Dirección del CHAT


El Blog no se hace responsable por las opiniones emitidas en este espacio. Los comentarios aquí publicados son responsabilidad de quién los escribe.

miércoles, 30 de mayo de 2012

México amplía miras hacia la construcción en el naval público

Fuente: La Voz de Galicia


El acuerdo entre Pemex y la Xunta el jueves abre tantas expectativas como interrogantes en los astilleros de la ría de Ferrol. Los condicionantes que tiene el naval público despiertan dudas sobre si sus factorías podrían producir alguno de los remolcadores.
¿Podría Navantia hacer remolcadores civiles?
Navantia solo puede acceder a contratos civiles cuyo importe no supere el 20 % de su facturación militar. No obstante, el Gobierno español, cuando creó la compañía, pactó con la UE que la antigua Astano y la factoría de San Fernando (Cádiz) tendrían prohibida expresamente la construcción de buques civiles, por lo que, de concretarse que alguno de los remolcadores de Pemex se hiciese en la ría, únicamente podría fabricarse en Ferrol. Si, como anuncia la Xunta, algunos de estos navíos pueden llegar como encargo de la Marina mexicana, se podrían fabricar en ambas plantas.
¿Sería factible fabricar este tipo de navíos en los astilleros de la ría?
Los gigantes navales de Ferrolterra están especializados en la fabricación de grandes barcos militares, como fragatas y megabuques anfibios. En su etapa civil, la antigua Astano construyó los mayores petroleros del mundo en la década de los sesenta y setenta y, posteriormente, superlativas plataformas marítimas. De ahí que sus instalaciones y procesos estén preparados para grandes navíos. Además, Navantia no cuenta con remolcadores en su catálogo de productos, por lo que, para competir con el resto de los astilleros por la fabricación de los pequeños barcos, tendría o bien que comprar un diseño o empezar a desarrollarlo. En este segundo caso, quedaría fuera de la licitación, que se iniciará en breve.
¿Qué carga de trabajo podría representar?
La Xunta ha anunciado que los 14 remolcadores de Pemex (siete se harían íntegramente en Galicia y también se harían partes de los otros siete, que se ensamblarían en México) suponen 2,6 millones de horas de trabajo, lo que implica unas 185.000 por navío. Las plantas de la ría van a iniciar en breve la construcción de cinco bloques para los destructores australianos, que en conjunto suman 410.000 horas, lo que muestra una idea de la repercusión que podría tener el reparto de la nueva obra.
¿Abre el acuerdo otras posibilidades?
Sí, y de hecho ya se están explorando. El vicealmirante de la Armada de México responsable de los programas de construcción naval ya ha realizado una visita a Ferrol, aunque por el momento no existe una demanda específica por algún barco en concreto. Es decir, no se prevén encargos a corto plazo, aunque el encuentro sirve al astillero para mejorar su posición frente a posibles concursos. Además, la alianza con Pemex abre la puerta a la contratación de un flotal, una plataforma marina que es un hotel flotante, usado habitualmente para albergar a las tripulaciones de los artefactos petrolíferos cuando estos están en reparación.
¿Pueden optar las plantas públicas a la construcción de esa plataforma?
Tras expulsarlo, en la primera reconversión, a mediados de los ochenta, de la construcción civil, el astillero de Fene se especializó en el sector off-shore, es decir, en la construcción de plataformas marinas, en donde llegó a situarse en los primeros puestos mundiales del sector. De hecho, la serie de los tres gigantes Discoverer que aún operan en el golfo de México salieron de las gradas de la planta de Perlío, que también diseñó plataformas para la acuicultura y aparcamientos flotantes, entre otros. Sin embargo, tras el último ajuste en el naval público, el anterior Gobierno socialista decidió volcar los astilleros en el sector militar y prescindió de este negocio. El veto que impide a la antigua Astano construir buques civiles extiende dudas sobre si esta limitación le dejaría también fuera de la fabricación de plataformas marinas. En el seno de la compañía pública se entiende que, como los artefactos flotantes no son buques, nada le impediría concurrir a la construcción del hotel flotante para Pemex.
¿Se beneficiarán las industrias auxiliares de Ferrolterra de la alianza con México?
Ante la caída en la ocupación en las distintas plantas de la ría ferrolana, varias industrias del naval de Ferrolterra se han lanzado a los mercados emergentes en la búsqueda de contratos. Y ya han empezado a lograrlos, en países tan dispares como Australia, en el naval militar, o en Uruguay, con la fabricación de pequeñas pontonas. Esta misma semana, una de estas firmas, Gabadi, suscribió un acuerdo de colaboración con el naval del estado mexicano de Sinaloa y con la Xunta, que abre la puerta a nuevos contratos en el país. Habituales en las obras del naval público y también privado, es más que probable que el contrato con Pemex les genere nuevas obras.

No hay comentarios.: