Fuente: El Diario Exterior
Han pasado ya más de 6 años de la tragedia ecológica que supuso el carguero Prestige para Galicia y para España. En aquel momento sirvió para que la oposición, que se encontraba sin mensaje alguno y alejada en las encuestas del Partido Popular, cogiera oxígeno y sobre todo, iniciara la constante que caracterizó al periodo 2002-2004: tomar la calle.
A falta de un discurso con el que captar a la ciudadanía, socialistas de toda España y nacionalistas gallegos unieron sus fuerzas con la única finalidad de machacar al entonces Presidente del gobierno español José María Aznar. El todovalismo se instaló en determinados sectores de la población española, especialmente, entre aquellos que decían y dicen, sin rubor alguno, ser representantes de la cultura.
Políticos e "intelectuales" de izquierda no escatimaron esfuerzos. Pidieron dimisiones; presentaron mociones de censura; generaron malestar en nombre de la transparencia y de la ecología…todo ello con la única finalidad de derribar al PP.
Conocido el informe de la Abogacía del Estado, por higiene democrático, todos ellos deberían ofrecer explicaciones o incluso, disculpas. No lo harán, pues como hemos sostenido desde estas líneas, la palabra autocrítica no está en su vocabulario. Además, muchos de ellos han recogido los frutos de su fomento, nada desinteresado, de la crispación social generada en aquél entonces.
Transcurrida media docena de años, el contexto político es diametralmente distinto: gobierno socialista en España y coalición entre BNG y socialismo en Galicia. También ha cambiado nuestra situación económica ya que del auge de entonces, se ha pasado a la crisis actual, cuyo último dato es que la suspensión de pagos en 2008 es el triple con respecto a 2007, sin olvidar que el paro va en aumento.
Sin duda alguna deben de ser momentos felices para José María Aznar, bestia negra del progresismo sectario que no dudará en manipular sus opiniones acerca de Obama con el objetivo de desviar la atención y generar un debate tan falso como artificial. José Blanco ya ha hecho las veces de abanderado. Hay cosas que nunca cambian.
Han pasado ya más de 6 años de la tragedia ecológica que supuso el carguero Prestige para Galicia y para España. En aquel momento sirvió para que la oposición, que se encontraba sin mensaje alguno y alejada en las encuestas del Partido Popular, cogiera oxígeno y sobre todo, iniciara la constante que caracterizó al periodo 2002-2004: tomar la calle.
A falta de un discurso con el que captar a la ciudadanía, socialistas de toda España y nacionalistas gallegos unieron sus fuerzas con la única finalidad de machacar al entonces Presidente del gobierno español José María Aznar. El todovalismo se instaló en determinados sectores de la población española, especialmente, entre aquellos que decían y dicen, sin rubor alguno, ser representantes de la cultura.
Políticos e "intelectuales" de izquierda no escatimaron esfuerzos. Pidieron dimisiones; presentaron mociones de censura; generaron malestar en nombre de la transparencia y de la ecología…todo ello con la única finalidad de derribar al PP.
Conocido el informe de la Abogacía del Estado, por higiene democrático, todos ellos deberían ofrecer explicaciones o incluso, disculpas. No lo harán, pues como hemos sostenido desde estas líneas, la palabra autocrítica no está en su vocabulario. Además, muchos de ellos han recogido los frutos de su fomento, nada desinteresado, de la crispación social generada en aquél entonces.
Transcurrida media docena de años, el contexto político es diametralmente distinto: gobierno socialista en España y coalición entre BNG y socialismo en Galicia. También ha cambiado nuestra situación económica ya que del auge de entonces, se ha pasado a la crisis actual, cuyo último dato es que la suspensión de pagos en 2008 es el triple con respecto a 2007, sin olvidar que el paro va en aumento.
Sin duda alguna deben de ser momentos felices para José María Aznar, bestia negra del progresismo sectario que no dudará en manipular sus opiniones acerca de Obama con el objetivo de desviar la atención y generar un debate tan falso como artificial. José Blanco ya ha hecho las veces de abanderado. Hay cosas que nunca cambian.
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