de la API y agentes navieros hacen esfuerzos junto con la SCT para tomar a Ensenada como una opción por la agilidad con que se realizan las operaciones, en los retenes se pierde cualquier competencia o ahorro que hubiera podido ser significativo para una firma.
La demanda aclaró Jáuregui, no es la de que se dejen de hacer inspecciones en busca de tráfico de productos ilícitos, drogas, armas, piratería, animales exóticos, sino que se utilicen equipos de primer mundo como rayos gama y otros sistemas especiales que se usan con éxito en otros países.
En los retenes que operan en México, hay una política discrecional, no existen equipos de alta tecnología y los militares muchas veces, sacan y colocan en el suelo, productos perecederos que llevan una refrigeración con temperaturas reguladas que en el momento mismo que abren una caja, hacen que pierda la calidad.
Aunando a ello cajas que ya están selladas con revisiones especiales, también son violadas y los estándares de calidad e inocuidad eliminados con pérdida para la empresa que debe resarcir la situación o causan problemas fiscales.
El problema más grave es para los productos que viajan desde Sonora, carne de puerco que va a O
Oriente y algunas hortalizas.
De Sonora en los retenes tardan 10 horas en promedio mas el viaje, en San Miguel lapsos de mas de una o dos horas pero en El Centinela este cruce se llegan a tardar entre 10 y 16 horas.
El Comité Integrador del Puerto de Ensenada en donde están autoridades, agentes aduanales, navieros y empresarios transportistas ya han enviado comunicados a la Federación con este tema.
Hasta ahora aunque se han dado algunos anuncios en el sentido de modernizar estos puntos de revisión en el corto plazo no hay una solución pronta.
Jáuregui reveló que se trabaja actualmente por parte de algunas empresas en una estimación de los daños económicos y de percepción a la inversión, que esta enviando México al exterior por estos retenes militares.
Dijo por último que existe un ejemplo de cómo hacer las revisiones de forma profesional, el PRECO ubicado en Querobabi, a 90 km al norte de Hermosillo, Sonora, el cual tras una serie de quejas de los transportistas y empresarios cuenta ahora con instalaciones adecuadas para dichas inspecciones.
El lugar tiene andenes de revisión de mercancías, rayos gamma y rayos X, área para revisión de vehículos y pasajeros, espacios para esparcimiento y resguardo del personal de SEDENA, entre otros, lo que hace mas eficiente los sistemas.
Impactos:
Tiempos muertos con promedios de espera de 3-5 horas y filas de vehículos de hasta 5 km
Falta de equipo necesario para inspección (montacargas, herramientas, rayos gamma, iluminación, entre otros) propiciando mal manejo de las mercancías y daños a las mismas.
Rompimiento de candados fiscales y de la cadena de frío en productos perecederos.
Costos adicionales generados por tiempos muertos, por reposición de candados fiscales, por daños y/o faltantes a la carga, entre otros.
Pese a los esfuerzos que ha realizado la Administración Portuaria Integral por atraer empresas que contraten sus servicios para el movimiento de carga, la gran cuantidad de retenes a lo largo de las distintas rutas que vienen de Sonora y de Baja California Sur, se han convertido en un problema para los exportadores que pierden tiempo y dinero en estas filas.
El Director de la API Carlos Jáuregui González, confirmó que el tema ha sido recurrente entre los usuarios del Puerto, ya que la falta de tecnologías de los retenes militares que hagan mas ágiles las revisiones, sin que contaminen los productos generan pérdidas millonarias a las empresas.
Existen registros de empresas que han perdido el viaje de un barco debido al retraso en los retenes que provoca que un viaje de 12 horas de Hermosillo a Ensenada se convierta en uno de 36 horas con bloqueos de hasta 14 horas en un solo retén.
Este problema es grave cuando implica a una empresa, perder un barco que lleva una ruta específica, a Sudamérica, Asia, Europa, Estados Unidos o al Sur del País, lo que le puede significar un rezago a la carga de entre una semana y 15 días lo que saca a Ensenada de la competencia.
Es un tema delicado, porque mientras Directivos de la API y agentes navieros hacen esfuerzos junto con la SCT para tomar a Ensenada como una opción por la agilidad con que se realizan las operaciones, en los retenes se pierde cualquier competencia o ahorro que hubiera podido ser significativo para una firma.
La demanda aclaró Jáuregui, no es la de que se dejen de hacer inspecciones en busca de tráfico de productos ilícitos, drogas, armas, piratería, animales exóticos, sino que se utilicen equipos de primer mundo como rayos gama y otros sistemas especiales que se usan con éxito en otros países.
En los retenes que operan en México, hay una política discrecional, no existen equipos de alta tecnología y los militares muchas veces, sacan y colocan en el suelo, productos perecederos que llevan una refrigeración con temperaturas reguladas que en el momento mismo que abren una caja, hacen que pierda la calidad.
Aunando a ello cajas que ya están selladas con revisiones especiales, también son violadas y los estándares de calidad e inocuidad eliminados con pérdida para la empresa que debe resarcir la situación o causan problemas fiscales.
El problema más grave es para los productos que viajan desde Sonora, carne de puerco que va a O
Oriente y algunas hortalizas.
De Sonora en los retenes tardan 10 horas en promedio mas el viaje, en San Miguel lapsos de mas de una o dos horas pero en El Centinela este cruce se llegan a tardar entre 10 y 16 horas.
El Comité Integrador del Puerto de Ensenada en donde están autoridades, agentes aduanales, navieros y empresarios transportistas ya han enviado comunicados a la Federación con este tema.
Hasta ahora aunque se han dado algunos anuncios en el sentido de modernizar estos puntos de revisión en el corto plazo no hay una solución pronta.
Jáuregui reveló que se trabaja actualmente por parte de algunas empresas en una estimación de los daños económicos y de percepción a la inversión, que esta enviando México al exterior por estos retenes militares.
Dijo por último que existe un ejemplo de cómo hacer las revisiones de forma profesional, el PRECO ubicado en Querobabi, a 90 km al norte de Hermosillo, Sonora, el cual tras una serie de quejas de los transportistas y empresarios cuenta ahora con instalaciones adecuadas para dichas inspecciones.
El lugar tiene andenes de revisión de mercancías, rayos gamma y rayos X, área para revisión de vehículos y pasajeros, espacios para esparcimiento y resguardo del personal de SEDENA, entre otros, lo que hace mas eficiente los sistemas.
Impactos:
Tiempos muertos con promedios de espera de 3-5 horas y filas de vehículos de hasta 5 km
Falta de equipo necesario para inspección (montacargas, herramientas, rayos gamma, iluminación, entre otros) propiciando mal manejo de las mercancías y daños a las mismas.
Rompimiento de candados fiscales y de la cadena de frío en productos perecederos.
Costos adicionales generados por tiempos muertos, por reposición de candados fiscales, por daños y/o faltantes a la carga, entre otros.
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