Fuente: Ciudad1
El capitán de ultramar Carlos Bidart habló con Ciudad1 y explicó el correcto modo de actuar ante un incidente como el sufrido por el crucero italiano "Costa Concordia".
"Esta catástrofe es un hecho aberrante para cualquier marino, de cualquier país. El ABC de la navegación afirma que el capitán es el último en abandonar el barco. Eso es elemental y no hay excusa" detalló Carlos Bidart, capitán de guerra de la Armada Argentina y capitán de ultramar de la Marina Mercante, con más de 25 años de carrera.
El incidente ocurrido en las proximidades de la isla italiana de Giglio protagonizado por el crucero Costa Concordia sorprende no sólo por las vidas perdidas, sino por la extrema impericia de su comandante, quien se acercó peligrosamente a la costa, chocó contra sus rocas y provocó que su embarcación naufragara.
"Lo único atinado que hizo este capitán fue dejar que el buque se siguiera deslizando, ya que si se hubiera ido mar adentro se hubiese ido a pique en lugar de simplemente volcarse" explicó Bidart, pero agregó que "este es un hecho inaudito. Fue una cosa demencial pasar tan cerca de las rocas. No puede nunca pasar algo así, menos en esta época".
"Es una norma elemental de la navegación no acercarse a más de una milla (1800 metros) a obstáculos que aparecen en una carta náutica" continuó el marino argentino, e ilustró que "el barco se llevó por delante un risco, que se metió en la sala de máquinas y por eso se cortó la luz".
Respecto a la excusa dada por Schettino de que no huyó sino que simplemente cayó en un bote salvavidas, Bidart la rechaza de plano. "Es absolutamente inverosímil, es una cobardía total. Me siento avergonzado de que un marino diga semejante cosa. El comandante siempre es responsable de su nave, aún si no está ahí, porque también es responsable de los oficiales que deja al mando" explicó, y agregó que "jamás se puede abandonar el puesto de comando. Nunca, bajo ninguna circunstancia".
Bidart sostuvo que es un hecho inaudito y que nunca sucedió nada similar en ningún lugar del mundo. Para resaltar el mal obrar del capitán italiano, puso como ejemplo a dos capitanes argentinos que actuaron como debían en situaciones de emergencia.
"El capitán de navío Héctor Bonzo era el comandante del crucero General Belgrano durante la Guerra de Malvinas y estaba al mando cuando un submarino inglés le acertó un ataque con torpedos. Él, junto a sus oficiales, se quedaron en el puente de mando hasta que la embarcación estuvo completamente vacía y recién ahí se fueron", relató Bidart, antes de recordar otro caso, el del capitán de fragata, Guillermo Tarapow, cuando estuvo al mando del rompehielos "Almirante Irízar", que se incendió en abril de 2007. "Tarapow todavía tiene quemaduras por combatir el fuego y no abandonar su puesto, a pesar de que recibió órdenes de hacerlo. No dejó el buque hasta que su tripulación estuvo a salvo y acudieron los remolcadores para dejarlo en puerto y salvar la embarcación".
El capitán argentino evaluó que, en el caso italiano, "evidentemente el personal no estaba debidamente instruido en zafarrancho de abandono, porque en esos buques suben a cualquiera de tripulante".
"Lo del capitán italiano Schettino es un homicidio culposo, sin lugar a dudas" finalizó Bidart.
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lunes, 30 de enero de 2012
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