Fuente: Nuestromar
La falta de implementación de medidas de prevención permite que especies marinas invasoras continúen diseminándose en los océanos del planeta, lo que ocasiona la pérdida de miles de millones de dólares y perjudica a pesquerías, comunidades pesqueras e infraestructuras.
Esto ocurre porque los países pesqueros del mundo no cumplen con los requisitos de un tratado internacional sobre el manejo y tratamiento coherente de las aguas de lastre de los barcos, denuncia el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
En un informe titulado Invasión Silenciosa, la WWF detalla 24 casos en los que se introdujeron o diseminaron pestes marinas problemáticas a través del agua de de lastre de los barcos en los últimos cinco años. Durante este tiempo, sólo uno de los Estados marítimos de los 10 más importantes del mundo ratificó la Convención Internacional para el Control y la Gestión del Agua de Lastre y Sedimentos de los Barcos.
En estos años, se observa que en los mares Caspio, del Norte y el Báltico aumentó en forma notable la densidad de medusa peine norteamericana. Esta especie prácticamente acabó con las poblaciones de anchoa y de espadín del mar Báltico en la década de 1990.
A ambos lados del Atlántico norte, el cangrejo chino logró establecerse y es el responsable de dañar las orillas de ríos, los artes de pesca y los sistemas industriales de aguas. Sólo a Alemania, este invasor le cuesta la pavorosa suma de EUR 80 millones (USD 111,5 millones).
“La Convención de la Organización Marítima Internacional (OMI) para el Agua de Lastre proporciona una serie de prácticas y estándares establecidos para controlar el agua de lastre en el ámbito internacional, con el fin de minimizar la diseminación de organismos marinos invasores con costos mínimos para el comercio y el transporte”, dijo Anita Mäkinen, directora de la delegación del WWF que asistió a la reunión de delegados de la OMI celebrada el lunes en Londres.
“Los Estados de pabellón responsables deben ratificar e implementar con urgencia la Convención para frenar de manera efectiva las invasiones de las pestes por las aguas de lastre y para ahorrar a largo plazo el dinero de los contribuyentes, evitando tareas de limpieza de los ecosistemas, la industria y la infraestructura afectados”, añadió.
Se calcula que 7.000 especies marinas y costeras diversas atraviesan diariamente los océanos del mundo en las aguas de lastre. Un porcentaje sorprendente, el 84%, de las 232 ecoregiones marinas del planeta informaron la presencia de especies invasoras en sus aguas.
La mayoría de estos animales mueren dentro de los taques o poco después de ser liberados en aguas extrañas. Pero las que lograr desarrollarse en ecosistemas nuevos pueden traer consecuencias graves para las pesquerías y la acuicultura, con un impacto negativo para las comunidades costeras y la sanidad ambiental de las aguas costeras y de los estuarios.
“La industria necesita actuar con urgencia para responder a esta amenaza”, aseveró Arild Iversen, CEO de Wallenius Wilhelmsen Logistics. “Lo que se necesita es un marco regulador para respaldar un terreno de juego global para que los propietarios y los operadores implementen tecnologías que en su mayor parte ya están disponibles.”
“La Convención de la OMI para las Aguas de Lastre es un mecanismo apropiado para esto suceda”, añadió.
Las pérdidas para la economía global podrían alcanzar los USD 50.000 por la diseminación de especies invasoras entre 2004 y 2009, desde que se adoptó la Convención. El costo de las aguas de lastre sin tratar es de USD 7.000 millones anuales, según el informe de la WWF.
Por Natalia Real
FIS
Esto ocurre porque los países pesqueros del mundo no cumplen con los requisitos de un tratado internacional sobre el manejo y tratamiento coherente de las aguas de lastre de los barcos, denuncia el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
En un informe titulado Invasión Silenciosa, la WWF detalla 24 casos en los que se introdujeron o diseminaron pestes marinas problemáticas a través del agua de de lastre de los barcos en los últimos cinco años. Durante este tiempo, sólo uno de los Estados marítimos de los 10 más importantes del mundo ratificó la Convención Internacional para el Control y la Gestión del Agua de Lastre y Sedimentos de los Barcos.
En estos años, se observa que en los mares Caspio, del Norte y el Báltico aumentó en forma notable la densidad de medusa peine norteamericana. Esta especie prácticamente acabó con las poblaciones de anchoa y de espadín del mar Báltico en la década de 1990.
A ambos lados del Atlántico norte, el cangrejo chino logró establecerse y es el responsable de dañar las orillas de ríos, los artes de pesca y los sistemas industriales de aguas. Sólo a Alemania, este invasor le cuesta la pavorosa suma de EUR 80 millones (USD 111,5 millones).
“La Convención de la Organización Marítima Internacional (OMI) para el Agua de Lastre proporciona una serie de prácticas y estándares establecidos para controlar el agua de lastre en el ámbito internacional, con el fin de minimizar la diseminación de organismos marinos invasores con costos mínimos para el comercio y el transporte”, dijo Anita Mäkinen, directora de la delegación del WWF que asistió a la reunión de delegados de la OMI celebrada el lunes en Londres.
“Los Estados de pabellón responsables deben ratificar e implementar con urgencia la Convención para frenar de manera efectiva las invasiones de las pestes por las aguas de lastre y para ahorrar a largo plazo el dinero de los contribuyentes, evitando tareas de limpieza de los ecosistemas, la industria y la infraestructura afectados”, añadió.
Se calcula que 7.000 especies marinas y costeras diversas atraviesan diariamente los océanos del mundo en las aguas de lastre. Un porcentaje sorprendente, el 84%, de las 232 ecoregiones marinas del planeta informaron la presencia de especies invasoras en sus aguas.
La mayoría de estos animales mueren dentro de los taques o poco después de ser liberados en aguas extrañas. Pero las que lograr desarrollarse en ecosistemas nuevos pueden traer consecuencias graves para las pesquerías y la acuicultura, con un impacto negativo para las comunidades costeras y la sanidad ambiental de las aguas costeras y de los estuarios.
“La industria necesita actuar con urgencia para responder a esta amenaza”, aseveró Arild Iversen, CEO de Wallenius Wilhelmsen Logistics. “Lo que se necesita es un marco regulador para respaldar un terreno de juego global para que los propietarios y los operadores implementen tecnologías que en su mayor parte ya están disponibles.”
“La Convención de la OMI para las Aguas de Lastre es un mecanismo apropiado para esto suceda”, añadió.
Las pérdidas para la economía global podrían alcanzar los USD 50.000 por la diseminación de especies invasoras entre 2004 y 2009, desde que se adoptó la Convención. El costo de las aguas de lastre sin tratar es de USD 7.000 millones anuales, según el informe de la WWF.
Por Natalia Real
FIS
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