Fuente: Por Andrea Ornelas, swissinfo.ch
El 90% del comercio global de mercancías se realiza por vía marítima. Y Suiza -un país sin costa-, es la segunda potencia mundial de un sector -reacio a facilitar información-, gracias a Mediterranean Shipping Company (MSC), basada en Ginebra.
Silenciosa, casi de puntillas, Suiza se convirtió en el siglo XXI en
un centro neurálgico para el comercio internacional de materias primas.
La explicación lleva por nombre Ginebra, que “ha sido capaz de ofrecer una red que integra simultáneamente sociedades de trading, banca, seguros, shipping y de control de calidad”. Es lo que señala a swissinfo.ch Bernard Morard, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Ginebra (Unige).
Dentro de la red de servicios que describe Morard, el shipping tiene un papel fundamental, ya que el 90% del volumen del comercio mundial se desplaza por la vía marítima. Y la pequeña Suiza, situada en el corazón de Europa, es una de las principales potencias.
La explicación lleva por nombre Ginebra, que “ha sido capaz de ofrecer una red que integra simultáneamente sociedades de trading, banca, seguros, shipping y de control de calidad”. Es lo que señala a swissinfo.ch Bernard Morard, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Ginebra (Unige).
Dentro de la red de servicios que describe Morard, el shipping tiene un papel fundamental, ya que el 90% del volumen del comercio mundial se desplaza por la vía marítima. Y la pequeña Suiza, situada en el corazón de Europa, es una de las principales potencias.
Número dos
Dinamarca, Suiza y Francia son los tres países con mayor capacidad de
operación de buques portacontenedores en el mundo, según la edición 2011
de la Revista de Transporte Marítimo (RTM) que publica la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
“Una gran parte de la presencia suiza se debe a la compañía MSC, que tiene sede en Ginebra”, afirma Jan Hoffmann, jefe de la sección de Facilitación del Comercio de la UNCTAD.
En enero de 2011 –con una flotilla de 422 buques– MSC concentraba el 10,8% de la capacidad mundial de carga marítima vía portacontenedores (equivalente a 1,76 millones de teu -twenty-foot equivalent units-, referencia que mide la capacidad de carga de cada contenedor de 20 pies).
Un dato que solo supera la danesa Maersk Line (11,2% del mercado global) y seguido por la francesa CMA CGM Group (6,6%).
En su Revista 2011, la UNCTAD revela que el shipping es una actividad en la que solo 20 empresas concentran el 70% del mercado internacional.
“Una gran parte de la presencia suiza se debe a la compañía MSC, que tiene sede en Ginebra”, afirma Jan Hoffmann, jefe de la sección de Facilitación del Comercio de la UNCTAD.
En enero de 2011 –con una flotilla de 422 buques– MSC concentraba el 10,8% de la capacidad mundial de carga marítima vía portacontenedores (equivalente a 1,76 millones de teu -twenty-foot equivalent units-, referencia que mide la capacidad de carga de cada contenedor de 20 pies).
Un dato que solo supera la danesa Maersk Line (11,2% del mercado global) y seguido por la francesa CMA CGM Group (6,6%).
En su Revista 2011, la UNCTAD revela que el shipping es una actividad en la que solo 20 empresas concentran el 70% del mercado internacional.
El gigante MSC
MSC declinó conceder a swissinfo.ch una entrevista: “Como empresa privada (que somos), no revelamos resultados financieros”.
El Financial Times ha escrito que se trata de un grupo “que jamás ha publicado cifras financieras y cuyos ejecutivos rechazan rutinariamente las entrevistas”.
El diario ha destacado también que es una empresa que prefiere el crecimiento “orgánico”, esto es, la expansión alcanzada internamente, y no vía fusiones o adquisiciones. Una característica que la propia MSC reconoce en el escueto perfil empresarial que publica en su página web.
El fundador de MSC es el italiano Gianluigi Aponte, cuya fortuna estimada en 2.800 millones de dólares (2.747 millones de francos), figuraba en el puesto 412 de la lista de Forbes de 2008.
Sobre los primeros años de la empresa, un directivo helvético jubilado que dedicó al shipping los últimos 30 años de su vida productiva, acepta esbozar el perfil de la compañía, a cambio de que se preserve su anonimato.
“El eslogan del grupo en el año 2001 era: La tierra cubre un tercio de la Tierra… nosotros cubrimos el resto. Creo que esto dice mucho sobre la filosofía de MSC”, revela.
“Aponte fundó su empresa con un préstamo que le permitió comprar un buque alemán de segunda mano llamado Patricia. Un año después, adquirió otro barco llamado Rafaela, el nombre de su esposa. Y los primeros negocios importantes de MSC se desarrollaron entre el Mediterráneo y Somalia”, apunta.
El Financial Times ha escrito que se trata de un grupo “que jamás ha publicado cifras financieras y cuyos ejecutivos rechazan rutinariamente las entrevistas”.
El diario ha destacado también que es una empresa que prefiere el crecimiento “orgánico”, esto es, la expansión alcanzada internamente, y no vía fusiones o adquisiciones. Una característica que la propia MSC reconoce en el escueto perfil empresarial que publica en su página web.
El fundador de MSC es el italiano Gianluigi Aponte, cuya fortuna estimada en 2.800 millones de dólares (2.747 millones de francos), figuraba en el puesto 412 de la lista de Forbes de 2008.
Sobre los primeros años de la empresa, un directivo helvético jubilado que dedicó al shipping los últimos 30 años de su vida productiva, acepta esbozar el perfil de la compañía, a cambio de que se preserve su anonimato.
“El eslogan del grupo en el año 2001 era: La tierra cubre un tercio de la Tierra… nosotros cubrimos el resto. Creo que esto dice mucho sobre la filosofía de MSC”, revela.
“Aponte fundó su empresa con un préstamo que le permitió comprar un buque alemán de segunda mano llamado Patricia. Un año después, adquirió otro barco llamado Rafaela, el nombre de su esposa. Y los primeros negocios importantes de MSC se desarrollaron entre el Mediterráneo y Somalia”, apunta.
Un hermético clan
Emmanuel Fragnière, profesor del Departamento de Economía
Empresarial de la Escuela Superior de Gestión (HEC) de Ginebra,
considera que el comercio internacional ha sido importante para Suiza
desde hace muchos años (ver recuadro derecho).
Suiza entró de lleno en el negocio de las materias primas después de la Segunda Guerra Mundial con la negociación de granos en Ginebra. “Pero fue la caída del bloque soviético la que impulsó a Ginebra como hub comercial y es China la que ha provocado el actual boom con sus gigantescas importaciones”.
Pese a su importancia estratégica, la industria helvética del shipping marítimo lleva mal los reflectores. Swiss Marine, Riverlake y Shipping Assets Management (SAM), entre otros jugadores del mercado, también declinaron dar entrevistas a swissinfo.ch.
“Esto tiene que ver con la cultura del mercader, es decir, con la discreción; un mercader de antaño jamás debía dar información sobre precios si quería conservar su capacidad competitiva”, explica Fragnière.
Este hermetismo hace imposible saber incluso el número exacto de empresas que ejercen esta actividad en Ginebra, reconoce el profesor de la Universidad de Ginebra, ya que hay grupos que ofrecen múltiples servicios, entre ellos el del shipping.
“Tampoco existen estadísticas oficiales en Suiza sobre esta actividad, pese a la necesidad que hay de ellas. El HEC intenta conducir investigaciones para cerrar esta brecha”, refiere.
Suiza entró de lleno en el negocio de las materias primas después de la Segunda Guerra Mundial con la negociación de granos en Ginebra. “Pero fue la caída del bloque soviético la que impulsó a Ginebra como hub comercial y es China la que ha provocado el actual boom con sus gigantescas importaciones”.
Pese a su importancia estratégica, la industria helvética del shipping marítimo lleva mal los reflectores. Swiss Marine, Riverlake y Shipping Assets Management (SAM), entre otros jugadores del mercado, también declinaron dar entrevistas a swissinfo.ch.
“Esto tiene que ver con la cultura del mercader, es decir, con la discreción; un mercader de antaño jamás debía dar información sobre precios si quería conservar su capacidad competitiva”, explica Fragnière.
Este hermetismo hace imposible saber incluso el número exacto de empresas que ejercen esta actividad en Ginebra, reconoce el profesor de la Universidad de Ginebra, ya que hay grupos que ofrecen múltiples servicios, entre ellos el del shipping.
“Tampoco existen estadísticas oficiales en Suiza sobre esta actividad, pese a la necesidad que hay de ellas. El HEC intenta conducir investigaciones para cerrar esta brecha”, refiere.
Tiempos de cambio
A escala mundial, las cifras disponibles confirman la bonanza del
sector hasta el estallido de la crisis. El comercio marítimo mundial en
contenedores pasó de 2 a 4 billones de dólares entre 2001 y 2008, según
la UNCTAD.
El negocio retrocedió un 4% en 2009, y a partir de ahí inició un periodo de ajuste que aún está vigente.
Bernard Morard afirma que el comercio mundial, en general, registra una menor actividad y mayores problemas de financiación. Por otra parte, la geografía de los negocios se transforma.
En mayo pasado, el gigante de las materias primas Trafigura anunció que desplazará a Singapur parte de sus operaciones ginebrinas.
Victoria Dix, portavoz del grupo, confirmó a swissinfo.ch la noticia y explicó que la empresa ha estado muy centralizada en Europa, y como el centro del consumo se desplaza a Asia, Trafigura busca una mayor cercanía con sus clientes.
Una decisión estratégica que podría ser replicada por otros grupos. Los tiempos por venir serán pues menos generosos.
“Si se confirma una temida recesión del hemisferio norte con efectos sobre los próximos 20 años, el shipping podría verse afectado”, precisa a swissinfo.ch Jan Hoffmann.
Pero el experto de la UNCTAD destaca también que el cambio climático podría ser un aliado de este sector, ya que el “shipping marítimo es un medio de transporte menos contaminante que el terrestre o el aéreo”.
El negocio retrocedió un 4% en 2009, y a partir de ahí inició un periodo de ajuste que aún está vigente.
Bernard Morard afirma que el comercio mundial, en general, registra una menor actividad y mayores problemas de financiación. Por otra parte, la geografía de los negocios se transforma.
En mayo pasado, el gigante de las materias primas Trafigura anunció que desplazará a Singapur parte de sus operaciones ginebrinas.
Victoria Dix, portavoz del grupo, confirmó a swissinfo.ch la noticia y explicó que la empresa ha estado muy centralizada en Europa, y como el centro del consumo se desplaza a Asia, Trafigura busca una mayor cercanía con sus clientes.
Una decisión estratégica que podría ser replicada por otros grupos. Los tiempos por venir serán pues menos generosos.
“Si se confirma una temida recesión del hemisferio norte con efectos sobre los próximos 20 años, el shipping podría verse afectado”, precisa a swissinfo.ch Jan Hoffmann.
Pero el experto de la UNCTAD destaca también que el cambio climático podría ser un aliado de este sector, ya que el “shipping marítimo es un medio de transporte menos contaminante que el terrestre o el aéreo”.
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