¿Hasta cuándo detendrán a Amado Yáñez Osuna?

Fuente: Rumbo de México
Vladimir Galeana

A petición de de la empresa Ocenaografía, Petróleos Mexicanos modificó los requisitos de las bases para otorgar contratos de mantenimiento a la compañía, de la que se presumen son socios los hermanos Bribiesca Sahagún, por un monto de 379 millones de pesos. Esta circunstancia de favoritismo hacia el negocio encabezado por Armando Yañez Osuna, o más bien de graves anomalías cometidas en la paraestatal más importante del país, que regresa nuevamente al debate mediático, fue detectada por la Auditoria Superior de la Federación en el análisis que se realizó del último año de la administración del Presidente Vicente Fox Quesada, y que en dicha empresa pública alcanzó un monto de mil 671 millones de pesos en irregularidades, pero cuatro mil millones en todo el sector energético del país, a pesar de que la muestra revisada apenas abarcó el siete por ciento del total del Presupuesto de Egresos de 2006. Para decirlo de otra forma, pareciera que “el año de hidalgo” comprendió casi todos los del sexenio pasado.

Particularizando el problema con Oceanografía, la ASF señala en el capítulo de contratos Pidiriegas relacionados con arrendamiento, servicio de barcos y mantenimiento, que “Pemex a petición de la empresa Oceanografía, S. A. de C. V., modificó los requisitos de las bases de licitación pública referente a las características técnicas de la velocidad de la embarcación requeridas para los trabajos de mantenimiento concursados y la fecha de inicio de los recursos”. Esas embarcaciones a que se refiere la licitación de referencia estuvieron involucradas en el accidente de la Sonda de Campeche, particularmente en la explosión de la Plataforma Usumacinta, donde murieron 21 trabajadores. Pero lo peor de todo es que Pemex pagó a esa misma empresa trabajos relacionados con un segundo contrato, sin que Oceanografía entregara los reportes finales que forman parte de la evidencia de ejecución de dichos trabajos.

La Pregunta que nos hacemos todos los mexicanos es a quien son destinados los beneficios del petróleo, porque según la historia que nos enseñan en el sistema educativo mexicano es que Lázaro Cárdenas del Río realizó la expropiación de 1938 con la finalidad de que fuéramos nosotros quienes disfrutáramos de la riqueza que genera el hidrocarburo, y hasta ahora, con los procesos de apertura de la información gubernamental, hemos podido constatar que el trato preferencial que se les ha otorgado durante todo este tiempo a los empresarios los hace detentadores únicos de dichos beneficios.

En este grupo de privilegiados se encuentra Amado Yáñez Osuna, un hombre joven, menor de cuarenta años, que ha sido tratado con singular favoritismo para que convierta su empresa en una de las más prósperas del sureste mexicano. La cercanía, aunque la niegue, con los hermanos Bribiesca Sahagún, le proporcionó, según documentos de análisis que obran en poder de este columnista, contratos por más de cuatro mil 600 millones de pesos con la paraestatal durante el sexenio pasado.

Si bien es cierto que resulta difícil dilucidar el monto de los beneficios obtenidos a través su “labor empresarial”, existen fundados elementos para que la Secretaría de Hacienda y Crédito público profundice las investigaciones que ha comenzado la Procuraduría General de la República, mediante una auditoría contable que permita no tan sólo coadyuvar a las investigaciones ministeriales, sino con las que realiza la Comisión que para el efecto se conformó en la Cámara de Diputados, cuyos integrantes como representantes del pueblo están obligados a velar por el interés público, que es el de todos los mexicanos.

Amado Yañez Osuna, insisto, es uno de los empresarios más favorecidos por los contratos que preferencialmente otorgaron los directivos de la paraestatal durante el sexenio pasado respondiendo a las “gestiones” que realizaron los hijos de la ex Primera Dama Martha Sahagún de Fox. El episodio aquel en que ella misma llamaba telefónicamente al ahora senador Juan Bueno Torio para decirle cuales contratos se tenían que otorgar a Oceanografía, y que si tenía alguna duda le preguntara al Presidente de la República, forma parte ya del anecdotario del sexenio el Mandatario más influenciable de cuantos hemos tenido. Por eso el ahora senador Torio ni siquiera osaba preguntar, porque ya sabía quien decidía las cosas.

Independientemente de los resultados que se han obtenido en las investigaciones que sobre el tráfico de influencias de los hermanos Bribiesca Sahagún, la misma Procuraduría General de la República tiene elementos suficientes como para “molestar con el pétalo de una orden de aprehensión” al empresario Amado Yañez Osuna. La Procuraduría Fiscal de la Federación envió una petición en ese sentido por una defraudación fiscal que supera los ocho millones de pesos, imputado a Yañez Osuna, y hasta ahora no ha habido resultados. Para mayores datos la averiguación previa es la número UEIDFF/FISMO6/237/2007.

Entiendo que el trato preferencial que ha recibido le alcance para que su negocio prospere al grado de que viviendo en Acapulco el señor pueda viajar todos los días en avión propio a Campeche, donde está la sede de Oceanografía, pero lo que no entiendo es que dicha permisibilidad también le alcance para evitar el pago de impuestos de lo que ha obtenido producto de la corrupción que existe en Pemex. Efectivamente, Lázaro Cárdenas del Río expropió el petróleo en beneficio de los mexicanos, pero al parecer dicho beneficio ha sido para unos cuantos. Solamente nos queda esperar si de verdad sale la orden de aprehensión contra Amado Yañez Osuna, uno de los detentadores de esos beneficios que son de todos nosotros. Al tiempo.