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sábado, 28 de julio de 2007

El transporte marítimo y la propuesta del PSOE

Fuente: El Faro de Ceuta

La Diana
El transporte marítimo y la propuesta del PSOE
Irene Flores


Nada se sabe ni de CpM ni de su recurso ante el Tribunal Constitucional contra las elecciones en Melilla. En su ausencia, el PSOE toma liderazgo en su papel de oposición. Quizás sea por eso que el secretario general de los socialistas locales, Dionisio Muñoz, hable de que los melillenses le han otorgado precisamente ese papel, el de “líderes de la oposición”.
Parece olvidar Muñoz que tiene mil votos menos que CpM. Pero esto no es nuevo, ya se puso de manifiesto cuando la propuesta de designación de la vicepresidencia segunda de la Asamblea. El PSOE, ni corto ni perezoso, se atribuyó el derecho a ser él quien tuviera el cargo y, al final, lo perdió, como lo perdió también CpM en beneficio del PP.

Curiosa manera de liderar la oposición. Tan curiosa como la de oponerse al traslado de la Feria a la nueva Explanada multifunción de San Lorenzo sin ofrecer a cambio alternativas. Escaso liderazgo se va a ejercer si la crítica no se acompaña de una propuesta.

Por ahora el PSOE anda inmerso en defender su moción para abaratar el transporte marítimo. En este asunto, no puedo estar más que con el portavoz del gobierno local, Daniel Conesa, que ha sabido dejar muy clara la situación. No se trata, como dice la socialista Mansilla de mezclar las churras con las merinas, se trata de demandar al Estado lo que nos corresponde: Unos transportes públicos baratos y de calidad, y como esto se supone que por ahora sólo lo tenemos garantizado oficialmente en el transporte marítimo, que goza de la consideración de servicio público mediante contrato con el Estado, debe ser el Estado y no la Ciudad Autónoma quien asegure la calidad de esos transportes, sus precios económicos y la calidad del servicio.

De los tres extremos, el Estado no ha logrado hasta ahora garantizar plenamente ninguno. Ni antes, con el contrato primero que se firmó con la antigua Trasmediterránea a instancias del PP, ni ahora, con el nuevo contrato firmado con la nueva Acciona-Trasmediterránea por parte del Gobierno Zapatero. Tenemos barcos algo más nuevos, muy nuevos en el caso único del Milenium III, pero el servicio deja mucho que desear.

No le falta razón al portavoz Conesa cuando dice que el PSOE parece jugar a desviar la atención de los melillenses mientras no acaban de resolverse los retrasos en los buques ni las penalidades del servicio a la hora de embarcar en el puerto malagueño.

El argumento de que la Ciudad Autónoma ya contribuye a unos mejores transportes aéreos no es de recibo para solicitarle otro desembolso económico, esta vez para mejorar el transporte marítimo.

El transporte aéreo con Melilla no está considerado servicio público. Sólo cuenta con la subvención al pasaje por parte del Estado, pero no con ayudas a la compañía como las que recibe Acciona para compensar posibles pérdidas en las líneas con Melilla.

Resulta muy fácil criticar el convenio de colaboración con Air Nostrum. Fácilmente se juega con la idea de que se está favoreciendo a una empresa privada sin asegurar la repercusión directa de los beneficios en los ciudadanos. Pero esto es absolutamente incierto. El amplio abanico de ofertas baratas unido a los nuevos destinos y aumento de frecuencias en las líneas más tradicionales, han puesto sobradamente de manifiesto como la apuesta por Air Nostrum es un éxito, después de que Melilla quedara al albur de la privatización de la compañía estatal que cubría nuestros enlaces por aire.

Sin ese convenio de publicidad con la transportista aérea, posiblemente ni tendríamos tantas frecuencias, ni tantos destinos ni tantas ofertas con tarifas rebajadas. Negar que esto no representa un beneficio con repercusión directa en los ciudadanos es como querer hacer lo blanco negro. Así de sencillo.

El transporte marítimo, más básico y socorrido para las economías que normalmente requieren desplazamientos junto con los vehículos familiares, mereció por dicha consideración la catalogación de servicio público. Así lo asumió el Estado y es al Estado al que compete asegurar que los precios sean económicos y asequibles para la mayoría de los melillenses. Endosar a la Ciudad Autónoma un nuevo gasto para un servicio que representa nuestras carreteras naturales y, con ello, las inversiones que correspondieran al Estado para la comunicación con Melilla, es un paso atrás en lo que esperábamos de ese servicio que tanto nos prometió mejorar el Partido Socialista y que, finalmente, ha hecho aguas nuevamente.

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