Senado de EE.UU. aprobó ley para que Barack Obama negocie TPP con región
Asia-Pacífico
La Casa Blanca y los líderes republicanos lograron una
victoria importante el 24 de junio con la aprobación del Senado, con 60 votos a
favor y 38 en contra, para otorgarle poderes especiales a Barack Obama para
negociar a través de Fast Track el Acuerdo Transpacífico de Cooperación
Económica.
Sin embargo, el logro abre paso a un proceso de varios
meses para completar un acuerdo comercial para la cuenca del Pacífico que aún
enfrenta oposición interna y cuyos términos deberá obtener la aprobación final
del Congreso.
Se espera que el presidente Barack Obama firme el fast
track o “vía rápida” dentro de poco, lo que quitará un obstáculo a las
negociaciones que impedía a las autoridades avanzar con el Acuerdo Transpacífico
de Cooperación Económica, o TPP, entre 12 países incluyendo México, Chile y
Perú.
Pero “afirmar que esto es una marcha fácil hacia la
victoria es un gran error”, expresó Gary Hufbauer, experto sénior de comercio en
el centro de estudios Peterson Institute for International Economics, que
respalda la liberalización comercial. Otorgarle al presidente poderes de
negociación de “vía rápida”, señaló, es meramente “el preludio del segundo acto
de la obra de teatro”.
Quienes están a favor de la moción, temen que el voto
final sobre el Acuerdo Transpacífico pueda extenderse a la temporada de
elecciones en EE.UU. del próximo año, cuando las arremetidas entre demócratas y
republicanos dificulten la promulgación de las medidas de libre comercio.
La atención se centra ahora en el mismo Acuerdo
Transpacífico, un amplio pacto entre EE.UU., México, Chile, Perú, Malasia,
Vietnam, Australia, Canadá, Brunei, Singapur, Nueva Zelanda y Japón.
El pacto está diseñado para reducir o eliminar un
conjunto de aranceles y otras barreras sobre automóviles, productos lácteos,
carne, trigo y miles de otros productos. Pero quizá de mayor importancia son las
normativas comerciales que van desde estándares laborales y ambientales hasta
protecciones de propiedad intelectual para fármacos y películas.
Temas de particular dificultad para la negociación de
EE.UU son el grado en que Japón abrirá sus mercados agrícolas, la duración de la
protección de nuevos medicamentos biológicos de empresas farmacéuticas, y las
protecciones de Canadá de sus mercados lácteos, entre otros.
Si el TPP se completa en julio, podría tomar seis meses
o más para que el acuerdo reciba un voto final en el Congreso, debido a los
retrasos en la tramitación del proyecto de ley y los pasos burocráticos que se
contemplan.
Cuando se publique el texto en su totalidad, después de
ser firmado por los ministros de los países miembros, es casi seguro que
provocará una serie de críticas de grupos ambientales y laborales,
organizaciones de consumidores e incluso líderes religiosos.
Aunque la mayoría de las grandes empresas
estadounidenses respaldan el TPP, algunos fabricantes de EE.UU., focalizados en
el mercado interno, presionan a los legisladores para derrotar el acuerdo porque
temen que éste desate una avalancha de importaciones baratas.
Los fabricantes de medicamentos son uno de los
principales puntales del TPP, ya que buscan de mayores protecciones para las
patentes farmacéuticas e incrementar su influencia en el diseño de la política
de salud del Gobierno.
Un comodín es la industria automotriz, que algunos
economistas dicen que podría ser abrumada por un aumento relativo de las
importaciones, dependiendo del tamaño y el cronograma de las futuras reducciones
arancelarias para automóviles, camiones y partes importados desde Japón.
Algunos de los críticos más virulentos del TPP son los
legisladores de estados con industria automotriz como Michigan y Ohio. Los tres
grandes fabricantes de automóviles de EE.UU. han adoptado un enfoque más
matizado, exigiendo reglas fuertes para evitar que Japón y otros países abaraten
sus monedas para obtener una ventaja competitiva en el futuro, así como
políticas para ayudarles a vender más coches en Japón.
Mientras que los liberales y muchos conservadores dicen
que las corporaciones están demasiado involucradas en la política comercial, los
grupos empresariales y agrícolas serán un apoyo clave para Barack Obama y los
republicanos cuando traten de aprobar el TPP.
Los grupos agrícolas están ansiosos por tener un mejor
acceso a Japón y otros mercados. Los estudios de cine de Hollywood quieren
reglas firmes para proteger los derechos de autor, y las empresas de tecnología
están buscando garantías de una Internet abierta y el libre flujo de datos.
El Acuerdo Transpacífico
El Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio surge como
un ambicioso proyecto de integración en la región Asia Pacífico.
Las áreas que se están negociando en el TPP son: acceso
a mercados, reglas de origen, obstáculos técnicos al comercio, medidas
sanitarias y fitosanitarias, defensa comercial, competencia, compras públicas,
servicios, inversiones, comercio electrónico, telecomunicaciones, entrada
temporal, servicios financieros, asuntos legales, propiedad intelectual, medio
ambiente, laboral y cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los
denominados temas horizontales que incluyen coherencia regulatoria,
competitividad, desarrollo y pequeñas y medianas empresas.
Fuente: Wall Street Journal, EE.UU.; Direcon, Chile