Fuente: La Opinión Coruña
MARÍA PARDO. A CORUÑA. La Fiscalía mantuvo la petición de tres años de cárcel para las cuatro personas imputadas por el doble accidente mortal en el puerto exterior ocurrido en febrero de 2006, cuando una ola arrastró al mar a dos trabajadores que perdieron la vida. La representante del Ministerio público basó su acusación en lo declarado por los inspectores de Trabajo que acudieron a punta Langosteira tras el accidente. En la primera sesión del juicio, los inspectores criticaron la ausencia de un sistema acústico que alertase a los trabajadores de la existencia de un peligro inminente, lo que, según estos peritos, hubiese podido evitar el fallecimiento de los operarios.
Al ver que la situación del mar estaba empeorando antes de lo previsto, uno de los técnicos de seguridad pidió al encargado de la obra que se desplazase hasta el dique auxiliar para avisar a los obreros de que se retirasen, pero no llegó a tiempo, ya que él mismo llegó a ser arrastrado por el oleaje. Fue capaz de avisar a un grupo de trabajadores, que se pusieron a salvo, pero no a los dos que fallecieron.
Para estos técnicos, lo más apropiado hubiese sido dividir la zona de trabajo en áreas según su peligrosidad, para hacer una previsión lo más ajustada posible de los riesgos de cada puesto. La fiscal también ha tenido en cuenta las declaraciones de algunos testigos, que sostuvieron que cerca de una hora antes de que se produjese el accidente, las condiciones del mar ya no eran apropiadas para trabajar.
La Fiscalía acusa de dos delitos de homicidio por imprudencia y otro contra los derechos de los trabajadores al jefe de la obra, al encargado de la misma, al coordinador en materia de seguridad y salud y al jefe de seguridad. A ninguno de ellos les pide que indemnicen a las familias de las víctimas, pues ya fueron resarcidas económicamente por la pérdida por las compañías de seguros de la empresa constructora (UTE Langosteira) y de los procesados.
Los letrados de los acusados pidieron su libre absolución basándose en las declaraciones de los peritos que fueron propuestos por esta parte. Un doctor en Náutica y capitán de la Marina Mercante que declaró el miércoles afirmó que la ola que arrastró a los operarios era impredecible, pues fue mucho más alta de lo pronosticado por el Instituto Gallego de Meteorología y el organismo americano del que obtenían los partes en la obra. Además, según el perito, el oleaje que precedió y siguió al tren de olas que barrió el dique auxiliar fue normal.
Para el testigo propuesto por la defensa, la decisión de retomar los trabajos, que habían estado parados días antes por la condiciones meteorológicas, fue "prudente", pues, en su opinión, nada hacía prever que las condiciones del mar empeorasen antes del final del día. La vista se celebró en el Juzgado de lo Penal número 5.
Al ver que la situación del mar estaba empeorando antes de lo previsto, uno de los técnicos de seguridad pidió al encargado de la obra que se desplazase hasta el dique auxiliar para avisar a los obreros de que se retirasen, pero no llegó a tiempo, ya que él mismo llegó a ser arrastrado por el oleaje. Fue capaz de avisar a un grupo de trabajadores, que se pusieron a salvo, pero no a los dos que fallecieron.
Para estos técnicos, lo más apropiado hubiese sido dividir la zona de trabajo en áreas según su peligrosidad, para hacer una previsión lo más ajustada posible de los riesgos de cada puesto. La fiscal también ha tenido en cuenta las declaraciones de algunos testigos, que sostuvieron que cerca de una hora antes de que se produjese el accidente, las condiciones del mar ya no eran apropiadas para trabajar.
La Fiscalía acusa de dos delitos de homicidio por imprudencia y otro contra los derechos de los trabajadores al jefe de la obra, al encargado de la misma, al coordinador en materia de seguridad y salud y al jefe de seguridad. A ninguno de ellos les pide que indemnicen a las familias de las víctimas, pues ya fueron resarcidas económicamente por la pérdida por las compañías de seguros de la empresa constructora (UTE Langosteira) y de los procesados.
Los letrados de los acusados pidieron su libre absolución basándose en las declaraciones de los peritos que fueron propuestos por esta parte. Un doctor en Náutica y capitán de la Marina Mercante que declaró el miércoles afirmó que la ola que arrastró a los operarios era impredecible, pues fue mucho más alta de lo pronosticado por el Instituto Gallego de Meteorología y el organismo americano del que obtenían los partes en la obra. Además, según el perito, el oleaje que precedió y siguió al tren de olas que barrió el dique auxiliar fue normal.
Para el testigo propuesto por la defensa, la decisión de retomar los trabajos, que habían estado parados días antes por la condiciones meteorológicas, fue "prudente", pues, en su opinión, nada hacía prever que las condiciones del mar empeorasen antes del final del día. La vista se celebró en el Juzgado de lo Penal número 5.
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