Fuente: Mercado Continuo
No hay en el mundo industrializado de la Eurozona industria que, en mayor o menor medida, no haya sufrido los embates y consecuencias de la recesión provocada por la crisis económica global que afecta esa región y buena parte del mundo.
Desde hace ya unos cuantos meses, y en particular en el último trimestre, la industria marítima alemana está sintiendo los efectos de la situación que se originó en los Estados Unidos a mediados del 2.008.
Hay poco dinero para las transacciones comerciales, poco o casi nulo trabajo en las grandes terminales portuarias, con el consiguiente aumento de los parados, y la demanda de productos de otros países ha bajado mucho, con lo cual el transporte vía marítima entró en una peligrosa zona de estancamiento.
Según las propias palabras del Ministro de Transporte alemán, Wolfgang Tiefensee, su país, una de las naciones con navegación marítima más importantes de la Eurozona y el mundo, “un tercio del total del comercio exterior alemán se hace por vía marítima, y eso se está sintiendo mucho”.
Desde hace ye varios años, la industria marítima en Alemania, con todas las industrias satélites que giran a su alrededor, la construcción naval, la técnica marítima, las industrias de suministros navales, la pesca, la actividad portuaria y tantas otras generan miles de puestos de trabajo que en la actualidad han comenzado a perderse por la abrupta caída de la actividad, con un preocupante aumento del desempleo en la faz social y con una merma importante en el transporte de los cientos de millones de toneladas de mercancías de años anteriores, lo que supone una importante pérdida de ingresos para las compañías privadas y para el mismo Estado en concepto de ingresos impositivos.
Según declaraciones de funcionarios del Ministerio Federal de Economía alemán, “en los últimos años hubo un gran repunte económico, y ahora debemos aceptar las pérdidas en el mercado marítimo. La crisis no perdonó ni a los astilleros ni a los puertos ni a nadie cuya actividad tenga que ver con el trabajo en zonas portuarias”.
Pero aunque las cifras por ahora digan lo contrario, los expertos en el tema confían en que la situación de crisis marítima sea temporal.
Dagmar Wöhrl, que es la coordinadora de economía marítima del gobierno alemán, asegura que la crisis no es estructural sino producto de una coyuntura económica mundial muy desfavorable, por lo que en cuanto la situación a nivel global comience a normalizarse, la actividad marítima alemana recuperará sin dudas el ritmo de crecimiento y bonanza que venía experimentando en los últimos años.
Desde hace ya unos cuantos meses, y en particular en el último trimestre, la industria marítima alemana está sintiendo los efectos de la situación que se originó en los Estados Unidos a mediados del 2.008.
Hay poco dinero para las transacciones comerciales, poco o casi nulo trabajo en las grandes terminales portuarias, con el consiguiente aumento de los parados, y la demanda de productos de otros países ha bajado mucho, con lo cual el transporte vía marítima entró en una peligrosa zona de estancamiento.
Según las propias palabras del Ministro de Transporte alemán, Wolfgang Tiefensee, su país, una de las naciones con navegación marítima más importantes de la Eurozona y el mundo, “un tercio del total del comercio exterior alemán se hace por vía marítima, y eso se está sintiendo mucho”.
Desde hace ye varios años, la industria marítima en Alemania, con todas las industrias satélites que giran a su alrededor, la construcción naval, la técnica marítima, las industrias de suministros navales, la pesca, la actividad portuaria y tantas otras generan miles de puestos de trabajo que en la actualidad han comenzado a perderse por la abrupta caída de la actividad, con un preocupante aumento del desempleo en la faz social y con una merma importante en el transporte de los cientos de millones de toneladas de mercancías de años anteriores, lo que supone una importante pérdida de ingresos para las compañías privadas y para el mismo Estado en concepto de ingresos impositivos.
Según declaraciones de funcionarios del Ministerio Federal de Economía alemán, “en los últimos años hubo un gran repunte económico, y ahora debemos aceptar las pérdidas en el mercado marítimo. La crisis no perdonó ni a los astilleros ni a los puertos ni a nadie cuya actividad tenga que ver con el trabajo en zonas portuarias”.
Pero aunque las cifras por ahora digan lo contrario, los expertos en el tema confían en que la situación de crisis marítima sea temporal.
Dagmar Wöhrl, que es la coordinadora de economía marítima del gobierno alemán, asegura que la crisis no es estructural sino producto de una coyuntura económica mundial muy desfavorable, por lo que en cuanto la situación a nivel global comience a normalizarse, la actividad marítima alemana recuperará sin dudas el ritmo de crecimiento y bonanza que venía experimentando en los últimos años.
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