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lunes, 8 de octubre de 2007

El Canal y la ruta del Ártico

El Canal y la ruta del Ártico
El Paso del Noroeste no ofrece confiabilidad por los peligros para la seguridad de los buques

Jorge A. Espinosa
GERENTE DE METEOROLOGIA E HIDROLOGIA DE LA ACP.
Fuente: Panamá America

EL DESHIELO de una zona del Ártico, conocida como el Paso del Noroeste, es un fenómeno cíclico que se ha pronunciado debido al calentamiento global. Este sólo ocurre durante unas semanas del verano entre julio y septiembre, ya que durante el resto del año las bajas temperaturas en el área promueven el congelamiento de las aguas. Una prueba es la noticia de la agencia Associated Press, que reporta que concluida la temporada de verano, los hielos del Ártico comenzaron a congelarse nuevamente.

Aunque durante el verano del 2007 se registró un alto nivel de deshielo, en la ruta permanecen témpanos que representan un peligro para la navegación, como lo comprueba el análisis de la NASA basado en la imagen del satélite TERRA del 15 de septiembre de 2007. La presencia de estos témpanos obliga a las naves a disminuir considerablemente su velocidad, lo cual reduce sustancialmente cualquiera ventaja como una ruta más corta.

El impacto de una posible ruta del Ártico en el Canal de Panamá disminuye en la medida que el Paso del Noroeste no ofrece confiabilidad por los peligros para la seguridad de los buques, la falta de señalización marítima y el desconocimiento de corrientes marinas, entre otros aspectos. Esto requerirá de multimillonarias inversiones en la señalización y su mantenimiento durante las heladas de 40 de las 52 semanas del año y la elaboración de cartas de navegación que incluyan las hidrografías de miles de kilómetros de cauces en el Ártico.

La operación de buques en esta zona es mucho más costosa porque necesitan invertir en el reforzamiento de sus cascos por el peligro de los hielos marinos. Esto hace las naves más pesadas y aumenta su consumo de combustible. Se requieren pólizas de seguro mucho más altas, equipo especializado para mantener la temperatura de las mercancías, lo que se traduciría en fletes marítimos más caros, aumentando así el costo de la ruta.

Además, al igual que otros canales o estrechos, esta ruta requerirá de pilotos o prácticos por aproximadamente 3, 000 kilómetros de la travesía. O sea, un practicaje de cinco días, lo que involucra tener al menos dos prácticos por buque, lo que elevaría aún más los costos de la operación del buque.

Tampoco ofrece rentabilidad para la industria marítima, porque en la ruta no hay puertos que sirvan a grandes mercados, algo que sí permite el Canal panameño, donde cada semana confluyen más de 144 rutas marítimas. La ruta del Ártico no tiene la conectividad que tiene Panamá. No le permite al naviero colocar servicios con itinerarios fijos debido a la limitación en los días navegables, lo cual, en el caso más probable serían de 90 a 100 días en el año 2050, sólo si llegar a ocurrir un rápido deshielo en el verano.

Una ruta con estas características crea incertidumbre en los itinerarios, no permite la certeza en la calidad de los servicios ni la máxima utilización del buque, ya que limita el trasbordo. El investigador noruego Claes Ragner indicó que "el más grande deseo para la navegación marítima son rutas eficientes y estables". (Associated Press, 15 de septiembre del 2007).

Muestra de la falta de interés de la industria por utilizar esta ruta es que no hay en operación, ni en construcción, un buque portacontenedor con casco rompehielos más grande de 650 TEU´s. A septiembre de 2007, la flota mundial de buques portacontenedores está compuesta por 4, 208 buques, de los cuales sólo cinco son de este tipo.

Las rutas más beneficiadas por la apertura parcial del Ártico serían principalmente entre algunos puntos del Norte de Asia y Europa, un mercado que no utiliza el Canal de Panamá.

Nuestro canal tiene como sus principales mercados las rutas entre Asia y el Este de Norteamérica y los puertos del Golfo de México, entre el Oeste de Suramérica y Europa, y entre el Oeste de Suramérica y la costa Este de Norte América y los puertos del Golfo de México.

Este fenómeno no afectaría al Canal de Panamá, porque se estima que los costos de inversión de la ampliación están programados para recuperarse en menos de 10 años a partir de la entrada en operación del tercer juego de esclusas. Una fecha bastante distante de cualquier pronóstico sobre un posible deshielo que haga comercialmente navegable la ruta del Ártico.

Sumado a los aspectos científico/técnicos y comerciales sobre la ruta por el Ártico deben considerarse los reclamos de jurisdicción que hacen países como Canadá, Estados Unidos, Rusia y Dinamarca a raíz del interés por los yacimientos de gas natural y petróleo que existen en la zona. (El País de España, 21 de septiembre del 2007). El subdirector de la Comisión de Estados Unidos para Investigación del Ártico, Lawson Brigham, ha señalado que "cualquier tráfico real por el Paso del Noroeste, si es que hay mucho, está todavía a décadas de distancia" y que la "Ruta del Ártico, como una ruta del comercio global, tiene muchas, muchas incertidumbres".

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