El gran taller de los barcos

Fuente: Diario Sur

Mario López no se corta un pelo al asegurar que su empresa posee el «astillero privado más importante de España». Quizá no le falte razón. Con más de 100.000 metros cuadrados de superficie, las instalaciones de Cernaval pasan por ser uno de los mayores talleres navales del sur de Europa, adaptadas para reparar cualquier embarcación por grande que sea.
Situado en el litoral de San Roque, muy cerca de Algeciras, el astillero de Cernaval es la joya de la corona de este grupo empresarial que da trabajo a más de 200 profesionales y que nació hace cerca de tres décadas en el puerto de Málaga. Por aquel entonces, la actividad se reducía a reparaciones a flote de buques que, eso sí, correspondían a las principales compañías marítimas.
A principios de los 80, Mario López quiso dar un salto de calidad y montó su primer astillero en el puerto de Málaga. Aquel dique fue traído pieza por pieza desde Dinamarca y comenzó entonces una actividad frenética, con reparaciones de toda clase de embarcaciones y alguna que otra nueva construcción. En el 88 comenzó a operar también el astillero de San Roque, con unas dimensiones capaces de albergar cualquier buque, sea cual sea su tamaño. Hoy, las instalaciones de Málaga están especializadas en yates, portacontenedores y barcos de pasajeros, mientras que las de Cernaval pueden albergar petroleros, ‘bulk-carriers’ y buques de gran capacidad.
Clientes de todo el mundo
«Actualmente estamos a la vanguardia del mercado en equipamiento, instalaciones y tecnología», afirma Mario López, quien resalta que la compañía cuenta con una red de agentes por todo el mundo para captar clientes. Entre ellos se cuentan armadores egipcios, turcos, marroquíes, canadienses y de prácticamente todos los países de Europa. Entre los dos astilleros pueden tratar al año cerca de 130 naves que cubren diferentes rutas entre el Mediterráneo y el Atlántico. No en vano, el gerente del grupo destaca la situación estratégica de ambas filiales, que se benefician de un intensísimo tráfico marítimo. «Por el estrecho pueden pasar unos 120.000 barcos y unos 60.000 fondean en Gibraltar», asevera.
Por eso, prácticamente todos los días su personal recibe llamadas de barcos con necesidades muy diferentes, que van desde simples revisiones hasta reparaciones en motores, timones o casco. Pese a que el grueso de los trabajos se realiza en los diques de la costa gaditana, la empresa cuenta con sus oficinas centrales en Málaga, desde donde se gestiona y controla la actividad de un equipo de profesionales que incluye ingenieros navales, mecánicos, especialistas en mantenimiento y administrativos.
Inversión millonaria
Mario López subraya que en los últimos tiempos su empresa ha invertido cerca de 60 millones de euros en mejorar las diferentes instalaciones. Todo ello se ha articulado a través de la iniciativa privada, aunque el máximo responsable de la compañía se muestra agradecido por la colaboración que las autoridades portuarias han demostrado para permitir el desarrollo de esta industria.
Además, avanza que próximamente está previsto llevar a cabo nuevas mejoras: «En Málaga esperamos hacer una gran inversión con el objetivo de adaptar los diques e instalaciones a todos los buques portacontenedores que hacen escala en el puerto», explica. Con los medios actuales, este astillero recibe un barco prácticamente cada 15 días, un ritmo de trabajo bastante menor que el de Cernaval.
Trabajador incansable que vive a caballo entre Málaga y Cádiz, Mario López mira ahora hacia atrás y se muestra orgulloso del camino recorrido. Por eso no le duelen prendas en decir que sus astilleros son «de los más modernos de España y parte de Europa», ya que cubren las necesidades de cualquier nave que pase por las aguas del Estrecho.