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lunes, 31 de marzo de 2008

Contrabando, droga, dinero…, todo pasa por el puerto de Manzanillo

Fuente: Proceso
Pedro Zamora Briseño

Manzanillo, Col., 31 de marzo (apro).- El puerto de Manzanillo no sólo es una de las puertas de entrada más importantes del país de mercancías provenientes de Asia y Sudamérica, con destino a Estados Unidos: también es un punto estratégico en la ruta del tráfico de drogas y dinero.

De acuerdo con investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), en la última década el puerto de Manzanillo ha sido utilizado por al menos cuatro grupos dedicados al trasiego de sustancias ilícitas, especialmente cocaína y materia prima para la fabricación de drogas sintéticas.

Entre ellos, se encuentran los cárteles de los hermanos Amezcua Contreras y Arellano Félix; el de Sinaloa, que encabeza Joaquín El Chapo Guzmán, y la organización del ciudadano chino naturalizado mexicano Zhenli Ye Gon, actualmente preso en Estados Unidos.

El diputado local perredista Adolfo Núñez González comenta que así como empresarios nacionales y extranjeros han valorado la posición geográfica del puerto de Manzanillo como enlace para hacer llegar sus productos a Estados Unidos, “no debe extrañarnos que también tengan esa visión los miembros de la delincuencia organizada”.

Detalla: “No me queda ninguna duda de que los narcotraficantes van a la par de los empresarios o hasta incluso más adelantados. Ellos ven también el puerto de Manzanillo, como trampolín para enviar sus cargamentos al mercado norteamericano, aunque no podemos cerrar los ojos y decir que a México no… porque nuestro país también se ha convertido en un mercado interesante para los narcos”.

Los datos son inequívocos: De 1994 a 2007, el puerto colimense registró un crecimiento espectacular al multiplicar más de veinte veces sus cifras de contenedores movilizados. En esos 13 años, pasó de 63 mil 807 a 1 millón 409 mil 614 unidades anuales.

Esta tendencia a la alza colocó a Manzanillo desde 2002 en el primer lugar nacional en número de contenedores manejados, mientras que, de acuerdo con la clasificación de Latin Business Chronicle, en 2006 este puerto fue el cuarto lugar de América Latina en esta materia, sólo después de los puertos de Santos, Brasil (2.9 millones); Colón, Panamá (1.9 millones) y Buenos Aires, Argentina (1.6 millones).

Pero eso no es todo. Según el World Top Container Port en ese mismo año Manzanillo se convirtió en el tercer puerto con mayor crecimiento a escala mundial. En 2005, movilizó 872 mil 569 contenedores y, un año después, la cifra creció se elevó a 1 millón 252 mil 215 contenedores, es decir, 43.2% más en sólo 12 meses. El primer sitio en este rubro correspondió al Port Said, de Egipto, con 101% de crecimiento y, el segundo lugar, fue para el puerto de Yantai, China.

Sin embargo, el alto movimiento de mercancías en el puerto de Manzanillo ha ido a la par del trasiego de drogas.

De acuerdo con el más reciente Estudio Hemisférico del Narcotráfico Marítimo, presentado ante la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), los puertos que manejan volúmenes significativos de cargamento marítimo, incluido el comercio de trasbordo, “corren el riesgo de ser explotados y están siendo utilizados por las organizaciones de contrabando de drogas”.

Advierte: “Estos puertos pueden servir de punto de entrada o salida de un país para el contrabando de drogas y requieren especial atención por parte de las autoridades del orden público”.

Ruta obligada del tráfico de drogas

Y precisamente a través de un mapa sobre las rutas de la droga proveniente de Sudamérica, la CICAD ubica a Manzanillo como uno de los principales puntos de paso o entrada de cargamentos de cocaína en el Océano Pacífico provenientes de Colombia y Perú.

Según el documento del organismo dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), 90% de la cocaína producida en Sudamérica es transportada a América del Norte y Europa por la vía marítima.

Los traficantes de drogas, dice el estudio, están utilizando buques de contenedores comerciales y de carga y transporte marítimo no comercial, entre ellos barcos de pesca, embarcaciones de recreo y las llamadas “lanchas rápidas”.

De acuerdo con los últimos aseguramientos, los narcotraficantes esconden la droga en contenedores, en tanques de combustible o en compartimentos ocultos. En el caso particular de la cocaína, la empaquetan en bloques de kilogramo en forma de tabique, pegados con cinta canela. La droga es camuflada con la mercancía, como hornos de estufas, rollos de lona, ventiladores o sacos de fertilizante.

En octubre de 2007, las autoridades federales aseguraron en Manzanillo un cargamento de más de 23.5 toneladas de cocaína, el mayor decomiso en la historia mundial. La droga llegó a bordo de buque Esmeralda, procedente del puerto de Buenaventura, Colombia. Venía oculta entre lámina plastificada para recubrimiento de pisos y pertenecía al Cártel del Pacífico, formado por la coalición de los cárteles de Sinaloa, del Chapo Guzmán; y de Juárez, de Ismael El Mayo Zambada, según difundió días después el titular de la PGR, Eduardo Medina Mora.

El funcionario reveló que la droga venía disfrazada de jabones y suelos plastificados. Medina Mora comentó dos hechos llamaron la atención del personal de la PGR: que ambos productos no se comercian frecuentemente a nivel internacional y que en los documentos aparecía el nombre de la misma empresa como exportadora e importadora.

Otro caso: a finales de 2001, a sólo 20 millas náuticas del puerto de Manzanillo fue asegurado el buque atunero Macel con un cargamento de 9.5 toneladas de cocaína, cuyo embarque habría sido operado por la Reina del Pacífico, Sandra Ávila Beltrán, y su pareja, el colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez, El Tigre. Ambos personajes fungían como enlace de los cárteles de Juárez y de Sinaloa con el cártel del Valle del Norte.

Ávila Beltrán y Espinosa Ramírez fueron detenidos en septiembre de 2007 en la ciudad de México.

También en 2001 fue incautado frente a las costas de Manzanillo el buque pesquero Tolteca I, con 3 mil 300 paquetes de cocaína ocultos en 165 costales de plástico, que pesaron poco más cuatro toneladas.

De acuerdo con las investigaciones de la PGR, la propiedad de esa embarcación fue atribuida a Ismael Higuera Guerrero, considerado lugarteniente del cártel de los hermanos Arellano Félix. El Mabel, quien el 6 de mayo de 2007 fue sentenciado a 18 años de prisión al comprobarse plena responsabilidad en la comisión del delito contra la salud en la modalidad de tráfico de narcóticos.

Antes de ser detenidos, los hermanos Amezcua Contreras —dos de ellos presos actualmente en el penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco— utilizaron también el puerto de Manzanillo, para introducir a México y Estados Unidos efedrina adquirida en Europa, India y Pakistán.

Según la PGR, la sustancia llegaba vía marítima a los puertos de Veracruz y Manzanillo, de donde era llevada a laboratorios de Colima y Jalisco. Una vez procesada, se trasladaba a Tijuana, Baja California, para ser introducida ilegalmente a Estados Unidos para su venta y distribución.

El chino naturalizado mexicano, Zhenli Ye Gon, también utilizó el puerto de Manzanillo para introducir el precursor químico para la elaboración de metanfetaminas. Según la PGR, Ye Gon, quien fue detenido el 23 de julio de 2007 en estados Unidos, logró pasar 50 toneladas de seudoefedrina y otros químicos que adquirió en Hong Kong y Shangai.

A mediados de octubre de 2007, ya detenido, la PGR aseguró, en la aduana de Manzanillo, cerca de dos toneladas de seudoefedrina, que fueron descubiertas en el contenedor KRXU3133556, embarcado en los Emiratos Árabes Unidos.

La documentación de la carga amparaba carbonato de calcio en 514 costales de 30 kilos cada uno. UN monitoreod e la mercancía permitió a las autoridades descubrir que una parte de los bultos en realidad contenía seudoefedrina.

Una investigación publicada en marzo de 2007 por el diario peruano El Comercio reveló que el Cártel de Sinaloa, liderado por El Chapo Guzmán, se apoderó de las rutas de la cocaína peruana hacia Estados Unidos, de las que habría desplazado al grupo de los Arellano Félix desde varios años atrás.

De acuerdo con el rotativo, la ruta se inicia en las cuencas cocaleras del Alto Huallaga y el valle de los ríos Apurímac y Ene, prosigue por el océano Pacífico, hace escala en las costas de Guatemala o llega a los puertos mexicanos de Manzanillo, Lázaro Cárdenas o Mazatlán.

Tráfico de dinero

Además de mercancía ilegal y droga, el puerto de Manzanillo es utilizado también como plataforma para pasar dinero.

El pasado 6 de marzo, la PGR decomisó de cerca de 12 millones de dólares. La detección de cargamento de billetes, que provenía de la ciudad de Toluca y tenía como destino Panamá, se produjo durante la inspección al contenedor con matrícula ECMU432299-6, donde se descubrió que su manifiesto de carga no coincidía, pues tenía registrado un contenido de 460 cajas, pero en realidad traía 473.

El gobernador Silverio Cavazos Ceballos no descartó que ese dinero perteneciera al cártel de Sinaloa.

Sin embargo, el diputado Adolfo Núñez advierte que el decomiso no es motivo para congratularse. Dijo que las autoridades deberían estar “preocupadas” porque las organizaciones criminales han encontrado en el puerto de Manzanillo un sitio ideal para hacer negocios ilícitos.

En su opinión, los decomisos de droga y dinero han sido golpes de suerte de las autoridades, no producto de investigaciones propias. En el caso de los dólares, dijo, las autoridades tuvieron la buena suerte de que advirtieron una irregularidad en los papeles: no les cuadraron los números de los paquetes y eso hizo que se verificara el contenido del contenedor.

A su vez, el diputado priísta, Roberto Chapula de la Mora, dice que los constantes aseguramientos de cargamentos ilícitos en el puerto “demuestran que las autoridades están trabajando fuertemente… yo no digo que los delincuentes no metan algún gol, dos o tres, son millones de contenedores los que se mueven, sin embargo la autoridad está trabajando con las facultades legales, respetando el orden constitucional y dando respuesta al pueblo de Colima”.

--¿Debe invertirse en mejor tecnología para la revisión de los contenedores?, se le pregunta.

El legislador responde: “Pudiera ser mucho mejor. Tenemos que luchar día a día, pero el crimen organizado busca la forma de eludir la responsabilidad para no ser detectado por la autoridad a la hora de investigar las conductas delictivas”.

Redondea su idea: “Falta reforzar todavía más la seguridad, pero también debemos ser realistas, una sociedad en desarrollo genera conductas antisociales, y este campo, el puerto es el de mayor importancia del Pacífico Mexicano, y siempre ha trabajado para incrementar las cargas de mercancías lícitas, pero el hecho de que se encuentren contenedores con droga o dinero no significa que a eso se dedique el puerto”.

Adolfo Núñez subraya, en cambio, que la Administración Portuaria Integral debe invertir en un sistema sofisticado con tecnología de punta para revisar automáticamente la mercancía de todos los contenedores.

Revela que actualmente las revisiones se hacen por medio de un sorteo. “Sólo se revisa uno de cada determinado número de contenedores, y a veces la pegan, pero yo me preguntaría: ¿por cada uno de los cargamentos que se detectan de drogas o dinero, cuántos pasaron?”

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