Fuente: Cinco Días
B. M. / BRUSELAS
El comisario europeo de Industria, el alemán Günter Verheugen, calificó ayer de 'estúpido' el sistema de navegación por satélite Galileo. La declaración arroja una nueva sombra de duda sobre un proyecto abandonado por la iniciativa privada y que necesita más de 3.000 millones de euros en fondos públicos.
'Galileo es, en cierto modo, un sistema estúpido porque sólo puede hacer una cosa: ayudarte a navegar, nada más', señaló el comisario tras una rueda de prensa posterior al consejo de Ministros de la UE que aprobó una nueva política espacial comunitaria.
Verheugen intentó precisar que su descalificación sólo se refería a la supuesta simpleza técnica de la apuesta europea para acabar en 2012 con el monopolio del GPS estadounidense en los servicios de navegación por satélite.
Pero su comentario socava, de manera intencionada o no, la propuesta de su colega, el comisario de Transportes, Jacques Barrot, para financiar con fondos públicos la construcción y lanzamiento de los 30 satélites necesarios. El portavoz del comisario francés, de hecho, se negó ayer a comentar las declaraciones del alemán.
Barrot intentará conseguir el próximo mes de junio el respaldo de los Estados miembros a su iniciativa. A la previsible resistencia de países como Reino Unido y Holanda puede sumarse, a juzgar por el comentario de Verheugen, la objeción de Alemania, el principal contribuyente del presupuesto comunitario.
Sin apoyo público, el sistema tiene pocos visos de despegar. La semana pasada, las ocho empresas adjudicatarias (entre ellas, las españolas AENA e Hispasat) dejaron expirar el ultimátum de la Comisión Europea para poner en marcha el proyecto. Motivo: no lo consideran rentable.
La propia Comisión reconoce, en un documento aprobado a raíz del abandono industrial, que 'aunque el mercado de servicios ligados a la navegación por satélite es muy prometedor (unos 450.000 millones de euros en 2025), el mercado para los concesionarios parece incierto'. Bruselas reconoce que 'el plan original subestimó claramente este riesgo comercial'.
La bestia negra de EE UU no despega
El lanzamiento de Galileo se topó desde el principio con una enorme oposición dentro y fuera de la UE. EE UU intentó abortar el proyecto aduciendo los riesgos que podía plantear desde el punto de vista de la seguridad internacional. En el seno de la Unión, el Reino Unido encabezó el rechazo invocando el previsible coste que supondría para las arcas públicas.
Aún así, Bruselas y el eje franco-alemán apostaron por una iniciativa que permitiría a Europa competir con EE UU en un sector con tantas implicaciones industriales como militares. Falta por ver si los nuevos líderes de Berlín y París, mucho más atlantistas que los anteriores, quieren seguir adelante con el desafío a Washington.
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miércoles, 23 de mayo de 2007
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