Fuente: La Jornada
CARLOS TORRES OSEGUERA (Corresponsal)
Lazaro cardenas, 9 de octubre.- La revisión de los barcos de procedencia extranjera en aspectos de salud internacional se hace con el médico que esté disponible al momento en la Jurisdicción Sanitaria, pues no se cuenta con personal exclusivo para esta tarea, o bien se extiende el certificado médico con la sola declaración del capitán del barco, reconoció el jefe de la jurisdicción, Jesús Cázares Hernández. Reveló además que desde hace más de dos meses no se revisa en el puerto el estado de salud de los tripulantes de los navíos como lo marca la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios.
El funcionario reconoció que quien estuvo encargado de esta función se retiró, pues era un pasante de Medicina que estaba haciendo su trabajo social, además de que para efectos legales un pasante no puede hacer este servicio, y dijo que el indicado es un médico epidemiólogo.
De éstos, la jurisdicción cuenta con dos profesionistas, pero junto con el resto del personal hay que atender sobre 40 programas de salud, entre ellos la revisión de los barcos que entran al puerto, sólo que en este aspecto aseguró que los tiempos son inestables, pues se programa el ingreso de los barcos a una hora y generalmente cambian los horarios, lo que complica la disposición de un médico para esta tarea ante el cúmulo de trabajo en la jurisdicción; ante ello, se dispone siempre a cualquier médico, incluso, “en ocasiones he tenido que ir yo”, señaló el jefe de la Jurisdicción Sanitaria.
Sin embargo, reconoció que se han extendido certificados médicos sin necesidad de que acuda nadie al buque, con la sola manifestación del capitán del barco sobre la salud de sus tripulantes, asumiendo que es muy difícil que una empresa naviera esconda una situación de salud a bordo de su navío, pues por cuestiones de seguridad de su propia empresa reportan cualquier caso y en Lázaro Cárdenas dijo que sólo se han atendido enfermedades comunes como las de vías respiratorias, accidentes de trabajo y en casos muy aislados, operaciones quirúrgicas como apendicitis agudas.
La Organización Mundial de Comercio establece como prioritario en los países asociados atender las condiciones sanitarias primero que cualquier otro trámite a bordo de un barco de procedencia extranjera a su ingreso a otro país, y una vez certificada la sanidad a bordo, el navío será abordado por el resto de autoridades como las migratorias que revisan los pasaportes de la tripulación; Sagarpa, que vigila los alimentos de los marineros, y otros productos perecederos a bordo, y Profepa, que certifica el ingreso de animales o materiales propensos de portar plagas exóticas.
Cada barco que ingresa al puerto contrata a una agencia naviera que se encarga de promover pagos y trámites en la terminal marítima tales como dar a conocer a la Capitanía del ingreso del barco, cubrir los pagos de pilotaje, remolcadores y avisar a las autoridades que deben inspeccionar el navío antes de que éste inicie operaciones en el muelle, lo que supone garantiza las labores para los trabajadores mexicanos sin riesgos de contagios sanitarios u otro tipo de plagas que pudieran llegar en embalajes a suelo mexicano; el trámite con las autoridades suele tomar de 20 minutos a una hora para declarar lo que en el ámbito portuario se define como “libre plática”, lo que supone cumplidos todos los requisitos de ley para la operación del barco en el muelle.
CARLOS TORRES OSEGUERA (Corresponsal)
Lazaro cardenas, 9 de octubre.- La revisión de los barcos de procedencia extranjera en aspectos de salud internacional se hace con el médico que esté disponible al momento en la Jurisdicción Sanitaria, pues no se cuenta con personal exclusivo para esta tarea, o bien se extiende el certificado médico con la sola declaración del capitán del barco, reconoció el jefe de la jurisdicción, Jesús Cázares Hernández. Reveló además que desde hace más de dos meses no se revisa en el puerto el estado de salud de los tripulantes de los navíos como lo marca la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios.
El funcionario reconoció que quien estuvo encargado de esta función se retiró, pues era un pasante de Medicina que estaba haciendo su trabajo social, además de que para efectos legales un pasante no puede hacer este servicio, y dijo que el indicado es un médico epidemiólogo.
De éstos, la jurisdicción cuenta con dos profesionistas, pero junto con el resto del personal hay que atender sobre 40 programas de salud, entre ellos la revisión de los barcos que entran al puerto, sólo que en este aspecto aseguró que los tiempos son inestables, pues se programa el ingreso de los barcos a una hora y generalmente cambian los horarios, lo que complica la disposición de un médico para esta tarea ante el cúmulo de trabajo en la jurisdicción; ante ello, se dispone siempre a cualquier médico, incluso, “en ocasiones he tenido que ir yo”, señaló el jefe de la Jurisdicción Sanitaria.
Sin embargo, reconoció que se han extendido certificados médicos sin necesidad de que acuda nadie al buque, con la sola manifestación del capitán del barco sobre la salud de sus tripulantes, asumiendo que es muy difícil que una empresa naviera esconda una situación de salud a bordo de su navío, pues por cuestiones de seguridad de su propia empresa reportan cualquier caso y en Lázaro Cárdenas dijo que sólo se han atendido enfermedades comunes como las de vías respiratorias, accidentes de trabajo y en casos muy aislados, operaciones quirúrgicas como apendicitis agudas.
La Organización Mundial de Comercio establece como prioritario en los países asociados atender las condiciones sanitarias primero que cualquier otro trámite a bordo de un barco de procedencia extranjera a su ingreso a otro país, y una vez certificada la sanidad a bordo, el navío será abordado por el resto de autoridades como las migratorias que revisan los pasaportes de la tripulación; Sagarpa, que vigila los alimentos de los marineros, y otros productos perecederos a bordo, y Profepa, que certifica el ingreso de animales o materiales propensos de portar plagas exóticas.
Cada barco que ingresa al puerto contrata a una agencia naviera que se encarga de promover pagos y trámites en la terminal marítima tales como dar a conocer a la Capitanía del ingreso del barco, cubrir los pagos de pilotaje, remolcadores y avisar a las autoridades que deben inspeccionar el navío antes de que éste inicie operaciones en el muelle, lo que supone garantiza las labores para los trabajadores mexicanos sin riesgos de contagios sanitarios u otro tipo de plagas que pudieran llegar en embalajes a suelo mexicano; el trámite con las autoridades suele tomar de 20 minutos a una hora para declarar lo que en el ámbito portuario se define como “libre plática”, lo que supone cumplidos todos los requisitos de ley para la operación del barco en el muelle.
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