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sábado, 12 de abril de 2008

Las incógnitas del 'New Flame'

Fuente: La Voz Digital

Quién fue el responsable de que el Torm Gertrund y el New Flame colisionaran en aguas del puerto de Gibraltar? ¿Quién controla la navegación marítima en la Bahía de Algeciras? ¿Por qué el Gobierno español no ha intervenido en el rescate, contando con los mejores especialistas en esta materia? ¿Cuál es la naturaleza exacta de la chatarra que portaba el buque y por qué ni Gibraltar ni al armador han dado detalles de la misma? ¿Qué se va a hacer a partir de ahora con la chatarra? Ocho meses después de la colisión del buque chatarrero y su hundimiento parcial, y cuando la operación de rescate prácticamente ha concluido, siguen habiendo más preguntas que respuestas sobre este barco.

12 de agosto de 2007. El Torm Gertrund y el New Flame chocan al sur de Punta Europa, en aguas portuarias de Gibraltar. El peor parado es el New Flame, un carguero construido en 1994 con bandera panameña y una carga de 42.000 toneladas de chatarra, que queda semihundido, con la proa sumergida a 23 metros de profundidad. ¿Por qué colisionan ambos barcos?

Según un experto en Marina Civil consultado por LA VOZ el tráfico del Estrecho de Gibraltar y de la Bahía de Algeciras está controlado respectivamente por las torres de Tarifa y Algeciras, que cuentan con un doble sistema de seguimiento de los navíos, a través de radar y del sistema AIS que «identifica los barcos y almacena todos los datos codificados de cada buque». Ambas torres tienen este sistema «que permite una visión perfecta de las trayectorias de los buques». Entonces ¿por qué no preveyeron la colisión?

Para este experto el problema son las aguas de la Bahía, donde una ley de 1995 atribuyó «ciertas competencias de ordenación del tráfico marítimo a la Autoridad Portuaria de Algeciras, que la delegó en los prácticos. Y los prácticos no son funcionarios sino que prestan otros servicios», advierte. Desde la Dirección General de Marina Mercante (Ministerio de Fomento) niegan rotundamente este punto y aseguran que los puertos sólo tienen competencia «de la bocana del puerto hacia adentro».

«La construcción y entrada en servicio del nuevo puerto de Tánger-Med, situado a dos millas al suroeste de Punta Cires, en la costa norte de Marruecos, hizo necesario que España y Marruecos diseñaran conjuntamente una modificación del Dispositivo de Separación de Tráfico del Estrecho para integrar con seguridad los nuevos flujos de tráfico», explican desde Marina Mercante. Un Dispositivo que entró en funcionamiento el pasado 7 de julio.

Sin embargo, recuerdan en Marina Mercante que «los buques que utilicen correctamente una vía de circulación no tienen preferencia de paso sobre otros buques con los que se puedan encontrar, ni siquiera si éstos últimos no siguen la dirección de tráfico establecida e infringen la Regla 10 o cualquier otra del Reglamento de Abordajes». Es decir, que los barcos no están obligados a seguir las directrices que marcan las torres de control.

El segundo problema es cómo hacerse cargo del buque encallado. «Gibraltar no tiene recursos. Una operación de rescate requiere inmediatez, si no las empresas privadas de salvamento hacen su agosto. Hay que amarrar bien el contrato y especificar cómo se actuará en caso de contaminación, en qué plazos y con qué penalizaciones», explica este experto. De momento, y según Subdelegación del Gobierno en el Campo de Gibraltar, se han limpiado casi 300 toneladas de hidrocarburos en las playas algecireñas desde que el barco quedó varado.

¿Y la chatarra almacenada en el buque? En ningún momento se han especificado sus características. «Nueva York se ha convertido en uno de los puertos que más exportan chatarra. Podría ser incluso del 11-S, pero también de alguna industria química o radioactiva», aventura este experto.

De momento, ninguno de los indicadores radioactivos que posee la Junta ha dado positivo, que era el mayor temor de los ecologistas. Desde Greenpeace se temía que pudiera haber algún tipo de partículas como la cápsula de Cesio 137 que Acerinox fundió años atrás. Esta opción parece ahora descartada, aunque desde la Consejería de Medio Ambiente se continúan los análisis de la chatarra que la Guardia Civil detuvo en la frontera con Gibraltar y que ahora se almacena en un depósito especial en San Roque. El armador ya ha asegurado que el valor de la chatarra, que estima en unos 14 millones de euros, ha sido ampliamente superado por los costes de rescate del buque

Antonio Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción en la zona, lamenta «el descontrol» que se está produciendo. «No estamos en contra de que se traslade la chatarra, pero al menos que sepamos qué tipo de chatarra es y adonde va», argumenta Muñoz. «Siempre será mejor que dejarla en el agua», resume este veterano ecologista.

mabardera@lavozdigital.es

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