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miércoles, 28 de noviembre de 2007

Oceanografía, negocios al alza

El gobierno de Felipe Calderón otorga cinco contratos por más de 6 mil 500 millones de pesos a Oceanografía, la empresa investigada por supuesto tráfico de influencias en Pemex; este monto supera las contrataciones hechas en los últimos tres años de la administración foxista. Con un nuevo amigo en la Presidencia –Juan Camilo Mouriño–, la compañía también logra que se congele un expediente por fraude fiscal en su contra

Fuente: Contralinea
Nancy Flores

En los primeros 10 meses del gobierno de Felipe Calderón, Oceanografía registra una cifra récord en sus negocios con Petróleos Mexicanos. De enero a septiembre, la empresa de Amado Yáñez Osuna obtiene cinco contratos que suman 6 mil 556 millones 529 mil pesos, revela información oficial de Pemex Exploración y Producción (PEP).

Dicho monto es 289 por ciento mayor al alcanzado en el último año de la administración de Vicente Fox, cuando la compañía facturó 2 mil 268 millones 258 mil pesos. Es también 229 por ciento superior al de 2005, ejercicio en el que obtuvo contratos por 2 mil 852 millones 884 mil pesos. Más aún, en 2004 sólo signó un convenio con la subsidiaria por 118 millones 880 mil pesos, que representa el 1.7 por ciento de la cifra total registrada en este sexenio.

Las 15 contrataciones a favor de Oceanografía, hechas en los últimos tres años de la pasada administración, ascienden en total a 5 mil 240 millones 22 mil pesos, es decir, mil 316 millones 506 mil pesos menos que los contratos de 2007.

Auspiciados por Carlos Morales Gil, quien asumió la dirección de PEP en diciembre de 2004, los recientes negocios se dan a pesar de las indagatorias que siguen la Auditoría Superior de la Federación , la Secretaría de la Función Pública y una comisión especial en la Cámara de Diputados.

Las líneas de investigación pretenden demostrar tráfico de influencias y corrupción, y se enfocan en la relación de Yáñez Osuna con los hermanos Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún. No obstante, omiten averiguar los nuevos vínculos del empresario con el gabinete calderonista.

Y es que Oceanografía tiene un nuevo amigo. El 29 de enero pasado Miguel Badillo documentó el lazo del propietario de Oceanografía con el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República : “Amado Yáñez asegura que su gran amistad con Juan Camilo Mouriño le permitirá avanzar más en los negocios con la empresa petrolera del Estado”.

Según la columna Oficio de Papel, la relación entre el joven empresario y el hombre más cercano al presidente Calderón inició por intermediación de Leonardo Oleavarrieta, secretario particular de Yáñez Osuna y amigo de Mouriño desde la infancia.

La cercanía con el actual gabinete gubernamental va más allá: en su calidad de secretario de Energía en el sexenio pasado, Felipe Calderón inauguró las nuevas oficinas de Oceanografía ubicadas en Ciudad del Carmen, Campeche.

Nuevos contratos

Desde que Carlos Morales Gil llegó a la dirección de PEP, dicha subsidiaria ha otorgado 19 contratos –que suman 11 mil 677 millones 671 mil pesos– a la empresa de Amado Yáñez Osuna. De éstos, 14 se signaron durante la administración de Luis Ramírez Corzo, exdirector general de Pemex, y el resto en la actual, aún encabezada por Jesús Reyes Heroles.

En el actual gobierno, su primer contrato se identifica con el folio 428216969. Mismo que se signa el 18 de enero, por 277 millones 693 mil pesos, y tiene como fin dar “servicio de transporte, acondicionamiento y recuperación de fluidos durante la perforación, terminación y reparación con apoyo de un barco procesador, paquete I”.

Diecinueve días después, el 6 de febrero, Oceanografía firma el convenio 428217803, por mil 20 millones 873 mil pesos. Éste tiene por objeto la “construcción de obras complementarias en plataformas marinas y adecuación de las instalaciones existentes, con apoyo de una embarcación de posicionamiento dinámico con equipo y personal especializado”.

El tercer contrato, para el “fletamento a tiempo de lancha estable (una) para el transporte de personal, materiales y equipo ligero en el Golfo de México”, se pacta el 2 de mayo, por 69 millones 204 mil pesos.

Por el monto involucrado, el convenio más importante es el 428237849, rubricado el 20 de septiembre por 4 mil 902 millones 777 mil 273 pesos. Su objetivo es el “montaje de equipos y estructuras diversas”, así como “adecuaciones estructurales y servicios de apoyo a la operación en las instalaciones de PEP en la zona económica exclusiva de los Estados Unidos Mexicanos en el Golfo de México”, descubre el portal de transparencia de PEP.

Un día después, la sociedad anónima firma el contrato 420877804, por 285 millones 980 mil pesos, destinado a la “construcción de un oleogasoducto” que va de la plataforma Atún-D a la plataforma Bagre-A, indican los informes de la subsidiaria.

Investigaciones pendientes

Además de los contratos, otro beneficio de las nuevas relaciones de Yáñez Osuna con altos funcionarios de la administración calderonista es la suspensión de una investigación por defraudación fiscal.

Aunque la Secretaría de Hacienda, a través del Servicio de Administración Tributaria, demostró que Oceanografía evadió el pago de impuestos por 200 millones de pesos, el expediente en poder de la Procuraduría General de la República permanece en la congeladora, indican fuentes confidenciales.

Agregan que hasta la fecha las autoridades federales omiten indagar operaciones que podrían constituir otros ilícitos: la compra de diésel, energético con el que operan las embarcaciones de Yáñez Osuna; el origen del dinero con el que se adquieren los barcos que Pemex renta con posterioridad.

Otro capítulo que destacan es la recurrencia en los incumplimientos de contratos y la ausencia de sanciones o multas muy por debajo de las pérdidas, por lo que presumen complicidades con funcionarios de la paraestatal. Tal es el caso, denuncian, de la dilación y las irregularidades que presentan las obras relacionadas con el convenio 412425828.

De acuerdo con el portal de transparencia de la subsidiaria, éste involucra mil 470 millones 982 mil pesos, data del 20 de mayo de 2005 y tiene por objeto la “procura y construcción de un gasoducto de 36 por 56 kilómetros de plataforma de enlace litoral al complejo Pol-A”.

Aunque el plazo para entregar los trabajos se venció el 26 de enero de 2006, a la fecha –indican las fuentes– éstos no han sido concluidos. Tras 21 meses de retrasos, PEP apenas ha fijado multas por 12 millones de dólares en contra de Oceanografía.

Según los informantes, con el fin de comprobar la capacidad de la línea que transportará petróleo, al concluir el tendido del gasoducto se efectuó una prueba hidrostática con la que se detectó una fuga que impide su buen funcionamiento.

Pese a las demoras, Pemex Exploración y Producción no sólo no ha rescindido este trabajo a Oceanografía sino que le asigna nuevos. De 2003 a la fecha, la empresa de Yáñez Osuna ha obtenido 33 convenios en PEP, que suman 13 mil 394 millones 887 mil 602 pesos, de los cuales el 48 por ciento corresponde a los cinco que obtuvo en los primeros meses de la administración de Felipe Calderón.

Para este trabajo periodístico se solicitó entrevista con el director de PEP, Morales Gil, a quien se le pidió explicar las millonarias contrataciones que ha asignado a Oceanografía. Hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

Barcos, negocio redondo

El contrato suscrito entre Pemex y la trasnacional Bergesen –que involucra recursos públicos por al menos 758 millones de dólares, destinados al arrendamiento del primer barco tipo FPSO (Floating Production, Storage and Offloading)– es un fraude, denuncian trabajadores de la petrolera mexicana.

Y es que la embarcación no es nueva. De acuerdo con el número 21 de la revista El mundo del petróleo, Blue Marine Technology Group, al que identifica como representante comercial y operativo de Bergesen en México, aceptó que “se trata de la conversión de un buque de casco sencillo, construido en Japón en 1980” .

La publicación indica que tras asignar el contrato 4120005846, para la “adquisición de un FPSO y prestación de servicios para su operación y mantenimiento”, a la compañía noruega, comenzó su ensamblaje el 13 de julio de 2005. Añade que el convenio a 15 años establece que Bergesen operará y dará mantenimiento a la embarcación con un costo adicional de 392 millones de dólares pagaderos durante el plazo contractual, según explicó Antonio Juan Marcos Issa, presidente de Blue Marine.

Los trabajadores de la paraestatal señalan que por la antigüedad del FPSO, de 27 años, éste es un mal negocio para Pemex: “todos los aparatos de navegación datan de 1980 aunque lo intenten vender como nuevo”, dicen. Añaden que el valor real de un barco nuevo del tipo asciende entre 400 y 500 millones de dólares, mientras que la petrolera pagará más de 700 millones de dólares por renta (Fortuna 49).

Rentas al mejor postor

El capítulo de los arrendamientos de embarcaciones es un gran negocio, acusan los funcionarios. En el sexenio pasado, Petróleos Mexicanos desmanteló su flotilla de para dar paso a la privatización casi total de estos servicios. Mientras que en 2000 tenía una flota en activo de 27 buques tanque, ahora sólo cuenta con siete: “algunos fueron vendidos y otros están amarrados. Pemex no ha comprado una sola embarcación de la que se comprometió desde 1999” .

Según los trabajadores, “la paraestatal ha suplido estos faltantes con barcos rentados, sobre todo extranjeros. Por cada buque –Faja de Oro II, Amatlán II, Potrero del Llano II y Choapas II–, Pemex Refinación paga alrededor de 35 mil dólares diarios; en un mes suma un millón de dólares por unidad; en cinco años, 60 millones de dólares. Un barco nuevo de ese tipo tiene un costo de 50 millones de dólares”.

Para la Sonda de Campeche, Pemex Exploración y Producción renta más de 100 embarcaciones –remolcadores, abastecedores y lanchas rápidas que transportan personal a las plataformas– a compañías privadas.

Respecto de las lanchas rápidas, los trabajadores indican que la paraestatal tenía su propia flotilla, “pero ahora están amarradas y su tripulación parada en Campeche, Coatzacoalcos, Salina Cruz y Tampico, pese a estar en buen estado”.

Más aún, Petróleos Mexicanos mantiene amarrado su barco especial recolector de hidrocarburos, Ecopemex, descompuesto en Coatzacoalcos y sin que hasta ahora se le dé mantenimiento, lo que ha permitido que en los últimos derrames de petróleo se contraten empresas privadas para la remediación de las zonas afectadas.

Afectación a trabajadores

Más de un centenar de personas de tripulación se han quedado sin trabajo, denuncian los funcionarios; no obstante, dicen, todos cobran su sueldo íntegro, pues están “comisionados” en tierra.

El convenio laboral, signado entre el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y las autoridades de Pemex el 29 de marzo del año pasado, revela que la paraestatal canceló “las plazas definitivas adscritas a los buques tanque desincorporados Ahkatún, Cantarell, Monterrey, Reynosa, Emiliano Zapata, Nuevo Laredo, Plan de Guadalupe y Plan de Ayala”.

También de “las plazas de los barcos, arrendados a casco desnudo, Palenque, Burgos, Anáhuac y Montealbán, cuyo contrato llegó a su término y el personal se encuentra comisionado en su lugar de residencia; y las plazas de los buques tanque Reforma, Vicente Guerrero, Manuel Ávila Camacho; Mariano Moctezuma, Mariano Escobedo, Revolución, amarrados en proceso de baja para su desincorporación de la flota”. (NF)

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