Fuente: Nuestromar
La Consellería do Mar retomará a partir de octubre la Mesa de Seguridad Marítima con el fin de atajar el goteo de naufragios que se suceden en la costa gallega año tras año.
La quilla al sol del “HERMANOS LANDROVE”, el último hundimiento, ha reactivado el debate sobre la estabilidad de los barcos.
La conselleira Rosa Quintana manifestó ayer su preocupación durante el seminario que la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España desarrolló ayer en el marco de la World Fishing Exhibition. Así, ante la construcción de buques cada vez más modernos se cae en el "error", dijo, de considerarlos "casi insumergibles" pese a que el mar es un medio "inexacto y hostil".
Este foro, en el que tendrán cabida ingenieros navales, la Consellería de Traballo y el Ministerio de Fomento, tendrá como objetivo desplegar una serie de propuestas que permitan mejorar la seguridad a bordo para los 25.000 marineros, mariscadores y acuicultores gallegos. Entre las medidas previstas, la conselleira sugiere el control de los astilleros. A pie de puerto es un secreto a voces las modificaciones que se realizan en algunos buques a fin de ampliar la capacidad de carga al margen de lo que dicta la normativa.
Los ingenieros, por boca del presidente territorial de la asociación, José Antonio Lagares, expresaron su voluntad de ahondar en las causas de los siniestros y la necesidad de "ayudar a los patrones en la toma de decisiones que afectan a la estabilidad".
En su opinión, los criterios que garantizan la flotabilidad del barco son, hoy por hoy, "suficientemente buenos siempre que se mantengan". Abogan por editar unos cuadernos sencillos que "guíen" al patrón y recomiendan seguir el ejemplo de países como Islandia donde han reducido a cero el número de accidentes marítimos vinculados a la estabilidad.
El ingeniero Guillermo Gefaell, coordinador del seminario, explicó que el Libro de Estabilidad que debe ir a bordo de todo navío, "según se recibe, se guarda" porque los patrones "no lo entienden". A lo largo de la jornada se reiteró la necesidad de formar a patrones y tripulaciones específicamente sobre estabilidad. Un aspecto que contempla ya la Marina Mercante en la revisión que proyecta sobre la norma vigente.
La reglamentación europea de control del esfuerzo pesquero dicta que para construir un barco debe mantenerse el mismo número de GT's (medida de volumen) del que se destruye. A esto se suma la cesión de más espacio a los habitáculos de la tripulación para mejorar la calidad de vida a bordo.
La disconformidad de algunos armadores, que aspiran a incrementar la carga, se traduce en barcos inseguros con más gasoil, capturas o aparejos de los permitidos. Un problema, dice Gefaell, que se concentra en la flota de bajura. El presidente de las cofradías gallegas, Benito González, reconoce que los armadores quieren "ganarle espacio al barco" y recuerda que en los últimos años "son los más modernos los que se hundieron".
EL PAIS
La Consellería do Mar retomará a partir de octubre la Mesa de Seguridad Marítima con el fin de atajar el goteo de naufragios que se suceden en la costa gallega año tras año.
La quilla al sol del “HERMANOS LANDROVE”, el último hundimiento, ha reactivado el debate sobre la estabilidad de los barcos.
La conselleira Rosa Quintana manifestó ayer su preocupación durante el seminario que la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España desarrolló ayer en el marco de la World Fishing Exhibition. Así, ante la construcción de buques cada vez más modernos se cae en el "error", dijo, de considerarlos "casi insumergibles" pese a que el mar es un medio "inexacto y hostil".
Este foro, en el que tendrán cabida ingenieros navales, la Consellería de Traballo y el Ministerio de Fomento, tendrá como objetivo desplegar una serie de propuestas que permitan mejorar la seguridad a bordo para los 25.000 marineros, mariscadores y acuicultores gallegos. Entre las medidas previstas, la conselleira sugiere el control de los astilleros. A pie de puerto es un secreto a voces las modificaciones que se realizan en algunos buques a fin de ampliar la capacidad de carga al margen de lo que dicta la normativa.
Los ingenieros, por boca del presidente territorial de la asociación, José Antonio Lagares, expresaron su voluntad de ahondar en las causas de los siniestros y la necesidad de "ayudar a los patrones en la toma de decisiones que afectan a la estabilidad".
En su opinión, los criterios que garantizan la flotabilidad del barco son, hoy por hoy, "suficientemente buenos siempre que se mantengan". Abogan por editar unos cuadernos sencillos que "guíen" al patrón y recomiendan seguir el ejemplo de países como Islandia donde han reducido a cero el número de accidentes marítimos vinculados a la estabilidad.
El ingeniero Guillermo Gefaell, coordinador del seminario, explicó que el Libro de Estabilidad que debe ir a bordo de todo navío, "según se recibe, se guarda" porque los patrones "no lo entienden". A lo largo de la jornada se reiteró la necesidad de formar a patrones y tripulaciones específicamente sobre estabilidad. Un aspecto que contempla ya la Marina Mercante en la revisión que proyecta sobre la norma vigente.
La reglamentación europea de control del esfuerzo pesquero dicta que para construir un barco debe mantenerse el mismo número de GT's (medida de volumen) del que se destruye. A esto se suma la cesión de más espacio a los habitáculos de la tripulación para mejorar la calidad de vida a bordo.
La disconformidad de algunos armadores, que aspiran a incrementar la carga, se traduce en barcos inseguros con más gasoil, capturas o aparejos de los permitidos. Un problema, dice Gefaell, que se concentra en la flota de bajura. El presidente de las cofradías gallegas, Benito González, reconoce que los armadores quieren "ganarle espacio al barco" y recuerda que en los últimos años "son los más modernos los que se hundieron".
EL PAIS
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