Fuente: Nuestromar
Ante el incremento de los ataques frente a Somalía, los propietarios de buques discuten sobre la introducción de armas a bordo para la defensa contra los piratas.
Las tripulaciones de diferentes buques mercantes, han rechazado ataques piratas con “cocktails Molotov”, tachos de basura y tambores de aceite. Han electrificado barandillas, rociado a los atacantes con mangueras de incendio de alta presión y hasta –simplemente- pateado las endebles escalas de abordaje de los piratas.
Pero los armadores de los buques que transitan las aguas somalíes infectadas de piratas, se han resistido a llevar armas de fuego a bordo, a pesar de una creciente cantidad de ataques en las que los buques resultaron acribillados a balazos, o en los que las granadas autopropulsadas silbaron sobre las cabezas de los tripulantes.
La razón es doble: por un lado, temor a que los piratas opten por continuar disparando una vez logrado el abordaje, si son confrontados con armas; y por otro el riesgo de que la compañía resulte responsable por muertes o heridos causados por quienes van a bordo.
“Existe una resistencia básica a la idea de llevar guardias armados a causa del riesgo de escalada, y el posible daño a la tripulación”, afirma Neil Roberts, ejecutivo técnico de Lloyd's Market Association, quien provee apoyo a los asegurados con el Lloyd, la mayor aseguradora marítima del mercado mundial. “La mayor parte de los armadores no alientan esa iniciativa”.
La captura del buque de bandera estadounidense “MAERSK ALABAMA”, perpetrada el miércoles, volvió a poner sobre el tapete la cuestión de la protección de los buques que navegan frente a las costas del Cuerno de África. La tripulación estadounidense logró, sin armas, arrebatar a los piratas el control del barco, pero el capitán quedó como rehén de los secuestradores en su huída. La situación de crisis fue entonces derivada a la Armada.
Y mientras que el gobierno de los EEUU apoya la idea de incorporar guardias armados en los buques, como una de muchas estrategias preventivas, las autoridades británicas se han mostrado más reticentes, expresando sus temores sobre posibles causas penales y la ausencia de claras y estandarizadas reglas de empeñamiento.
La Organización Marítima Internacional sugiere el uso de consultores de seguridad, sin armas, para adiestrar a las tripulaciones y asesorar a los capitanes sobre maniobras evasivas o áreas vulnerables del buque, pero desalienta el uso de guardias armados. Según la organización, no sólo se trata de una cuestión de falta de claridad legal ante un posible enfrentamiento con piratas. Sostienen además, que algunos buques transportan cargas explosivas, como químicos o gas, que ante el efecto de disparos podrían convertir el barco en una bola de fuego.
En un caso registrado en noviembre, un buque tailandés que había sido capturado por piratas y estaba siendo utilizado por éstos como barco madre, fue hundido por fuego de artillería de la Armada de India. De los quince tripulantes que eran mantenidos a bordo como rehenes, sólo sobrevivió uno.
Graeme Gibbon Brooks, fundador de Dryad Maritime Intelligence Ltd., dijo que su compañía no provee guardias armados, a pesar de que se trata de un servicio requerido con frecuencia por los clientes.
Brooks señaló que uno de los principales problemas radica en que los barcos mercantes con armas, seguirían estando en muchos casos, en inferioridad de condiciones. Los piratas, tienden a utilizar fusiles de asalto de largo alcance, capaces de disparar hasta 600 tiros por minuto – explicó-, mientras que los marinos o guardias armados sólo podrían portar el armamento que cumpla con las leyes del Estado de Pabellón del buque, y de los Estados de Control de Puertos de los países de escala. Muchos de los países, sólo permitirían armas del tipo de escopetas – tradicionalmente utilizadas para el control de aves- con una alcance mucho menor que el de las armas de los piratas.
“En esencia, es una situación en la que usted estaría entrando en una lucha de espadas, blandiendo un cuchillo”, ejemplificó Brooks.
Los propietarios han mostrado muy poco interés por contar con mayores armas. En octubre último, la firma estadounidense de seguridad XE –por entonces llamada Blackwater- ofreció al mercado un buque equipado con helicóptero y guardias armados, para escoltar buques a través de las costas somalíes. Pero una portavoz de la empresa, Anne Tyrrell, afirmó que hasta el momento no ha habido contratos para su utilización. Blackwater, empresa que proveyó servicios de seguridad en Irak, está bajo investigación por su papel en un fatal tiroteo que dejó un saldo de 17 civiles iraquíes muertos, en 2007.
El armamento no letal, del tipo de dispositivos acústicos de largo alcance que generan y proyectan una poderosa onda de sonido contra los atacantes, también ha tenido sus inconvenientes. El mecanismo quedó en duda el año pasado, cuando tres empleados de seguridad se vieron obligados a saltar al mar después que un grupo pirata lograr abordar y controlar el buque, a pesar del equipo. Los dos británicos, y un irlandés, debieron ser rescatados por un helicóptero naval después que los piratas se fueron con el buque.
No hay estadísticas disponibles sobre el número de ataques en los que los secuestradores abrieron fuego, pero los observadores sostienen que los piratas se están volviendo más violentos.
Un diplomático con sede en Nairobi, que pidió no ser nombrado por no tener autorización de su gobierno para hablar con la prensa, usó el caso del “MAERSK ALABAMA” como ejemplo.
“El Capitán estaba bajo fuego mientras efectuaba sus llamados de socorro”, afirmó. “Los piratas, regularmente ametrallan el puente de los buques o les disparan granadas, para forzar al capitán a detener la marcha… Y esta práctica se ha vuelto más común desde mediados del año pasado”.
El consultor de seguridad Crispian Cuss, del Grupo Olive de Londres, aclaró en tanto, que su empresa prefiere el uso de maniobras evasivas no letales, para eludir a los piratas. Pero agregó que la presencia de guardias armados – que su compañía provee- puede ser útil para disuadir a los piratas, que normalmente buscarán presas más accesibles.
“Pero si alguien logra acceder armado a su buque… sólo haga lo que le dice”, concluyó.
Las tripulaciones de diferentes buques mercantes, han rechazado ataques piratas con “cocktails Molotov”, tachos de basura y tambores de aceite. Han electrificado barandillas, rociado a los atacantes con mangueras de incendio de alta presión y hasta –simplemente- pateado las endebles escalas de abordaje de los piratas.
Pero los armadores de los buques que transitan las aguas somalíes infectadas de piratas, se han resistido a llevar armas de fuego a bordo, a pesar de una creciente cantidad de ataques en las que los buques resultaron acribillados a balazos, o en los que las granadas autopropulsadas silbaron sobre las cabezas de los tripulantes.
La razón es doble: por un lado, temor a que los piratas opten por continuar disparando una vez logrado el abordaje, si son confrontados con armas; y por otro el riesgo de que la compañía resulte responsable por muertes o heridos causados por quienes van a bordo.
“Existe una resistencia básica a la idea de llevar guardias armados a causa del riesgo de escalada, y el posible daño a la tripulación”, afirma Neil Roberts, ejecutivo técnico de Lloyd's Market Association, quien provee apoyo a los asegurados con el Lloyd, la mayor aseguradora marítima del mercado mundial. “La mayor parte de los armadores no alientan esa iniciativa”.
La captura del buque de bandera estadounidense “MAERSK ALABAMA”, perpetrada el miércoles, volvió a poner sobre el tapete la cuestión de la protección de los buques que navegan frente a las costas del Cuerno de África. La tripulación estadounidense logró, sin armas, arrebatar a los piratas el control del barco, pero el capitán quedó como rehén de los secuestradores en su huída. La situación de crisis fue entonces derivada a la Armada.
Y mientras que el gobierno de los EEUU apoya la idea de incorporar guardias armados en los buques, como una de muchas estrategias preventivas, las autoridades británicas se han mostrado más reticentes, expresando sus temores sobre posibles causas penales y la ausencia de claras y estandarizadas reglas de empeñamiento.
La Organización Marítima Internacional sugiere el uso de consultores de seguridad, sin armas, para adiestrar a las tripulaciones y asesorar a los capitanes sobre maniobras evasivas o áreas vulnerables del buque, pero desalienta el uso de guardias armados. Según la organización, no sólo se trata de una cuestión de falta de claridad legal ante un posible enfrentamiento con piratas. Sostienen además, que algunos buques transportan cargas explosivas, como químicos o gas, que ante el efecto de disparos podrían convertir el barco en una bola de fuego.
En un caso registrado en noviembre, un buque tailandés que había sido capturado por piratas y estaba siendo utilizado por éstos como barco madre, fue hundido por fuego de artillería de la Armada de India. De los quince tripulantes que eran mantenidos a bordo como rehenes, sólo sobrevivió uno.
Graeme Gibbon Brooks, fundador de Dryad Maritime Intelligence Ltd., dijo que su compañía no provee guardias armados, a pesar de que se trata de un servicio requerido con frecuencia por los clientes.
Brooks señaló que uno de los principales problemas radica en que los barcos mercantes con armas, seguirían estando en muchos casos, en inferioridad de condiciones. Los piratas, tienden a utilizar fusiles de asalto de largo alcance, capaces de disparar hasta 600 tiros por minuto – explicó-, mientras que los marinos o guardias armados sólo podrían portar el armamento que cumpla con las leyes del Estado de Pabellón del buque, y de los Estados de Control de Puertos de los países de escala. Muchos de los países, sólo permitirían armas del tipo de escopetas – tradicionalmente utilizadas para el control de aves- con una alcance mucho menor que el de las armas de los piratas.
“En esencia, es una situación en la que usted estaría entrando en una lucha de espadas, blandiendo un cuchillo”, ejemplificó Brooks.
Los propietarios han mostrado muy poco interés por contar con mayores armas. En octubre último, la firma estadounidense de seguridad XE –por entonces llamada Blackwater- ofreció al mercado un buque equipado con helicóptero y guardias armados, para escoltar buques a través de las costas somalíes. Pero una portavoz de la empresa, Anne Tyrrell, afirmó que hasta el momento no ha habido contratos para su utilización. Blackwater, empresa que proveyó servicios de seguridad en Irak, está bajo investigación por su papel en un fatal tiroteo que dejó un saldo de 17 civiles iraquíes muertos, en 2007.
El armamento no letal, del tipo de dispositivos acústicos de largo alcance que generan y proyectan una poderosa onda de sonido contra los atacantes, también ha tenido sus inconvenientes. El mecanismo quedó en duda el año pasado, cuando tres empleados de seguridad se vieron obligados a saltar al mar después que un grupo pirata lograr abordar y controlar el buque, a pesar del equipo. Los dos británicos, y un irlandés, debieron ser rescatados por un helicóptero naval después que los piratas se fueron con el buque.
No hay estadísticas disponibles sobre el número de ataques en los que los secuestradores abrieron fuego, pero los observadores sostienen que los piratas se están volviendo más violentos.
Un diplomático con sede en Nairobi, que pidió no ser nombrado por no tener autorización de su gobierno para hablar con la prensa, usó el caso del “MAERSK ALABAMA” como ejemplo.
“El Capitán estaba bajo fuego mientras efectuaba sus llamados de socorro”, afirmó. “Los piratas, regularmente ametrallan el puente de los buques o les disparan granadas, para forzar al capitán a detener la marcha… Y esta práctica se ha vuelto más común desde mediados del año pasado”.
El consultor de seguridad Crispian Cuss, del Grupo Olive de Londres, aclaró en tanto, que su empresa prefiere el uso de maniobras evasivas no letales, para eludir a los piratas. Pero agregó que la presencia de guardias armados – que su compañía provee- puede ser útil para disuadir a los piratas, que normalmente buscarán presas más accesibles.
“Pero si alguien logra acceder armado a su buque… sólo haga lo que le dice”, concluyó.
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