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jueves, 2 de julio de 2015

El Acuerdo Transpacífico enfrenta una etapa ardua tras avance importante en EE.UU.

Senado de EE.UU. aprobó ley para que Barack Obama negocie TPP con región Asia-Pacífico
 
 
La Casa Blanca y los líderes republicanos lograron una victoria importante el 24 de junio con la aprobación del Senado, con 60 votos a favor y 38 en contra, para otorgarle poderes especiales a Barack Obama para negociar a través de Fast Track el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.
Sin embargo, el logro abre paso a un proceso de varios meses para completar un acuerdo comercial para la cuenca del Pacífico que aún enfrenta oposición interna y cuyos términos deberá obtener la aprobación final del Congreso.
Se espera que el presidente Barack Obama firme el fast track o “vía rápida” dentro de poco, lo que quitará un obstáculo a las negociaciones que impedía a las autoridades avanzar con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, o TPP, entre 12 países incluyendo México, Chile y Perú.
Pero “afirmar que esto es una marcha fácil hacia la victoria es un gran error”, expresó Gary Hufbauer, experto sénior de comercio en el centro de estudios Peterson Institute for International Economics, que respalda la liberalización comercial. Otorgarle al presidente poderes de negociación de “vía rápida”, señaló, es meramente “el preludio del segundo acto de la obra de teatro”.
Quienes están a favor de la moción, temen que el voto final sobre el Acuerdo Transpacífico pueda extenderse a la temporada de elecciones en EE.UU. del próximo año, cuando las arremetidas entre demócratas y republicanos dificulten la promulgación de las medidas de libre comercio.
La atención se centra ahora en el mismo Acuerdo Transpacífico, un amplio pacto entre EE.UU., México, Chile, Perú, Malasia, Vietnam, Australia, Canadá, Brunei, Singapur, Nueva Zelanda y Japón.
El pacto está diseñado para reducir o eliminar un conjunto de aranceles y otras barreras sobre automóviles, productos lácteos, carne, trigo y miles de otros productos. Pero quizá de mayor importancia son las normativas comerciales que van desde estándares laborales y ambientales hasta protecciones de propiedad intelectual para fármacos y películas.
Temas de particular dificultad para la negociación de EE.UU son el grado en que Japón abrirá sus mercados agrícolas, la duración de la protección de nuevos medicamentos biológicos de empresas farmacéuticas, y las protecciones de Canadá de sus mercados lácteos, entre otros.
Si el TPP se completa en julio, podría tomar seis meses o más para que el acuerdo reciba un voto final en el Congreso, debido a los retrasos en la tramitación del proyecto de ley y los pasos burocráticos que se contemplan.
Cuando se publique el texto en su totalidad, después de ser firmado por los ministros de los países miembros, es casi seguro que provocará una serie de críticas de grupos ambientales y laborales, organizaciones de consumidores e incluso líderes religiosos.
Aunque la mayoría de las grandes empresas estadounidenses respaldan el TPP, algunos fabricantes de EE.UU., focalizados en el mercado interno, presionan a los legisladores para derrotar el acuerdo porque temen que éste desate una avalancha de importaciones baratas.
Los fabricantes de medicamentos son uno de los principales puntales del TPP, ya que buscan de mayores protecciones para las patentes farmacéuticas e incrementar su influencia en el diseño de la política de salud del Gobierno.
Un comodín es la industria automotriz, que algunos economistas dicen que podría ser abrumada por un aumento relativo de las importaciones, dependiendo del tamaño y el cronograma de las futuras reducciones arancelarias para automóviles, camiones y partes importados desde Japón.
Algunos de los críticos más virulentos del TPP son los legisladores de estados con industria automotriz como Michigan y Ohio. Los tres grandes fabricantes de automóviles de EE.UU. han adoptado un enfoque más matizado, exigiendo reglas fuertes para evitar que Japón y otros países abaraten sus monedas para obtener una ventaja competitiva en el futuro, así como políticas para ayudarles a vender más coches en Japón.
Mientras que los liberales y muchos conservadores dicen que las corporaciones están demasiado involucradas en la política comercial, los grupos empresariales y agrícolas serán un apoyo clave para Barack Obama y los republicanos cuando traten de aprobar el TPP.
Los grupos agrícolas están ansiosos por tener un mejor acceso a Japón y otros mercados. Los estudios de cine de Hollywood quieren reglas firmes para proteger los derechos de autor, y las empresas de tecnología están buscando garantías de una Internet abierta y el libre flujo de datos.
El Acuerdo Transpacífico
El Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio surge como un ambicioso proyecto de integración en la región Asia Pacífico.
Las áreas que se están negociando en el TPP son: acceso a mercados, reglas de origen, obstáculos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, defensa comercial, competencia, compras públicas, servicios, inversiones, comercio electrónico, telecomunicaciones, entrada temporal, servicios financieros, asuntos legales, propiedad intelectual, medio ambiente, laboral y cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen coherencia regulatoria, competitividad, desarrollo y pequeñas y medianas empresas.
Fuente: Wall Street Journal, EE.UU.; Direcon, Chile  

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