Fuente: Tribuna Campeche
Verónica Isabel ANGELES GONZALEZ Desde hace más de un siglo, se erige en la Villa de Isla Aguada, un centinela que ha resistido a pesar de todo, el paso del tiempo y del olvido, que formó parte importante de la historia de esta comunidad y que durante muchos años, permaneció dormido, esperando el momento de resurgir, de renacer, como el Ave Fénix, para recuperar su lugar y de nueva cuenta formar parte de la historia de esta pequeña comunidad de pescadores.
El dos de mayo del 2010 volvió a la vida, recobró su esplendor, convertido ahora no sólo en un centinela que tenía la misión de llevar a buen puerto a los marinos, sino en un vigía que vela por el desarrollo económico, social y cultural de este noble pueblo de pescadores y que ahora, está próximo a cumplir su segundo aniversario en esta nueva senda.
SU HISTORIA
Debido al gran comercio marítimo que existía a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, donde barcos de gran calaje llegaban a la Laguna de Términos, al Puerto Escondido, antiguo nombre de la Villa de Isla Aguada, barcos procedentes principalmente de España, Francia e Inglaterra que traían como lastre las famosas tejas marsellesas, tinajas de barro de gran tamaño llenas de aceitunas y vino, y que venían por chicle, maderas preciosas, tortugas marinas, fue necesario construir un faro de material no perecedero, ya que el que se encontraba en ese entonces, era una torre de madera.
Se construye el faro de Isla Aguada y se construye otro edificio de igual importancia, la Aduana Marítima, que fue un inmueble que se localizaba frente a la laguna a orillas de lo que hoy es el malecón, igual de arquitectura francesa, pero que por desgracia, fue derribado hace ya más de 20 años.
El antiguo faro, es una joya arquitectónica de la nación, que data de los tiempos del Porfiriato, a pesar de no tener una fecha exacta del inicio de su edificación, los datos más antiguos que hacen referencia a este inmueble son de 1907. El faro fue diseñado por arquitectos franceses por órdenes de Porfirio Díaz, y según las investigaciones que hiciera en el Archivo General de la Nación la doctora Mónica Silva, especialista en arquitectura de Faros de América, formaba parte de una serie de siete faros que estaban distribuidos en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Campeche y Yucatán donde estaba el más alto, en una comunidad llamada Yalkubul.
CONSTRUCCION
El edificio es de arquitectura estilo neoclásico francés, es una construcción de mampostería, de arena cernida vaciada y varillaje de una pulgada, que consta de dos plantas o niveles, con columnas y balaustradas (las originales traídas de Francia), con una torre integrada en la misma edificación de 18 metros de altura, en cuyo cimiento se encuentra un aljibe o cisterna de dos metros de profundidad por tres metros de largo, donde se recolectaba el agua de lluvia a través de un sistema de tuberías de hierro fundido que también fueron traídas de Francia, y que según tradición oral de habitantes de esta comunidad, era el agua que compraba la gente del lugar para beber.
El faro se erigió en un lugar conocido como la Punta del Tigre (llamada así porque según los antiguos pobladores, en este lugar había un tigre, posiblemente un ocelote, tigrillo o jaguar pequeño), en terrenos nacionales a escasos 300 metros de lo que fuera el antiguo embarcadero de la panga. Se dice también que la construcción de este faro, duró poco más de un año, sin embargo, la fecha registrada de inicio de operaciones es del 18 de Julio de 1907, cuando Cándido Salavarría instaló el mecanismo del lente Fresnel. En 1908, fue emitido un decreto por el gobernador del Estado, Tomás Aznar y Cano, donde se devolvía al Gobierno Federal, una hectárea de terreno, donde ya estaba construido el faro.
La cúpula de bronce que tenía este faro fue construida en la ‘ciudad luz’, por la empresa Barbiere Bernard y Torenne, ubicada en ese entonces en la calle Curial 82, de París, Francia, transportada en barco desde el viejo continente a México. La cúpula era una estructura circular en el cual venían vaciados seis vidrios de 5 mm. de espesor, de un metro de ancho por metro y 30 cm. de alto color ámbar, y cóncavos o curvos, que formaban la circunferencia de la cúpula los cuales todavía existen, no así la estructura de bronce que desapareció en 1978, ya que según el farero Sergio Eleazar Fuentes Arce, uno de los últimos encargados del faro cuando pertenecía a Dirección General de Marina Mercante, dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, fue llevada a la Ciudad de México para formar parte del acervo del Museo de Faros de la Dirección General de Marina Mercante, lo cierto es que no se sabe el paradero real de la cúpula.
El mecanismo del lente Fresnel original, que es el corazón del faro, estaba formado por una estructura de hierro fundido y vidrio de 5 centímetros de espesor, con un grabado circular (que por cierto, este también fue un invento que introdujo Porfirio Díaz a México, ya que en ese entonces entre 1860 y 1870 fue creado por un físico Francés de apellido Fresnel, de ahí su nombre, introduciéndolo a mediados de la década de 1880 a nuestro país).
La luz que emanaba el faro, se producía en primera instancia, por la quema de queroseno o por gasificación de petróleo, que se producía sobre cinco o seis mechas dispuestas en círculo de mayor a menor tamaño, en una maquinaria de rotación que se encontraba rodeado de mercurio líquido, y que funcionaba con un sistema de relojería que tenía como contrapeso una barra rectangular de plomo de 15 kilogramos, que bajaba con una cuerda de acero que se encontraba enrollada a un tambor o malacate, el cual tardaba tres horas en bajar, desde la cúpula a la planta baja del faro, por una columna vacía apostada a un lado de las escaleras, y que tenía aberturas a cierta distancia, que le permitían al farero ver por dónde venía o calcular cuánto tiempo tenía para subir los 56 escalones que llevan a la cúpula para volver a subirlo y mantener el mecanismo de engranajes funcionando, y por lo tanto la señal activa.
Los fareros hacían limpieza del mecanismo, dos veces al año, y por la presencia del mercurio, muchos fareros quedaban afectados de la vista, parcial, temporalmente o permanentemente ciegos
Tenía una óptica giratoria de 150 mm de distancia focal, con un ritmo de 1 destello blanco cada 10 segundos por 4, con un alcance luminoso de 14 MN (millas náuticas) y con un alcance geográfico de 7 MN, siendo un aparato de iluminación de 6to. Orden. Posteriormente a partir de la década de los años 50, la iluminación se hacía por la incandescencia de 250 bujías alimentadas con gas acetileno, con una óptica de 250 mm y con un cambio de óptica de 4to. orden. Se caracterizaba por emitir cuatro destellos blancos por 2 eclipses, como hasta el día de hoy, donde la luz se produce por energía eléctrica desde hace la década de los 70, y tiene un alcance luminoso de 40 millas náuticas.
RESCATE
El rescate de este edificio se consolidó el año 2010 por el Gobierno del Estado de Campeche, a través de la Administración Portuaria Integral (API) se invirtieron más de nueve millones de pesos.
El proyecto ya existía desde la administración del entonces gobernador Jorge Carlos Hurtado Valdez, impulsado por Ricardo Ocampo Fernández, director del API y por el Luis Enrique Pech Jiménez, gerente del API en Carmen. y fue promovido por el que fuera comisario municipal de Isla Aguada, Santiago Puch.
Se rescata el proyecto que en un principio sólo era la restauración del edificio del Faro Antiguo, proyecto que es enriquecido con la visión del nuevo titular tanto del Gobierno del Estado, Fernando Eutimio Ortega Bernés, como de Sadek Abad, director del API, que le dan un sentido diferente al rescate de esta obra, con una visión más turística y humana, agregándole áreas verdes, andadores, un área de juegos infantiles, un pequeño kiosco, una plazoleta y una explanada, rescatando también un pequeño edificio que servía como un almacén, el cual fue habilitado para albergar un pequeño centro de cómputo con acceso a Internet.
El acertado rescate de esta histórica joya, donde el Gobierno del Estado invirtió más de nueve millones de pesos, define el inicio de un importante programa integral que además de promover la cultura popular marítima en el Estado, apuesta a la creación de nuevos espacios recreativos que aporten al crecimiento cultural social e incrementen las oportunidades del desarrollo sustentable en sus comunidades, generando nuevas alternativas económicas como el ecoturismo.
Rescate que se dio dentro del marco del Programa Puerto Ciudad de Campeche, donde también nace el innovador programa “Ruta de Faros”, siendo el Faro Antiguo de Isla Aguada, el primero que es rescatado. Este innovador programa le ha dado no sólo a Isla Aguada, sino a todo el Estado, una notoriedad mundial, en beneficio principalmente de los habitantes de las comunidades del Estado donde existe un faro, programa que atinadamente dirige el licenciado Mauricio Beitia Cambranis.
En este tenor, el faro antiguo de Isla Aguada, se convierte en un Centro Cultural Comunitario, donde el primer piso, que eran las habitaciones del guardafaro, encargado del faro o farero principal donde vivía junto con su familia, se convierte en el Museo Comunitario, donde la primera habitación alberga exposiciones itinerantes y la segunda dedicada a la exposición de objetos rescatados en restos de barcos hundidos del programa de Arqueología Subacuática, colaboración del Instituto Nacional de Antropología e Historia, delegación Campeche, así como la exposición permanente de fotografías de Eduardo Rebolledo y el mural de las aves, creación de los artistas plásticos Leonel Cortez y Yaneth González, que se encuentran en esta zona, principalmente en la Isla de los Pájaros.
El recorrido que se hace por el museo es guiado, se dan explicaciones sobre las exposiciones que hay en el momento, así como también se cuenta parte de la historia de este pueblo, el objetivo del programa Ruta de Faros y los alcances que este tiene.
En la segunda planta, donde vivía el ayudante del farero y su familia, se decidió albergar una biblioteca pública, donde se contó con la colaboración del Instituto de Cultura del Estado, que proporcionó el acervo inicial y mobiliario y donde se han recibido también donaciones de particulares, que ha servido para coadyuvar en la educación de los niños y jóvenes de esta Villa, ya que acuden a realizar sus tareas en la misma.
El faro, ha formado parte del paisaje urbano de la población de Isla Aguada, de amplia tradición como paso de viajeros y ruta comercial desde la época colonial y hasta mediados del siglo pasado, su función como elemento de orientación náutica ha quedado atrás por los adelantos tecnológicos con los que cuentan los navegantes en el presente, sin embargo, en este espacio arquitectónico, donde ahora se ubica el museo de la comunidad, se ha convertido en un eje importante de desarrollo social, cultural y económico para la comunidad, que tiene como objetivo resguardar de manera permanente una serie de objetos y documentos que forman parte de su historia, así como también tiene la función de recibir exposiciones temporales que enriquecerán el pensamiento y la acción de los habitantes de su entorno, así como de los visitantes que busquen conocer y disfrutar de la historia local.
Datos curiosos.— Según don Luis Nambo, uno de los dos últimos fareros de la SCT que estuvieron en este faro, en 1997, fueron filmadas en el Faro Antiguo, en el segundo piso, escenas de la película ‘Sin dejar Huella’, con Tiaré Escanda, después del huracán Roxana, y el Faro sirvió también de refugio temporal a muchas familias durante el paso de este huracán, por estar en una zona alta.
Entrevistas y agradecimientos: José Eleazar Fuentes Arce (hijo de José Inocente Fuentes Virgilio, hijo a su vez de José Concepción Fuentes Lara, qepd. todos ellos fareros, que vivieron en este Faro Antiguo de Isla Aguada). Luis Nambo Robles, Roberto Heredia Marín, Sra. Emma Pérez Ramón, Don René Acosta Cámara, David Rivero Gutiérrez, Rubí del Socorro Rivero Alonzo
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