Unos US$ 7.000 millones es la facturación anual en
concepto de combustible que gasta la mayor naviera del mundo, Maersk Line en sus
buques; por esta razón, la compañía busca formas de reducir su consumo de bunker
a través de fuentes alternas de combustible ecoambientales.
Hasta ahora la industria naviera no se ha beneficiado de
la investigación y el desarrollo de la biomasa, una de las fuentes de energías
renovables más importantes del mundo. Actualmente hay dos proyectos actuales que
se centran en la búsqueda del potencial combustible para uso marítimo a través
de la biomasa: Mediante la lignina que es un polímero complejo orgánico que se
encuentra en las plantas.
“La lignina tiene una variedad de usos industriales
debido a sus características químicas, el contenido de energía y su abundancia,
sin embargo, su potencial como combustible diésel marino es un área
relativamente inexplorado”, reconoció Peter Normark Sørensen, de Grupo
Maersk.
Un estudio financiado por la Fundación de Energía y la
Comisión Nacional para Políticas Energéticas concluyó que “los biocombustibles
junto con vehículos de mayor eficiencia y crecimiento inteligente podría reducir
la dependencia del sector transportista en petróleo en dos tercios para el 2050
de forma sustentable”.
El pasado mes de febrero, Maersk suscribió un memorando
de entendimiento con la Universidad Tecnológica de Eindhoven para desarrollar un
combustible marino viable de la lignina que cumpla con los estrictos parámetros
de precio, rendimiento técnico sostenible y las emisiones.
Oportunidades y desafíos
Un proyecto independiente llamado “Biomasa para el Siglo
21” co-financiado por la Danish Nacional Advanced Technology Foundation e
implica Maersk, DONG Energy y otras empresas e instituciones académicas.
El profesor Claus Felby, de la Universidad de Copenhague
está liderando el proyecto, que también está estudiando la lignina como
potencial combustible marino, así como de otras fuentes sostenibles de
biocombustibles.
Según el acuerdo, si la lignina cumple con los
criterios de Maersk, entonces la compañía danesa compraría 50.000 toneladas de
ese combustible.
En los últimos 75 años, las compañías navieras han
utilizado el combustible fósil, sin embargo, mirando hacia el futuro es probable
que esto cambie. De acuerdo con Jacob Sterling, director de Medio Ambiente y
Responsabilidad Social Empresarial en Maersk Line, simplemente el combustible a
largo plazo va acabar, así que hay que empezar a buscar fuentes alternas.
Otro aspecto que destacó Sterling es que los
biocombustibles no sólo aseguraría un suministro de combustible para el futuro,
sino que reducirá en gran medida emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Fuente: Capital, Panamá
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