Fuente: Ecos de la Costa
Tarea política
José Luís Santana Ochoa
Inconformidades
José Luís Santana Ochoa
Inconformidades
Los manzanillenses no sólo soportan estoicos los impactos negativos de la actividad portuaria en su ciudad, sino otros abusos de poder de los funcionarios de la Administración Portuaria Integral de Manzanillo como Israel Esquivel X, subgerente de administración, quien decide en materia de adquisiciones y contratos. Proveedores y prestadores de servicios de Manzanillo y la región afirman estar ya hasta la madre de las tropelías de Esquivel X, pues no sólo los discrimina y pasa a la báscula, sino que, para protegerse de posibles reclamos, desprestigia localmente y a nivel central a quienes se resisten a ser esquilmados, se quejan. Con la complacencia de gerente de administración, Alejandro Di Bella, y del mismo director general de la APIMAN José Julián Dip Leos, dicen, Esquivel X opera a sus anchas.
Si bien el contratismo y el tráfico de influencias no son prácticas nuevas en las administraciones de los puertos mexicanos, se suponía que en el honesto gobierno federal del PAN la corrupción ya no tenía cabida, sino la total transparencia y equidad en sus relaciones con clientes, prestadores de servicios, proveedores y los integrantes de la comunidad porteña en su conjunto. El argumento que le atribuyen los afectados a Esquivel X de que las mochadas eran para la campaña electoral panista, de probarse, lo pondría en el ojo de la Fiscalía para la Atención de los Delitos Electorales, FEPADE.
Las corruptelas atribuidas a Esquivel X atentan contra la competitividad de las empresas colimenses que debieran recibir un trato preferencial de una entidad como la APIMAN, que explota un puerto que debe reconocerse también patrimonio del municipio y del Estado, no sólo de la Federación. Definitivamente, esa empresa no ha sido una buena vecina de Manzanillo ni de Colima.
Ojalá que la señora Sosa, en su nuevo rol de contralora del próximo gobierno estatal, también vigile estrechamente el desempeño de los amos y señores de la APIMAN para evitar que sigan privilegiando a negociantes de otras latitudes con quienes, lo saben por experiencia propia los apimanes, es más fácil negociar sin exponerse a ser ventaneados.
Los Justos reclamos como los que hacen empresarios de Manzanillo y de Colima por los favoritismos y la opacidad imperantes en la APIMAN, ameritan ser llevados al Consejo de ésta por los representantes del H. ayuntamiento de Manzanillo y del gobierno del Estado. A partir del día primero de Septiembre próximo, los porteños tendrán voz en la Cámara de Diputados a través de Carlos Cruz Mendoza, a quien le dieron la chamba y debe corresponderles promoviendo iniciativas encaminadas a lograr que el puerto de Manzanillo sea administrado con criterios de una mayor responsabilidad y compromiso solidario con la comunidad que lo sustenta.
El titular del órgano interno de control, Carlos Armando Zamora González, ex tesorero en la administración blanquiazul de Enrique Michel Ruíz, debe ocuparse de inmediato de los manejos discrecionales que de las adquisiciones de bienes y los contratos de servicios hace Esquivel X, a quien no debe solapar ni proteger con la misma cobija azul de la corrupción que tanto denunciaron los panistas cuando no eran gobierno.
La inconformidad de los proveedores y de los prestadores de servicios, si no es atendida en forma satisfactoria por las autoridades de la APIMAN y de la Dirección General de Puertos y Marina Mercante, entidades amabas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, brincará los límites estatales para expresarse a nivel nacional.
Israel Esquivel X, Alejandro Di Bella y José Julián Dip Leos deben recordar que en la próxima legislatura federal los diputados priístas y sus aliados de facto verde ecologistas serán mayoría, y que en la alcaldía porteña despachará como presidente municipal, Nabor Ochoa López, quien defenderá los legítimos intereses de todos los manzanillenses, proveedores y prestadores de servicios a la APIMAN incluidos.
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