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lunes, 15 de septiembre de 2008

Los enormes desafíos del "pre sal" de Brasil

Fuente: Pueblo en linea

Poco a poco se empieza a mostrar el perfil del "pre sal" brasileño, la formación geológica submarina donde parecen acumularse enormes reservas de petróleo y gas natural.

En la última semana, la empresa estatal (que tiene algunos accionistas privados) Petrobras divulgó el cálculo preliminar de reservas del campo de Lara, uno de los que integran aquella formación: son de 3.000 a 4.000 millones de barriles.

Sumados a la estimación (también preliminar) para Tupi, el otro campo medido, que tiene entre 5.000 y 8.000 millones de barriles, tenemos que en la peor de las hipótesis las reservas brasileñas tendrán un agregado de 8.000 millones de barriles.

Ese volumen representa un crecimiento del 57 por ciento sobre las actuales reservas brasileñas, de 14.000 millones de barriles, pero podría llegar al 86 por ciento si se adoptan las estimaciones más altas.

En otras palabras, sólo dos de los 10 campos identificados hasta ahora llevarían las reservas brasileñas a 22.000 o 26.000 millones de barriles.

Explotar esa riqueza exigirá, en términos generales, duplicar la estructura productiva de petróleo y gas; habrá que multiplicar el número de plataformas, construir nuevas redes de oleoductos y gasoductos, crear toda una nueva infraestructura.

Faltan embarcaciones (de transporte y de apoyo) y el trabajo en medio del mar -a hasta 300 kilómetros de la costa- exigirá una logística compleja que obligará, entre otras cosas, a emplear escuadrillas de helicópteros.

Aún antes de que se empezara a dimensionar el "pre sal", Petrobras ya había proyectado su demanda de nuevas unidades, que incluía la construcción de 8 plataformas, 42 buques petroleros, 146 embarcaciones de apoyo y 28 navíos sonda.

Los 26 astilleros brasileños ya están con su capacidad ocupada para los próximos cinco años. Recientemente, una de las empresas vencedoras de licitación para nueve navíos no consiguió arrendar un astillero para cumplir sus contratos.

Sin duda, un mercado de esas dimensiones atraerá empresas de otros países, sobre todo a partir de las informaciones más concretas sobre el "pre sal", que indican una ampliación considerable de las previsiones actuales.

En las últimas conversaciones bilaterales entre los gobiernos de Brasil y Argentina ya se manejó, de forma concreta, un programa de integración de la industria del país vecino al proceso de producción de nuevas unidades.

Solamente ese punto exigirá un trabajo considerable, porque las industrias argentinas que participen en el programa tendrán que adaptarse, por ejemplo, a las normas técnicas brasileñas.

Pero el problema es mucho más amplio. La explotación marítima de petróleo exige terminales portuarios modernos y eficientes, y hasta ahora esa necesidad ha sido satisfecha con adaptaciones precarias.

Los puertos brasileños tienen estructuras físicas arcaicas, funcionamiento administrativo burocrático y equipos casi obsoletos, que tendrían que ser renovados desde la base.

Solamente la modernización del puerto de Sao Sebastiao, en Sao Paulo, espera por la captación de recursos del orden de 3.000 millones de dólares, y antes del "pre sal" la previsión de inversiones portuarias imprescindibles ya llegaba a los 15.000 millones.

Los optimistas consideran que la obtención de recursos no será un problema, ya que las magníficas perspectivas del negocio petrolero atraerán capitales de todo el mundo.

Aunque eso fuese verdad, aún depende del marco legal que será creado para el "pre-sal", algo que se empezará a discutir en octubre y ya ha provocado la formación de fuertes "lobbies" en defensa de los diversos intereses en juego.

Pero suponiendo que todos esos problemas de infraestructura puedan ser eficientemente calculados, hay por delante otro obstáculo considerable cuya solución requiere recursos de otro orden: la escasez de mano de obra calificada.

Brasil tiene un déficit considerable de ingenieros, pero también de obreros capacitados para tareas crecientemente complejas. El uso de mano de obra contratada en el exterior ya es generalizado, pero también está encontrando sus límites.

Desde todos los ángulos, la explotación del "pre sal" pone a Brasil y a su élite dirigente ante un desafío de proporciones gigantescas. Resta saber si los gobernantes estarán a su altura. (Xinhua)

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