Fuente: La Voz de Aviles
La Organización Marítima Internacional (OMI) ha adoptado finalmente el Convenio
Internacional para el Reciclaje Seguro y Medioambientalmente Racional de los Buques. Dicha normativa, refuerza el control del impacto ambiental que tienen estas operaciones una vez acabada la vida útil de los mercantes.
La medida, dirigida directamente a los cerca de 600 buques que cada año se desguazan en el mundo, también afectará a los astilleros que emprendan desde su entrada en vigor la construcción de nuevos buques de más de 500 GT, ya que deberán amoldarse a las exigencias recogidas en la norma para su futuro desguace.
La decisión fue adoptada por la OMI en una reciente reunión en Hong Kong, y tiene como fin que los buques desguazados «no supongan ningún riesgo innecesario para la salud humana y la seguridad o para el medio ambiente».
En principio, y según recoge el boletín informativo de la Asociación de Navieros Españoles, Anave, este convenio entrará en vigor 24 meses después de que lo hayan firmado al menos 15 países que representen al menos un 40% del arqueo bruto (GT) de la flota mercante mundial y que, adicionalmente, la capacidad total anual de sus instalaciones de reciclaje de buques no sea inferior al 3% del total de sus flotas mercantes. El Convenio quedará abierto a la firma por parte de los Estados durante un periodo de 1 año, hasta el 31 de agosto del próximo año.
Astilleros
La medida hace especial hincapié en el refuerzo del tratamiento de los materiales considerados peligrosos que portan los mercantes, y entre los que la norma incluye desde las medicinas que pueda haber dejado la tripulación en el botiquín, hasta el amianto o el plomo empleados en la estructura del barco. Esos elementos deberán estar ahora debidamente localizados e identificados desde el momento mismo de la construcción del buque en los astilleros.
Además de ese refuerzo en el control de las mercancías peligrosas, también se prevé un mayor control de las condiciones laborales en las empresas que asuman el desguace del mercante, tanto en lo que a salubridad se refiere, como a las condiciones de seguridad. De hecho, las empresas que procedan al desguace de barcos deberán estar previamente acreditadas por los gobiernos firmantes del acuerdo.
Desde 1990 se han desguazado en el mundo una media de 600 barcos al año, con una edad operativa de entre 25,7 y 33,5 años. Esa media se ha alargado especialmente en los últimos años, al alargarse la vida media de los mercantes en casi 8 años con respecto a la década pasada.
La medida, dirigida directamente a los cerca de 600 buques que cada año se desguazan en el mundo, también afectará a los astilleros que emprendan desde su entrada en vigor la construcción de nuevos buques de más de 500 GT, ya que deberán amoldarse a las exigencias recogidas en la norma para su futuro desguace.
La decisión fue adoptada por la OMI en una reciente reunión en Hong Kong, y tiene como fin que los buques desguazados «no supongan ningún riesgo innecesario para la salud humana y la seguridad o para el medio ambiente».
En principio, y según recoge el boletín informativo de la Asociación de Navieros Españoles, Anave, este convenio entrará en vigor 24 meses después de que lo hayan firmado al menos 15 países que representen al menos un 40% del arqueo bruto (GT) de la flota mercante mundial y que, adicionalmente, la capacidad total anual de sus instalaciones de reciclaje de buques no sea inferior al 3% del total de sus flotas mercantes. El Convenio quedará abierto a la firma por parte de los Estados durante un periodo de 1 año, hasta el 31 de agosto del próximo año.
Astilleros
La medida hace especial hincapié en el refuerzo del tratamiento de los materiales considerados peligrosos que portan los mercantes, y entre los que la norma incluye desde las medicinas que pueda haber dejado la tripulación en el botiquín, hasta el amianto o el plomo empleados en la estructura del barco. Esos elementos deberán estar ahora debidamente localizados e identificados desde el momento mismo de la construcción del buque en los astilleros.
Además de ese refuerzo en el control de las mercancías peligrosas, también se prevé un mayor control de las condiciones laborales en las empresas que asuman el desguace del mercante, tanto en lo que a salubridad se refiere, como a las condiciones de seguridad. De hecho, las empresas que procedan al desguace de barcos deberán estar previamente acreditadas por los gobiernos firmantes del acuerdo.
Desde 1990 se han desguazado en el mundo una media de 600 barcos al año, con una edad operativa de entre 25,7 y 33,5 años. Esa media se ha alargado especialmente en los últimos años, al alargarse la vida media de los mercantes en casi 8 años con respecto a la década pasada.
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