Fuente: El Comercio Digital
La Unión Europea duda ahora de que las subvenciones comprometidas por los gobiernos de España y Francia para poner en marcha autopistas del mar en el Arco Atlántico sean compatibles con las normas sobre competencia. La Asociación de Navieros Españoles (Anave) se hizo eco ayer de informaciones publicadas por medios especializados conforme a las cuales las ayudas oficiales podrían ser rechazadas.
Las dudas surgen a raíz de una interpelación de la eurodiputada holandesa Corien Wortmann-Kool al comisario Tajani en el Parlamento Europeo.
Dicha eurodiputada, según las citadas informaciones, aseguró que las ayudas estatales de 30 millones de euros durante cinco años por cada autopista del mar adjudicada en concurso convocado al efecto «supera de lejos los porcentajes de financiación pública permitidos por la Comisión en virtud de las normas de los programas TEN-T y Marco Polo, así como las directrices sobre ayudas de Estado al transporte marítimo». A juicio de Corien Wortmann-Kool, «empresas como la holandesa Transfennica, que presta un servicio de Short Sea Shipping -cabotaje europeo, en este caso para tráfico rodado- entre Bilbao y Brujas, ya sufren importantes desventajas competitivas a raíz de estos anuncios».
Las mismas fuentes de Anave informan de que «a ello Tajani respondió que los gobiernos español y francés han indicado claramente su intención de notificar formalmente las ayudas a la Comisión y que una vez que ésta reciba ambas notificaciones estudiará «cuidadosamente su compatibilidad con el mercado europeo».
No es la primera advertencia, sea directa o indirecta, de las navieras que compiten sin ayudas, sobre la distorsión que causan las subvenciones.
La misma Grimaldi, una de las empresas implicadas en el proyecto de unir Gijón y Nantes con una autopista del mar subvencionada, se ha mostrado preocupada por igual convocatoria en el Mediterráneo. Se da la circunstancia de que Grimaldi tiene operativa una autopista del mar que funciona sin ayudas entre Barcelona y Roma, que podría encontrar ahora la competencia de proyectos subvencionados. Grimaldi, según fuentes consultadas por este periódico, apuesta por la utilización del llamado 'ecobono' para propiciar la implantación de autopistas del mar.
Sistema alternativo
El 'ecobono', que sí utiliza el Gobierno vasco para la línea entre Bilbao y Brujas a la que se refería la eurodiputada holandesa, concede la ayuda a las empresas de transporte por carretera que usan el barco en parte de su trayecto, en lugar de hacerlo directamente a las navieras. De ese modo, al camión le sale más barato el pasaje, lo que alienta la intermodalidad, pero puede optar a cualquiera de las líneas marítimas, que competirían en las mismas condiciones.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón indicó en declaraciones formuladas a EL COMERCIO que, además de ser ratificadas por los parlamentos de España y Francia las ayudas a las autopistas del mar seleccionadas, deberían pasar por el «trámite» de la conformidad europea.
Ahora parece que ese trámite puede implicar serias dificultades porque, según lo publicado por Anave, Tajani quiere estudiar si las subvenciones a las autopistas del mar «suponen un elemento de competencia desleal para el resto del sector, y esperará los resultados de una investigación de las autoridades de defensa de la competencia antes de autorizar a ambos gobiernos».
Hasta ahora, el interés europeo por quitar camiones de la carretera y la misma convocatoria de un concurso para subvencionar autopistas del mar hacía colegir que existía conformidad de la Unión Europea para admitir como excepción lo que obviamente no es práctica admitida habitualmente, como es la subvención directa a empresas. La revisión anunciada hace pensar que si existía autorización para convocar el concurso no fue explícito y el cambio puede dar al traste con la iniciativa.
La Unión Europea duda ahora de que las subvenciones comprometidas por los gobiernos de España y Francia para poner en marcha autopistas del mar en el Arco Atlántico sean compatibles con las normas sobre competencia. La Asociación de Navieros Españoles (Anave) se hizo eco ayer de informaciones publicadas por medios especializados conforme a las cuales las ayudas oficiales podrían ser rechazadas.
Las dudas surgen a raíz de una interpelación de la eurodiputada holandesa Corien Wortmann-Kool al comisario Tajani en el Parlamento Europeo.
Dicha eurodiputada, según las citadas informaciones, aseguró que las ayudas estatales de 30 millones de euros durante cinco años por cada autopista del mar adjudicada en concurso convocado al efecto «supera de lejos los porcentajes de financiación pública permitidos por la Comisión en virtud de las normas de los programas TEN-T y Marco Polo, así como las directrices sobre ayudas de Estado al transporte marítimo». A juicio de Corien Wortmann-Kool, «empresas como la holandesa Transfennica, que presta un servicio de Short Sea Shipping -cabotaje europeo, en este caso para tráfico rodado- entre Bilbao y Brujas, ya sufren importantes desventajas competitivas a raíz de estos anuncios».
Las mismas fuentes de Anave informan de que «a ello Tajani respondió que los gobiernos español y francés han indicado claramente su intención de notificar formalmente las ayudas a la Comisión y que una vez que ésta reciba ambas notificaciones estudiará «cuidadosamente su compatibilidad con el mercado europeo».
No es la primera advertencia, sea directa o indirecta, de las navieras que compiten sin ayudas, sobre la distorsión que causan las subvenciones.
La misma Grimaldi, una de las empresas implicadas en el proyecto de unir Gijón y Nantes con una autopista del mar subvencionada, se ha mostrado preocupada por igual convocatoria en el Mediterráneo. Se da la circunstancia de que Grimaldi tiene operativa una autopista del mar que funciona sin ayudas entre Barcelona y Roma, que podría encontrar ahora la competencia de proyectos subvencionados. Grimaldi, según fuentes consultadas por este periódico, apuesta por la utilización del llamado 'ecobono' para propiciar la implantación de autopistas del mar.
Sistema alternativo
El 'ecobono', que sí utiliza el Gobierno vasco para la línea entre Bilbao y Brujas a la que se refería la eurodiputada holandesa, concede la ayuda a las empresas de transporte por carretera que usan el barco en parte de su trayecto, en lugar de hacerlo directamente a las navieras. De ese modo, al camión le sale más barato el pasaje, lo que alienta la intermodalidad, pero puede optar a cualquiera de las líneas marítimas, que competirían en las mismas condiciones.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón indicó en declaraciones formuladas a EL COMERCIO que, además de ser ratificadas por los parlamentos de España y Francia las ayudas a las autopistas del mar seleccionadas, deberían pasar por el «trámite» de la conformidad europea.
Ahora parece que ese trámite puede implicar serias dificultades porque, según lo publicado por Anave, Tajani quiere estudiar si las subvenciones a las autopistas del mar «suponen un elemento de competencia desleal para el resto del sector, y esperará los resultados de una investigación de las autoridades de defensa de la competencia antes de autorizar a ambos gobiernos».
Hasta ahora, el interés europeo por quitar camiones de la carretera y la misma convocatoria de un concurso para subvencionar autopistas del mar hacía colegir que existía conformidad de la Unión Europea para admitir como excepción lo que obviamente no es práctica admitida habitualmente, como es la subvención directa a empresas. La revisión anunciada hace pensar que si existía autorización para convocar el concurso no fue explícito y el cambio puede dar al traste con la iniciativa.
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