Las
líneas navieras, en el escalamiento de los buques, van descartando puertos y
concentrando más su oferta en aquello con mejor infraestructura y conectividad.
Algunos puertos mexicanos, como Ensenada, buscan conservar su mercado
adaptándose al nuevo entorno.
“Muchos
son los llamados y pocos los escogidos”, reza una sentencia bíblica que hace
referencia a lo selectivo que será entrar a la vida celestial.
Igualmente,
aunque el tema es 100% terrenal, eso está ocurriendo en el mercado marítimo y
portuario, donde el crecimiento de la escala de los barcos amenaza con dejar
fuera del mapamundi de las escalas marítimas a muchos puertos, con todo y que
algunos están haciendo la tarea para adaptarse a las nuevas circunstancias.
El
reto es que a partir de 2015 el 60% de los buques portacontenedores que
navegaran por los siete mares serán de una escala de 7 mil a 9 mil TEUs
(contenedores de 20 pies de longitud), con 366 metros de longitud y 16 metros
de calado. Uno de los hechos clave que impulsarán este crecimiento es la
entrada en operación del Canal de Panamá ampliado que permitirá el cruce de
buques post-panamax con hasta 13 mil TEUs de capacidad.
Este
es un nuevo reto para la infraestructura de los puertos y a algunos les será
difícil mantenerse en el mercado debido a la imposibilidad de adaptarse a las
nuevas condiciones, y también por no contar con la densidad de un mercado para
este tipo de buques.
En
el nuevo contexto, las líneas navieras estarán buscando reducir el número de recaladas
en los puertos, para concentrarse en aquellos que, además de contar con la
infraestructura para recibir sus nuevos macrobuques, cuenten con un mercado
tierra adentro mayor y el cual pueda alcanzarse gracias a una eficiente
conectividad.
En
la costa este de los Estados Unidos, por ejemplo, puertos como Corpus Christi,
Savanah, Miami, New York y New Jersey están haciendo los trabajos para adaptar
sus infraestructuras a las nuevas necesidades que les representará el nuevo
Canal de Panamá ampliado, en el 2015. En estos dos últimos puertos que
comparten infraestructuras, incluso, el puente Bayonne tendrá que ser elevado
de 46 a 65.5 metros, para permitir el
cruce de los buques que comenzaran a surcar el Atlántico próximamente, un
trabajo que por cierto, ya se está haciendo. Nadie quiere quedar fuera de
beneficiarse de los mejores costos logísticos que ello tendrá.
Pero
esos puertos tienen los recursos, la capacidad de ampliar sus infraestructuras
y la densidad de tráfico que los mantendrá en el mercado. Otros como Ensenada,
Baja California, en la costa del Pacífico mexicano, enfrenta el reto de
mantenerse dentro de las rutas que atracan en los puertos de Long Beach, Los
Ángeles, Manzanillo y Lázaro Cárdenas, dice Juan Carlos Ochoa, gerente
comercial del puerto mexicano.
El
reto es mayúsculo, porque en la costa oeste de los Estados Unidos, los puertos
de Los Ángeles y Long Beach, se están preparando para dar entrada a los buques
con capacidad de hasta 18 mil TEUs, un segmento de mercado donde, desde luego,
Ensenada no tiene mucho que hacer con los 150 mil TEUs promedio que ha manejado
en los últimos años.
VA
POR LOS 13 MIL
“Ensenada
está dentro de las rutas marítimas de Asia que después recalan en Manzanillo y
Lázaro Cárdenas”, señala Juan Carlos Ochoa. Y el puerto bajacaliforniano no
quiere quedarse a contemplar cómo pasan frente a sus playas los buques mayores
a 7 mil TEUs sin poder hacer escala aquí.
Por
ello, el recinto, al igual que lo hacen otros en el litoral mexicano, ha
iniciado trabajos de adaptación de sus infraestructuras para seguir siendo una
alternativa para la industria ubicada en el estado y en la vecina entidad de
Sonora.
Actualmente
el puerto está acondicionado para recibir embarcaciones de hasta 7 mil 499
TEUs, que constituyen el 89% de la flota actual, pero el 50% de los buques que
están en construcción son mayores a los 7,500 TEUs, lo cual presionará a la
salida de muchos buques menores debido a la mayor eficiencia que se obtiene con
las economías de escala que permiten buques mayores, la flexibilidad para las
líneas de operar con menos buques y una mayor competitividad.
En
las rutas en las que participa el puerto de Ensenada, comenta Ochoa, los buques
que están entrando son de una escala de 8 mil a 13 TEUs. De ahí la idea de
ampliar la dársena de ciaboga de sus actuales 450 a 550 metros de longitud y la
ampliación del calado a 16 metros desde los actuales 14.5 metros.
Los
planes son de que todo el proyecto, incluida la adquisición de los equipos por
parte de la Terminal de Usos Multiples que opera la empresa Hutchison Port
Holding (HPH), estén listos para finales de 2015, casi a la par en entrará en
operaciones el Canal de Panamá ampliado.
Asi,
una vez alcanzado este objetivo, el puerto podrá asegurar mantener su
participación en el mercado en las rutas
en las que actualmente participa, y crecer conforme lo haga su propio
hinterland (area de influencia).
Los
proyectos de inversión necesarios se estima que requerirán inversiones de
alrededor de 300 millones de pesos, recursos que se espera provengan de parte
del sector público y de la iniciativa privada.
México
es líder en la fabricación y exportación de pantallas planas en el mundo y
varias de las plantas que las producen su ubican en Baja California, en las
ciudades que hacen frontera con los Estados Unidos.
Estas
marcas usan al puerto de Ensenada para exportarlas a los mercados de Centro y
Sudamérica. Pero así como ellas, también otras exportan sus productos. La buena
noticia es que el puerto está haciendo la tarea para seguir sirviendo a su
mercado, algo que otros puertos ubicados más al sur no podrán hacer para
insertarse en las principales rutas del comercio marítimo al no cumplir los
requisitos señalados para mantener esa condición.
Recopilado
Capt
Guillermo Parra Avello
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