Fuente: Nuestromar
En Río de Janeiro.
Los fondos de la Marina Mercante y la colocación del Banco Nacional de Desarrollo Económico de Brasil (Bndes) vieron sus frutos con la botadura en Río de Janeiro del Log-In Jacarandá, un portacontenedor de 218 metros de eslora, casi 30 de manga y con una capacidad de carga de 2800 TEU (medida equivalente a un contenedor de 20 pies).
El buque es el primero que recibe la compañía brasileña que opera servicios en el Mercosur, Log-In Logística Intermodal, de una orden de construcción por siete barcos: cinco para contenedores y dos graneleros, por una inversión total de casi US$ 553 millones.
El Log-In Jacarandá entrará en operación a inicios de 2011 en el Servicio de Navegación Costera, que une los principales puertos de Brasil y el Mercosur.
"Estamos invirtiendo en cabotaje, renovando la flota de navíos mercantes de bandera brasileña y contribuyendo con el recomienzo de la industria naval nacional" afirmó Mauro Dias, presidente de Log-In.
Tres mil trabajadores fueron empleados durante dos años para la construcción del buque.
Los fondos de la Marina Mercante y la colocación del Banco Nacional de Desarrollo Económico de Brasil (Bndes) vieron sus frutos con la botadura en Río de Janeiro del Log-In Jacarandá, un portacontenedor de 218 metros de eslora, casi 30 de manga y con una capacidad de carga de 2800 TEU (medida equivalente a un contenedor de 20 pies).
El buque es el primero que recibe la compañía brasileña que opera servicios en el Mercosur, Log-In Logística Intermodal, de una orden de construcción por siete barcos: cinco para contenedores y dos graneleros, por una inversión total de casi US$ 553 millones.
El Log-In Jacarandá entrará en operación a inicios de 2011 en el Servicio de Navegación Costera, que une los principales puertos de Brasil y el Mercosur.
"Estamos invirtiendo en cabotaje, renovando la flota de navíos mercantes de bandera brasileña y contribuyendo con el recomienzo de la industria naval nacional" afirmó Mauro Dias, presidente de Log-In.
Tres mil trabajadores fueron empleados durante dos años para la construcción del buque.
LA NACION
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