PRIMERO DE JUNIO
2008
2008
La Marina Mercante Mexicana ha sido al través de la historia, fiel reflejo de la autentica actividad marítima en nuestro país. Estando como está nuestro país en gran estratégica posición de ser cobijado por dos océanos que lo conforman, somos una nación con buenas leyes, pero, sin el poder económico que proporciona disponer de una gran Marina Mercante.
México, país con cerca de 11,000 kilómetros de litorales y con un gran potencial en su aspecto marítimo, no le está dando la importancia debida a este marco socio-económico, ya que desde su independencia el sistema Marítimo y Portuario, ha sido concentrado en su gran mayoría de los casos por la Administración Pública desde centro, sin que en lo general ni mucho menos en lo regional los marinos mercantes nos podamos ver beneficiados.
Una de las grandes razones que tenemos para instrumentar el Sistema Marítimo y Portuario actual, no los da nuestra Constitución Política en sus artículos 27 y 28 en donde se da una clara explicación de cual es y debe de ser la función de domino de la Nación y en donde se estipula que es facultad de esta, la del tener el dominio sobre todo el territorio nacional, incluyendo las Vías Navegables de Comunicación y en donde estas y sus zonas adyacentes, son bienes del dominio público.
Pero no obstante lo anterior, podemos considerar que para ir acordes a los tiempos modernos, a la tan llamada era de la globalización, el Sistema Marítimo y Portuario Nacional, debe de ser solamente un órgano normativo del Estado y no como se estila hoy en día que es este el que administra y maneja sobre todo lo relativo a los puertos, terminales e instalaciones. Por lo tanto se propone que estos sean manejados de una manera autónoma e independiente y que quienes lleven a cabo la verdadera operación portuaria, sean los marinos mercantes, quienes den pleno cumplimiento a lo dispuesto en la ley; ya que solo quienes conocen del medio, podrán ver en este rublo un desarrollo, como lo es el portuario y solamente ellos pueden tener un amplio conocimiento de las necesidades, así como de las expectativas del impacto económico a desarrollar en la región en donde exista cada puerto, a través de su organización. Hoy en México el sistema portuario está casi en manos de empresas extranjeras, eso es lo que nos ha resultado producto de la globalización.
La actividad marítima portuaria constituye en la actualidad una gran fuente de ingresos, por lo que debemos destacar que el transporte marítimo de cabotaje y altura en el país esta secuestrado y acaparado por varias empresas transnacionales, lo que podría orillar a los propietarios de buques mexicanos matricularlos o abanderarlos con pabellones de conveniencia, debido en parte a la leyes que apoyan a las transnacionales y a las altos cargos tributarios que se cobran a las compañías mexicanas, dejando a México sin un solo barco mercante.
Hoy el México marítimo-portuario esta en manos de extranjeros; la Maerks Sealand y la Huchinton Ports Corp. son las dos transnacionales con mayor participación en los puertos nacionales que operan el sistema de carga containerizada; en los puertos turísticos las grandes corporaciones navieras como la Royal Caribean, Princess Cruises, Cunard, P & O Cruises, imponen sus condiciones para operar sus barcos de pasaje en Mexico; y porque no el los puertos petroleros, en donde los grandes consorcios extranjeros ponen las condiciones para comprar nuestro petróleo, como la mas venal condición de que este debe de ser F.O.B. (Libre abordo) porque así ellos lo compran y lo transportan, quedándose con ambos productos, el de la carga y del flete.
Como dijimos anteriormente, que pese a que México cuenta con 11 mil kilómetros de litorales, con un comercio portuario de millones de toneladas anuales se continua pagando a las transnacionales mas de 24 mil millones de dólares en concepto de fletes y comercio portuario por lo que destacamos que el transporte marítimo y las comunicaciones son cruciales para un desarrollo sostenible en un medio globalizado, para que las ventajas resultantes de la globalización lleguen a todos los países en desarrollo, por lo que es de vital importancia cambiar y reformar las leyes de comercialización y del trabajo, apoyando a armadores, propietarios de buques nacionales, bajando las cargas hacendarías, subsidiando como hacen otros países desarrollados con sus marinas, pero sobre todo manteniendo al frente de la autoridades marítimas a verdaderos marinos nacionalistas que den a la administración de la marina mercante nacional una verdadera defensa de los intereses de la nación sin subordinarse a otros.
Por ello la Marina Mercante, debe de ser fuente de crecimiento y desarrollo de todo país marítimo, por eso pugnamos porque en México se le de la atención debida, como es la de darle un verdadero marco de certidumbre y credibilidad que la ponga en igualdad de condiciones que las demás marinas internacionales, sobre todo aquellas de las llamadas de “conveniencia” que son quienes principalmente al trabajar al margen de toda legislación fundamentada en el derecho y justicia social, ya que trabajan amparadas por banderas de países que las alquila y que sin escrúpulos, solo de dedican a lucrar con el comercio y lo que es peor, con la fuerza laboral de quienes por razones de trabajo tienen que prestar sus servicios en esos buques. Aunque, aquí en México y en este 2008, nos encontramos que hay empresas que se dicen navieras y con la venia y la complacencia de nuestras autoridades, como algunas de las que laboran en la Sonda de Campeche, en donde se tiene trabajando al personal con escasa protección y al margen laboral de ley, cumpliendo escasamente con las normas de seguridad social.
En otro aspecto, no estamos de acuerdo en que se entregue la marina de PEMEX y la mayor parte de la actividad marítima nacional a los extranjeros, consumando la antipatriótica acción vía una privatización que es solo una engañifa o artificio financiero para vendernos aun mas, pero también tenemos que arriesgarnos e implementar medidas pragmáticas en lo operativo financiero e idealistas en lo democrático nacionalista, esa aparente contradicción que nos puede sacar de la calma socio económico en que nos encontramos en la actualidad y sobre todo en el ámbito legislativo que amenaza con paralizarnos o llevarnos a una confrontación ideológica partidista como la que hemos vivido actualmente, pero que en la realidad a los marinos mercantes en nada nos beneficia.
Porque, si tenemos todos la misma visión, encontraremos que el negocio de la Marina Mercante en su acepción transporte marítimo de carga, es una actividad que para que el éxito esté asegurado, se debe partir de una premisa axiomática, “disponer de fletes seguros a largo plazo”. México maneja anualmente por sus puertos mas de 275 millones de toneladas de carga, y menos del 2% de ese tonelaje se realiza en barcos mexicanos.
Quien conoce del negocio marítimo, está enterado que un contrato de fletamento es un documento bursátil de tanta liquidez como el papel moneda, solo como una primera referencia de esta corta presentación, PEMEX exporta anualmente poco mas de 100 millones de toneladas de petróleo crudo desde los embarcaderos de la Sonda de Campeche, un 90% de ese volumen va a los puntos de descarga en el Sur de los EU, los barcos se cargan en monoboyas en altamar, y entran a los puertos reamente, hacen el trayecto del viaje en 40 horas; es una operación naviera relativamente fácil y que representa para quien tiene el contrato de fletamento un ingreso anual del orden de mas de 1500 millones de dólares. Asombrémonos e indignémonos, ese atractivo negocio está entregado a empresarios extranjeros, porque ni un solo barril de ese petróleo crudo es transportado en barcos mexicanos y nuestra hacienda pierde ese apetitoso ingreso solo porque México está proyectado por el enemigo, la tenemos fácil y la despreciamos, pero sobre todo por falta de un gran interés nacionalista.
En el evento que se diera la decisión política de tomar el poder económico a favor de los mexicanos, solo hace falta que PEMEX decida otorgar contratos de fletamento a verdaderos navieros o armadores mexicanos y porque no decirlo, a los mismos marinos mexicanos, quienes somos a fin de cuentas quienes hacemos producir a la marina y con este contrato, que sirve de garantía para que cualquier astillero o naviero en el mundo entregue los barcos, en los términos que proponga el naviero dueño del contrato de fletamento, ni hablar o soñar en hacer los barcos en astilleros nacionales, como los que tenemos en diferentes puertos, incluyendo los de este puerto, ese seria el mas grave pecado cometido en contra de quienes apuestan por nuestra derrota económica. Tenemos todo para armar nuestra flota construir y operar barcos que usufructúen los apetecibles fletes que por causa de nuestros políticos y legisladores centralistas, han perdido la brújula que nos marca el rumbo económico que siguen todas las naciones exitosas.
Otro ejemplo que podemos mostrar es el que PEMEX arrenda buques para el transporte de su mismo petróleo para que esta sea comercializado en coordinación con la transnacional Shell en su refinería de Deer Park en el Canal de Houston, contrato que lleva cerca de 15 años, a una entrega de aproximadamente 550,000 barriles por semana, si, cerca de los 40 millones de barriles al año y sin que hasta la fecha un solo barril de este petróleo sea transportado en buques ni mexicanos ni mucho menos tripulados por mexicanos. Y si nos ponemos a considerar en que hay ocasiones en que PEMEX comercializa su petróleo para ser refinado en la refinería de Shell en Aruba para que en ambos casos este nos sea regresado en productos derivados, sin que este sea transportado ni de ida ni de regreso, en buques mexicanos o tripulados por nacionales. Lo anterior no es nuevo, ya que como dijimos tiene tiempo suficiente, solo se requiere que se las autoridades marítimas, los legisladores del medio marítimo y nuestros organismos sindicales, le exijan a Petróleos Mexicanos Internacional (PMI órgano comercializador de PEMEX creado desde el inicio del gobierno de Carlos Salinas) que deje ya de operar a espaldas del pueblo con un bien que es del pueblo mismo.
La reciente promulgación de la Ley para el Fomento y Desarrollo de la Marina Mercante, es una esperanza a mediano y largo plazo y esperamos que realmente nos ayude a consolidar un verdadero desarrollo y que los armadores mexicanos puedan con ello tener la oportunidad de poder ejercer el desarrollo de una Marina Mercante que cubra en parte las expectativas de todos los que tenemos la esperanza puesta en ello, porque si bien es cierto que ellos serán beneficiados, esperamos muy sinceramente que este beneficio también nos llegue a nosotros los marinos como el sector social productivo a través de esas fuentes de trabajo y no nos vayan a dar la espalda cuando le encuentren el camino incorrecto a dicha ley, a través del llamado ahí Registro Marítimo Especial Mexicano.
México no puede ni debe de seguir dándole la espalda al mar, porque del mar podemos vivir, porque en el mar tenemos un fuerte sector económico que aun se mantiene virgen para las grandes economías. Porque seguir arriesgando a los connacionales migrantes que van en busca del sueño americano, cuando este sueño puede dejar de serlo y convertirlo en una realidad, si parte de ello puede ser en nuestra marina mercante. Si no queremos seguir exportando mas mano de obra al extranjero, ni mucho menos calificada, demos entonces la oportunidad de explotar comercialmente un verdadero polo de de desarrollo a nuestro país, como lo es la Marina Mercante en toda su extensión. El transporte Marítimo, la Construcción Naval; la Pesca, el Sistema Portuario, la Educación Náutica y todo lo concerniente a nuestra Marina Mercante, tiene puestas sus esperanzas en el futuro de lo mucho que aun nosotros aun podemos hacer.
Es por ello que el mensaje de este Primero de Junio a las autoridades, a los empresarios del mar, a los compañeros marinos, es el que México tiene un gran potencial en su aspecto marítimo, solo que han faltado las ganas, el valor y el coraje de poder llegar a ejercerlo. Que no nos vayamos los marinos a quedar afuera del “tesoro” de aguas profundas, queremos ser parte de ese riesgo compartido que tanto se dado a mencionar en estos días. Queremos quedar dentro de llamada “reforma energética” y que las embarcaciones que habrán de trabajar con las empresas transnacionales en ese riesgo, también sean mexicanas.
Demos pues entonces la cara al mar y veamos el gran potencial que tenemos ahí para dejar el subdesarrollo y crear una generación de miles de fuentes de empleo. Despierta México, despierta al México marítimo que ansioso espera por ti.
FRENTE UNIDO DE MARINOS MERCANTES, A.C.
CAP.ALT./ING.
GUILLERMO PARRA AVELLO
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