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lunes, 9 de noviembre de 2009

LA MARINA SE FUE A PIQUE

LA MARINA SE FUE A PIQUE.

POR: Edwin Corona y Cepeda.
Instructor Internacional de buceo.

Reconozco que le cabe toda la razón, y que mi poca, escasa o casi nula experiencia y preparación en esta materia no puede, ni debe compararse con la de expertos que en paneles abiertos y cerrados, en discusiones legislativas y parlamentarias, en conferencias magistrales y de prensa, voces de dirigentes sindicales, de capitanes, colegios de egresados, directores de escuelas náuticas y un sinfín de voceros más han llevado a la Marina Mercante nacional al deplorable estado en que se encuentra.

Todo ello es cierto y no es voz la mía para señalar los errores de diputados que, por vivir en Campeche, tener una lanchita de fibra de vidrio, esquiar en Tequesquitengo o viajar un domingo en chinampa xochimilquense, se les nombra, pomposamente, como Presidentes de la Comisión de Marina en el Congreso de la Unión o el Senado.

No, no es esa mi intención. Líbreme el Señor de semejante osadía. No. Lo que yo mencionó, tal vez equivocado por mi escasa experiencia en estos escabrosos asuntos, pero con base en documentación publicada de forma oficial por el propio Gobierno Mexicano, va con la firme intención de hacer conocer, no solo a los jóvenes estudiantes y padres de familia que les costean sus estudios, sino a todos los mexicanos, la deplorable condición en la que se encuentra nuestra Marina Mercante y que es lo único, en que según él y yo, coincidimos. Y tiene razón, yo no soy ningún “experto”, ni tengo la mala lactancia de los legisladores, que más se preocupan por la “leche de la Chata” que por la Marina Mercante Nacional.

Independientemente del tema tratado sobre los astilleros, que forman la columna vertebral en la elaboración de naves mercantes, del tipo que sean y su mantenimiento y reparación, vale la pena preguntarse si es válido que en las escuelas náuticas mercantes se carezca de navíos para la práctica de navegación, porque estos fueron vendidos, rematados y casi regalados por corruptos funcionarios a quienes les valió abuela (doble madre) el despojar a los estudiantes de las escuelas náuticas de tan preciados objetos. Claro está que, como contrapartida y para seguir chupando de la ubre, señalaron que ahora las prácticas de navegación, se harán en un “simulador con la más alta tecnología” ¡Si Chucha! Por eso hay tantos marinos dedicados al negocio de los tacos, ventas de zapatos por catalogo y mil diversos oficios, a cual más disímbolo, menos el de marino mercante. Y la vida de un marino, es navegar. Y para navegar, se necesitan barcos. Y no los hay. Ni uno.

Es como si en este momento me nominasen Director de una Escuela de Buceo por Correspondencia e hiciera que mis alumnos practiquen tan profunda actividad en las claras y transparentes aguas de la tina del baño de su casa. Al fin y al cabo, también la pueden habilitar como “simulador”. Y si se mueren al sumergirse en la mar, pues no es culpa mía. Pa´ que son güeyes.

Por otra parte y absolutamente como profano, o más bien neófito en este marítimo y santo asunto, como es posible que estuviésemos en mejores condiciones de cabotaje y altura en la época colonial, donde solo existían los astilleros de Campeche, Tlacotalpan y Veracruz en el Seno Mexicano y Acapulco y Zacatula en el Pacifíco, lo que le permitió decir a Carlos V que en sus dominios jamás se ponía el sol, al establecer durante tres siglos y medio la ruta marítima comercial más extensa del mundo. Y con marinos mercantes mexicanos. ¿O, no?

Más, no se trata de caer en el pasado y chillar como viejas lo que los “expertos” no supieron, ni han sabido defender como marinos. No se trata de fijar leyes, reglamentos o normas, ni de sancionar, decomisar, o “rescatar”. No.

Se trata de observar, tal vez con una gran ligereza y hasta en forma irreflexiva e irresponsable, la manera de reestructurar esa columna vertebral de la Marina Mercante nacional que son los astilleros y su flota.

¿Acaso es posible hacerlo?

Yo creo que si.

¿Como?

Sencillo.

Gran parte del personal técnico y de supervisión, aunque disperso y ocupado en otros oficios, aún subsiste y se puede lograr volverlo a juntar y aprovechar esa experiencia que está, en unos cuantos años más, próxima a extinguirse.

Es necesario, para ello, atraerlos mejorando su condición actual con buenos salarios y mejores perspectivas. No hay que olvidar que son gente madura, de edad. Enamorarlos, pues, en esta aventura que les fascinará, es la primera tarea.

Por lo que respecta a la mano de obra, esta también se ha dispersado. Sin embargo, don Oscar Camarero Figueroa y Vital Alzar nos han demostrado que adiestrando al personal adecuadamente se pueden lograr resultados sorprendentes, como en el caso de la Mari Galante y ahora el Zamná, construidos totalmente de madera en improvisado astillero de Alvarado. Y eso que oficialmente, ya se acabaron los carpinteros de ribera y ahora se les llama arquitectos navales.

Es reconocido internacionalmente y no solo en el negocio de la construcción naval, que el obrero mexicano, cuando esta bien entrenado, capacitado, dirigido acertadamente y motivado, es tan bueno como cualquier otro operario de cualquier otra latitud. Además, es ingenioso, diestro, receptivo y ocurrente.

Sus mayores problemas son: la impuntualidad y el Vía “Crudis” de san Lunes.

Hay que resolverlos bajo una acertada dirección.

Por otra parte, las condiciones operativas actuales, a nivel mundial, conducentes al plazo de entrega de cualquier tipo y tamaño de barco, traducido este en tiempos de respuesta a los armadores, son muy largos y pueden considerarse en términos de años, razón por la que se debe estudiar una línea de montaje de mayor rapidez y eficiencia. Esto y no bajar los costos y pedir comisiones gubernamentales, es lo que dará prestigio y solidez a esta industria naval.

La situación actual, para un inversionista audaz, le permite visualizar una enorme ventana de oportunidades para satisfacer las necesidades que las industrias pesqueras, petroleras (incluyo líneas de extracción y plataformas), turístico – recreativas y náuticas del país demandan a gritos, a pesar de los expertos que pierden el tiempo organizando paneles, conferencias, simposiums, normas, reglas y legislación. Para salvar a la Marina Mercante Nacional, queridos amigos, lo que se necesita son barcos. Y estos se fabrican en los astilleros.

Hasta un niño lo sabe.



¡QUE TENGAN UN BUEN DÍA!

El correo es: edwin_coronaII@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he quedado pasmado con ese nuevo enfoque de la problematica de la marina mercante mexicana, pero bueno no me tengo que asombrar del hecho, por que como tu dijiste apenas eres una persona que esta comenzando, bueno, pues te dire que el problema de la marina mercante no esta basado en la culpa de sus supuestos dirigentes (lideres sindicales y otros bichos) la problematica esta en que existen muchos interes particulares de politicos sin escrupulos quienes les conviene que no exista la marina mercante, ya que de esta manera pueden evadir impuestos ( como es el caso de los hijos de "Marchita Segun" quienes son los dueños de Oceanografia, o como el caso de Hank Rhon y asi te puedo citar un sin fin de Personas que se hinchan de dinero, y todo esto es gracias a que existen Gentes perversas como el Cap Calderon Centeno que vendio y seguira vendiendo a la Marina Mercante para su Beneficio Propio, ya que le ha dado mucho poder a la Armada desplazando vil y canallamente a las Capitanias, asi mismo ha propiciado cambios en la Ley de Navegacion para que empresas extranjeras puedan trabajar en el Off shore sin impunidad alguna y gentes como las antes citadas se enriquezcan de manera absurda, pero vamos a suponer que eso se soluciona todavia tenemos el gravisimo problema del impuesto del 2% al activo fijo, el cual ahorca completamente a cualquier empresario nacional que quiera tener barcos con bandera mexicana, y despues faltaria solucionar el caso de la subvencion al Combustible, el cual es piedra angular para el negocio maritimo, por ultimo faltaria capacitar al personal de Puertos para que comprendan las cosas mas basicas del negocio y asi evitar poner piedritas en el camino, ahora en cuestion del "Lastimas Mexico" te comento que esa embarcacion fue proyectada para 20 años, y por la falta de mantenimiento la nave dejo de ser rentable ya que no cumplia con lo minimo que marcan las casar calisificadoras, y por ende ningun seguro queria hacerse cargo de dicho buque, ¿repararlo? Jajajajaja pues es mas facil decirlo que hacerlo, ya que hubiera sido necesario meterle demasiado dinero, en las unicas cosas que estoy de acuerdo contigo es que hace falta un Buque Escuela para poder cumplir con la Curricula marcada por la OMI (actualmente no la cumplimos) y que hay que hacer algo por la marina mercante, pero mi distinguido colega te falta mucho por investigar para que puedas ver en toda su extencion la problematica de la marina mercante, cuidate y cultivate, esto no lo digo con animo de insulto simplemente para que aprendas mas y a lo mejor puedas encontrar la solucion a este nudo gordiano.
Atte
Pedro Infante Cuevas
infantecuevaspedro@gmail.com