Estación Sufragio

Fuente: Ecos de la Costa
Adalberto Carvajal

EL PUERTO NOS UNE

El recinto portuario se expande o Manzanillo perderá la oportunidad de convertirse en el principal puerto del Pacífico norte. De acuerdo a estudios sobre el crecimiento del movimiento de contenedores en el puerto colimense, las expectativas son enormes pero se requieren obras de infraestructura para consolidar esta vocación. En entre ellas una nueva carretera vía corta a Guadalajara, para poder trasladar la carga por vía terrestre hacia el centro del país y la frontera norte.

Tan sólo durante 2006, el movimiento de contenedores en el puerto de Manzanillo creció en un 44 por ciento, alcanzando 1 millón 249 mil 630 unidades, lo que aunado a la lenta salida de la carga hacia el interior del país ha aumentado el período de espera de los buques fondeados en la bahía. Sin embargo, la participación del ferrocarril en el movimiento portuario es de sólo 20 por ciento, cuando el promedio nacional es de 30 puntos porcentuales.

Los flujos comerciales en la Cuenca del Pacífico, donde Manzanillo tiene una posición geográfica que favorece estas relaciones económicas, seguirán creciendo: las proyecciones de la Administradora Portuaria Integral de Manzanillo indican que, para el año 2010, se manejarán dos millones de contenedores y, 2 millones 500 mil, para el 2015.

Esto sin contar la carga que el sistema portuario Long Beach-Los Ángeles estaría desviando hacia puertos del Pacífico mexicano a mediano plazo, motivando el desarrollo en México del concepto “short sea shipping” (cabotaje), como un aliciente más para la marina mercante en México.

La carga contenerizada de Estados Unidos aumentará 350 por ciento en 2020. Lo que significa un movimiento de 40 millones de TEU’S en el sistema Long Beach-Los Ángeles. En ese sentido, la infraestructura portuaria en Canadá, Estados Unidos y México serán incapaces de administrar y controlar ese incremento.

Ese desafío, explica el estudio al que este columnista tuvo acceso, es una excelente oportunidad para el desarrollo económico, la creación de empleos y la mejoría de la competitividad comercial de México y Estados Unidos en la Cuenca del Pacífico y en el mercado mundial.

Basados en esas cifras, se espera que para el año 2015 Manzanillo mueva, en realidad, más de 4 millones de contenedores anuales, con un movimiento de más de 4 mil tráilers diarios.

¿O NOS HUNDE?

Gran parte de la carga que desviará hacia Manzanillo el consorcio portuario Long Beach-Los Ángeles estará destinado al este de los Estados Unidos, lo que hace necesario consolidar el eje ferroviario Manzanillo-Nuevo Laredo, completar el eje troncal (carretero) Manzanillo-Tampico, aprovechar el concepto de recinto fiscal estratégico e impulsar el proyecto del macro libramiento multimodal en Guadalajara.
Es aquí donde cobra importancia el inicio y término de una carretera tipo B Manzanillo-Tapalpa, como parte de ese eje troncal Manzanillo-Tapalpa-Guadalajara-Aguascalientes-Tampico o Laredo.

Una parte de esa carretera ya existe en territorio colimense, es la que une al puerto con Minatitlán, pero resulta inapropiada para el transporte de contenedores. Tendrían que hacerse modificaciones importantes. El resto de la vía, para conectar con el circuito carretero de “El llano en llamas” en Jalisco, hay que construirlo.
Con esta carretera se aseguraría un flujo ágil y continuo de la carga multimodal desde y hacia Manzanillo, disminuyendo los congestionamientos de las actuales carreteras de Colima.

En este sentido, la presencia de carga pesada en la carretera libre Armería-Manzanillo, anula su funcionalidad como vía de comunicación entre las poblaciones rurales y como alternativa al camino de cuota para los conductores del Estado.

Y es el excesivo transporte de carga lo que hace inaplazable la ampliación a cuatro carriles de los tramos faltantes en la autopista a Guadalajara. Pero, a como vamos, cuando esa obra se realice la cantidad de tractocamiones, con uno o dos remolques, que circularán por ella superará rápidamente el aforo de la llamada supercarretera.