El proyecto de la regasificadora es depredador: Sotelo

Fuente: Ecos de la Costa

Al sopesar los beneficios y los perjuicios que acarreará a mediano y largo plazo el proyecto de la instalación de la regasificadora y la apertura del segundo vaso de la laguna de Cuyutlán para ampliar la infraestructura portuaria en Manzanillo, el senador perredista Carlos Sotelo García afirmó que la apuesta de la administración estatal es negativa, depredadora del entorno y la vocación ecológica y turística de la entidad.

Mencionó que un proyecto que pretende impulsarse con toda la fuerza de las instituciones del Estado por decisión unipersonal del mandatario debería analizarse y abrirse al consenso de la sociedad, para tomarse la mejor decisión a futuro.
Indicó que el primer paso del proyecto para dragar el segundo vaso de la laguna de Cuyutlán se dio con la modificación por decreto del Plan Ambiental Estatal, publicado en el Diario Oficial del Estado el pasado 3 de mayo, cuya reforma considera susceptible de afectación esta zona.

El legislador precisó que además del dragado que se necesita para facilitar la entrada de barcos de gran calado hacia el puerto interior de la laguna, se afectarían miles de hectáreas de mangle, cuya protección se garantiza en la reciente Ley de Vida Silvestre que publicó el gobierno federal.

En este punto, estableció que contrario a lo que ocurre en el mundo donde la preocupación generalizada es proteger el entorno natural y acrecentar la riqueza que representa el mangle que es un cerco contra inundaciones y ciclones, en Colima por el contrario, se ha convertido en un obstáculo para el “desarrollo”.

Refirió que las obras de dragado impactarían también en el entorno ambiental y la protección de las especies protegidas como las tortugas marinas, pues el dragado incluiría la ampliación de las bocas del canal de Tepalcates donde anualmente desovan miles de estos animales.

“Yo opino que el gobierno debería parar este proyecto y cancelarlo, porque la vocación de Colima es de otro tipo. Me parece que un gobierno responsable debería plantearse una entidad verde con un conjunto de políticas que refuercen la protección ambiental que implicaría reforzar el carácter turístico de Colima que es una industria que no genera conglomerados humanos inmanejables y que generan empleos bien pagados para la fuerza laboral local”, subrayó.

El senador aconsejó que en vez de que el gobierno le apueste a un proyecto industrializador que carece de fortaleza, debería invertir en la recuperación del entorno natural, la forestación y la protección de la flora y fauna y desarrollar cuando menos diez proyectos estratégicos ecoturísticos y de turismo alternativo, que incluyan en su aplicación a las comunidades rurales como Campo Cuatro, Lagunitas, las faldas del volcán de Colima y la franja costera que se pueden convertir en destino de inversiones para el desarrollo turístico.

En este sentido, destacó que ha entrado en contacto con los inversionistas de la empresa Camino Real y Grupo Mayan, que están interesados en considerar a la entidad como el destino de importantes flujos de capital productivo que podrían generar un desarrollo económico acorde totalmente con la vocación natural del Estado.

POCOS EMPLEOS

Carlos Sotelo reseñó que aunque la construcción de la regasificadora creará una serie de empleos directos, una vez concluida, requerirá un máximo de 50 técnicos especializados y aunque alimentaría a la termoeléctrica para que dejara de utilizar combustóleo que es altamente contaminante; el gasoducto y el corredor industrial que complementaría esta infraestructura carece de un proyecto preciso, inversionistas y no toma en cuenta la vocación económica de la entidad.

Añadió que aunque se instalaran maquiladoras en las cabeceras de los municipios de Colima, Tecomán y Manzanillo, esto derivaría en más perjuicios que beneficios, porque históricamente se ha demostrado que los empleos que ofrecen son de bajo perfil y mal pagados, y quienes los ocupen tendrían necesidad de establecerse en los centros urbanos lo que derivaría en nuevos círculos de pobreza e incrementarían la demanda de servicios públicos.

Mencionó que además de estas consecuencias, también se alteraría el entorno social de los colimenses que aunque con sus pequeños problemas, todavía ofrece muchos satisfactores a los habitantes y esas son consecuencias que no se han tomado en consideración.