Fuente: El Sol de Tampico
Por Hugo Sergio Gómez
El sector marítimo mexicano tiene dos componentes adversos que con el tiempo han ido limando asperezas. Una forma parte del ala militar del gobierno que es la Armada de México. La otra, por demás civil, es la Marina Mercante. Ambas con un encono soterrado, ostensible quizá en el campo de las veleidades juveniles: la educación. Si se quisieran tener mas datos solo habría que consultar la memoria de los marinos de aquella época o bien la obra Marino Mercante(1997), que escribió Juan Manuel Pereda Villar, donde describe las trifulcas que se daban en el Zócalo, el Malecón o las calles del centro de Veracruz entre ambos bandos. A mas medio siglo de por medio, aun entre los viejos marinos, en el café La Parroquia se comentan los memorables encuentros deportivos que terminaron a puñetazos, pleitos que según el autor en una ocasión casi llegan a las armas.
Y es que había una razón de fondo que avivaba la llama del celo. En ese puerto conviven aun hoy en día, la Escuela Náutica de Veracruz Fernando Siliceo, fundada gracias a las gestiones del ilustre capitán guanajuatense en 1919, del que tomó su nombre veinte años después y la Escuela Naval Militar de Antón Lizardo fundada en 1897 .Aquí debemos hacer un alto y explicar al lector que, aunque ambas alas tienen un mismo espacio vital que es el mar, obedecen a objetivos distintos: La Marina de Guerra entre sus atribuciones, resguarda la seguridad del mar territorial, o sea la franja que está cobijada por las leyes mexicanas; 12 millas más allá de la línea de costa que se considera como parte del país. Cuidan además que no se saqueen nuestros recursos naturales de la zona económica exclusiva, o sea de una franja de doscientas millas contadas a partir de la costa donde tenemos derechos de pesca y extracción de petróleo Ahí existe el concepto de soberanía nacional. Hacen las cartas de navegación y aplican algunas regulaciones en materia ambiental. Resguarda, además las instalaciones petroleras costa afuera. Así está establecido por ley.
Mientras que para la Marina mercante, su misión es otra, totalmente civil, quizá mas diversa: transporta el intercambio comercial del país desde continentes remotos. Tripula los grandes barcos mercantes: petroleros, cargueros y demás buques especializados remolcadores y embarcaciones menores y todas las acciones que involucran asuntos mercantiles marítimos del puerto Debiese entenderse entonces que la formación profesional debe orientarse a objetivos diversos. Pero la historia nos muestra hechos distintos, quizá motivados por las diversas etapas por las que ha atravesado México, como su participación en la Segunda Guerra Mundial y la secuencia de generales presidentes que tuvo nuestro país Recapitulemos un poco sobre el origen:
Allá por 1881, ya con la experiencia de muchas singladuras, los oficiales mercantes buscaron su emancipación, entendiendo que debían disponer de su propia formación. Así se logró la apertura de las primeras escuelas náuticas del país, las de Campeche y Mazatlán, hoy en día la más longeva Más tarde, como ya se comentó, se abrió la Escuela Naval Militar y las náuticas se cerraron. Sus actividades fueron absorbidas por la primera. Ahí inicia una guerra por la supervivencia, entre reaperturas, cierres y pingues presupuestos que se revelan con un dato actual: las tres escuelas se mantienen con 80 millones de pesos, mientras que una sola naval goza de 220. Hoy, ya lejos de los afanes militares los mercantes navegan en el mismo barco, pero en distintos camarotes, así se teje la compleja relación, con la misma filosofía de una familia feliz: Aun los hijos del mismo padre requieren de sus propias cosas para vivir en paz.
Por Hugo Sergio Gómez
El sector marítimo mexicano tiene dos componentes adversos que con el tiempo han ido limando asperezas. Una forma parte del ala militar del gobierno que es la Armada de México. La otra, por demás civil, es la Marina Mercante. Ambas con un encono soterrado, ostensible quizá en el campo de las veleidades juveniles: la educación. Si se quisieran tener mas datos solo habría que consultar la memoria de los marinos de aquella época o bien la obra Marino Mercante(1997), que escribió Juan Manuel Pereda Villar, donde describe las trifulcas que se daban en el Zócalo, el Malecón o las calles del centro de Veracruz entre ambos bandos. A mas medio siglo de por medio, aun entre los viejos marinos, en el café La Parroquia se comentan los memorables encuentros deportivos que terminaron a puñetazos, pleitos que según el autor en una ocasión casi llegan a las armas.
Y es que había una razón de fondo que avivaba la llama del celo. En ese puerto conviven aun hoy en día, la Escuela Náutica de Veracruz Fernando Siliceo, fundada gracias a las gestiones del ilustre capitán guanajuatense en 1919, del que tomó su nombre veinte años después y la Escuela Naval Militar de Antón Lizardo fundada en 1897 .Aquí debemos hacer un alto y explicar al lector que, aunque ambas alas tienen un mismo espacio vital que es el mar, obedecen a objetivos distintos: La Marina de Guerra entre sus atribuciones, resguarda la seguridad del mar territorial, o sea la franja que está cobijada por las leyes mexicanas; 12 millas más allá de la línea de costa que se considera como parte del país. Cuidan además que no se saqueen nuestros recursos naturales de la zona económica exclusiva, o sea de una franja de doscientas millas contadas a partir de la costa donde tenemos derechos de pesca y extracción de petróleo Ahí existe el concepto de soberanía nacional. Hacen las cartas de navegación y aplican algunas regulaciones en materia ambiental. Resguarda, además las instalaciones petroleras costa afuera. Así está establecido por ley.
Mientras que para la Marina mercante, su misión es otra, totalmente civil, quizá mas diversa: transporta el intercambio comercial del país desde continentes remotos. Tripula los grandes barcos mercantes: petroleros, cargueros y demás buques especializados remolcadores y embarcaciones menores y todas las acciones que involucran asuntos mercantiles marítimos del puerto Debiese entenderse entonces que la formación profesional debe orientarse a objetivos diversos. Pero la historia nos muestra hechos distintos, quizá motivados por las diversas etapas por las que ha atravesado México, como su participación en la Segunda Guerra Mundial y la secuencia de generales presidentes que tuvo nuestro país Recapitulemos un poco sobre el origen:
Allá por 1881, ya con la experiencia de muchas singladuras, los oficiales mercantes buscaron su emancipación, entendiendo que debían disponer de su propia formación. Así se logró la apertura de las primeras escuelas náuticas del país, las de Campeche y Mazatlán, hoy en día la más longeva Más tarde, como ya se comentó, se abrió la Escuela Naval Militar y las náuticas se cerraron. Sus actividades fueron absorbidas por la primera. Ahí inicia una guerra por la supervivencia, entre reaperturas, cierres y pingues presupuestos que se revelan con un dato actual: las tres escuelas se mantienen con 80 millones de pesos, mientras que una sola naval goza de 220. Hoy, ya lejos de los afanes militares los mercantes navegan en el mismo barco, pero en distintos camarotes, así se teje la compleja relación, con la misma filosofía de una familia feliz: Aun los hijos del mismo padre requieren de sus propias cosas para vivir en paz.
2 comentarios:
Como es posible que el gobierno de Mexico tratese del partido politico que sea por que nos gobierna la Camar de diputados, la de Senadores y la Presidencia de la Republica o Eejecutivo.
No hayan pensado en reponer al Buque Escuela Nauticas Mexico para que los egresados de las Escuelas Nauticas tengan donde adquirir la experiencia en el campo, por eso se abarata la mano de obra del Marino Mercante Mexicano.
Es un crimen lo que hacen los gobernantes, gastar sumas millonarias en dolares en reparar una PLATAFORMA FLOTEL "CHEMUL" ya lleva mas de cinco años en reparacion fuera del pais, es propiedad de PETROLEOS MEXICANOS, son recursos de todos nosotros los MEXICANOS y no piensan que con esos recursos ya hubiean podido comprar un BUQUE ESCUELA para cada Escuela Nautica del pais.
Hay que gritarles, hay que decirles sus cosas a los gobernantes en turno que deben voltear y ver las necesidades de los Marinos Mercantes Mexcianos.
Radio-operador E. A. Novelo A.
Como es posible que tengámos programa espacial cuando nisiquiera tenemos llenas las bocas de 50 millones de mexicanos y peor aun sigamos invirtiendo en pseudo reformas laborales, Dios se apiade de nuestra marina mercante
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